(Casi) crónica de una ruptura anunciada

(Casi) crónica de una ruptura anunciada

Sánchez rechaza reunirse cara a cara con Iglesias; el Congreso se prepara para nuevas elecciones.

Iglesias y SánchezEFE

Las caras, las palabras, los gestos. Entre la decepción, el desafío, la inmovilidad. Este miércoles las declaraciones llamaban a negociación hueca, pero la música ya era de fanfarria electoral. Estamos a punto de terminar la crónica de la ruptura anunciada. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias o la eterna historia de que las izquierdas no saben entenderse.

Un día antes se había producido el penúltimo capítulo del desacuerdo con la fallida reunión entre los equipos negociadores del Congreso. En la misma casilla: el PSOE quiere un Gobierno en solitario con apoyo estable de legislatura de UP -con cargos en instituciones-, mientras que los morados aspiran a volver a la propuesta de julio (una Vicepresidencia y tres ministerios).

Tras ese fiasco, había mucha expectación por el debate parlamentario de este miércoles. Han sido cinco horas en el Congreso para hablar sobre Europa y la posterior sesión de control. Y los políticos, los periodistas y los ciudadanos se han ido como venían. Más bien, con un día perdido más y con reproches entre los partidos sobre esa posible repetición electoral el 10 de noviembre.

Pablo Iglesias se ha sacado durante el ‘cara a cara’ con el presidente en funciones un intento de desencallar la situación ofreciéndose a negociar sentados los dos. Hay que recordar que es un cambio de postura, pues fue el propio líder de UP quien en un primer momento había rechazado este tipo de reuniones y prefería el formato de los equipos delegados. Estos días anda reconociendo que es un error.

UP dice que intentará un pacto hasta el último minuto pero no renuncia a la coalición

Pero Sánchez no quiere sentarse a solas con Iglesias. Parece tener claro el destino electoral. No se mueve de su propuesta y ha descartado ese encuentro no respondiéndole desde la tribuna. El jefe del Ejecutivo sigue metiendo presión a UP diciéndoles que sería la cuarta vez que no permiten un Gobierno socialista y sigue en público señalando que no quiere elecciones.

La idea que hay en UP y en el resto de oposición es que el socialista ya tiene decidido ir a las urnas. “La sensación es que Sánchez no quiere acuerdo”, decía una persona cercana a Pablo Casado. Y un dato llamaba la atención a muchos parlamentarios: Pablo Iglesias confesaba que desde la investidura fallida Sánchez no le ha llamado ni una vez. Cero.

El líder ‘morado’ ha lanzado el mensaje de que va a llamar próximamente a Sánchez para desbloquear. Eso sí, él no piensa renunciar a ese Gobierno de coalición. Fuentes del entorno del secretario general morado explican que todavía intentarán hasta el “último minuto” llegar a un acuerdo, pero siempre que haya ministros. Y repiten: un partido no puede humillar a un socio de Gobierno.

“No estamos en clave electoral, es irresponsable pensar en clave de encuestas”, dicen fuentes cercanas a Iglesias, pero avisan de que el escenario demoscópico no es tan dramático como pintan. Además, frente a Moncloa, piensan que a Sánchez le va a resultar difícil justificar unos comicios por culpa de UP. Fuentes conocedoras de la reunión fallida del martes comentan además que no se habló de ninguna medida programática y que acabó con el ultimátum de Carmen Calvo: o aceptaban la propuesta o no habría más reuniones.

Sánchez rechaza la reunión a solas que le ha pedido Iglesias

Sánchez sí ha matizado un poco esto y, tras tenderle la mano Iglesias, le ha dicho que se puede volver a la mesa de negociación -donde no está ninguno de los dos líderes- para hablar sobre la propuesta. 

¿Podría cambiar todo en el último momento? Pues según a quién se pregunte. Los de Iglesias dicen que hasta el último minuto lo intentarán. Sánchez comenta que no quiere comicios, pero las personas que lo conocen desde hace años rememoran que cuando toma una decisión es firme como una roca (recuerden el “no es no”).

“La sensación es que Pedro no quiere acuerdo”

Y ahora el juego entre políticos y periodistas es saber si habrá alguna jugada maestra durante la ronda de consultas del rey. El monarca ha convocado este jueves a las 9 de la mañana a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para tratar sobre la investidura. Según varias fuentes de distintos partidos, se espera que los encuentros de Felipe VI con los políticos sean el lunes y el martes.

Una posibilidad sería que Iglesias le dijera al rey que está dispuesto a dar sus votos a Sánchez para que se desbloquee la situación y tenga que aceptar así ir al Pleno Sánchez. El presidente del Gobierno no quiere afrontar una nueva sesión si no tiene un acuerdo que le garantice la legislatura. En el PSOE piensan de qué sirve ahora ganar la votación y tener un Gobierno que apenas dure un año. Entonces habría que ir otra vez a elecciones y demoscópicamente sería peor para Ferraz: el desgaste de gobernar con todo el arco parlamentario en frente, la debilidad de no sacar unos presupuestos y con un PP en ascenso.

Pero, ojo, las encuestas pueden cambiar. Hoy lo avisaba en privado uno de los dirigentes con más poder de la derecha española: ahora no reflejan ni la “desmovilización” ni el “desencanto” de la izquierda. “Nada es descartable”, reflexionaba también una persona de confianza de Pablo Casado en el Congreso sobre si puede haber un acuerdo in extremis entre PSOE y UP y recordaba el ritmo vertiginoso de la política actual poniendo como ejemplo todo lo sucedido en Cataluña. Sánchez ha pedido hoy a populares y ‘naranjas’ que se abstengan: pero nada de nada.

Y en privado distintos dirigentes de varios partidos reconocían que tenían ya preparada la maquinaria para unos comicios. “Está listo el comité electoral”, decía un alto cargo de Cs. El PSOE ya tiene agendadas reuniones del Comité Territorial -el próximo sábado en Logroño- y del Comité Federal.

El Congreso ha arrancado su temporada de otoño y puede que apenas dure once días (hay plazo hasta el 23 para intentar la investidura). Prepárense para ver las caras de los líderes otra vez por las calles. Parece que en dos meses volveremos a votar por cuarta vez en cuatro años.