Cinco cosas que han aprendido los expertos sobre las vacunas en marzo

Cinco cosas que han aprendido los expertos sobre las vacunas en marzo

Para los que no son expertos en la materia, resulta complicado diferenciar lo que es cierto y lo que solo es un mito.

LENNART PREISS VIA GETTY IMAGES

Lo que la comunidad científica sabe sobre el coronavirus cambia de un día para otro.

Es comprensible teniendo en cuenta la magnitud de la pandemia, que ya ha superado los 132 millones de casos confirmados en todo el mundo. Casi año y medio después del primer caso diagnosticado en China, el virus sigue siendo relativamente nuevo y los médicos siguen aprendiendo sobre la marcha.

Es mareante la cantidad de datos que se descubren cada día sobre el coronavirus y, para los que no son expertos en la materia, resulta complicado saber qué es cierto, qué es un mito y qué consejos hay que seguir. Por eso, la edición estadounidense del HuffPost ha recopilado los cinco datos sobre la vacuna que se han descubierto a lo largo de marzo.

A finales de marzo, Pfizer publicó los resultados de un estudio realizado a unos 2000 niños de entre 12 y 15 años que recibieron las dos dosis de su vacuna. El resultado fue aún mejor que con adultos: un 100% de eficacia a la hora de evitar contraer el virus y unos efectos secundarios leves similares a los esperados en adultos.

El estudio, que aún no se ha publicado íntegro, ha sido muy aplaudido por pediatras, expertos en sanidad y padres.

Pfizer ha anunciado que solicitará la tramitación simplificada de la autorización para empezar a vacunar a niños “en las próximas semanas”. Las demás farmacéuticas también están en ello. Moderna está haciendo ensayos con niños de entre 12 y 17 años y Johnson & Johnson también quiere empezar pronto. Hasta el momento, todavía no hay ensayos con menores de 12 años.

La vacunación de los niños no atañe solo a padres y pediatras, sino que es fundamental para acabar con la pandemia. Tal y como señaló un artículo de Scientific American: “Teniendo en cuenta que la mayoría de los niños corren un riesgo bajo de sufrir complicaciones por la Covid-19, la búsqueda de una vacuna pediátrica no parece muy urgente, pero la pandemia no estará controlada hasta que los niños también estén protegidos”.

Todavía hay mucho misterio sobre el coronavirus de larga duración o las secuelas que arrastran muchos pacientes después de la infección inicial.

No se sabe por qué algunas personas desarrollan unas secuelas debilitantes que duran meses y otras se recuperan en días. Tampoco está claro qué probabilidades hay de sufrir el coronavirus de larga duración, aunque las estimaciones giran entre el 10% y el 20% del total de los infectados.

Sin embargo, marzo trajo buenas noticias para todas esas personas, ya que un estudio sugirió que la vacuna puede reducir las secuelas. Según una encuesta no profesional relizada en el grupo de Facebook Survivor Corps, el 36% de las personas con coronavirus de larga duración notaron mejoría en sus síntomas después de recibir la vacuna. Según otro estudio profesional (sin revisar), el porcentaje es del 25%.

Una vez más, hay que tener en cuenta que todavía hay pocos estudios al respecto y no tienen valor concluyente, pero los científicos confían en que la tendencia se confirme.

“Hasta ahora solo tenemos datos anecdóticos. Nos encantaría que fuera verdad, pero vamos a esperar a tener datos concluyentes”, comenta un inmunólogo al medio NPR.

El primer estudio a gran escala sobre la reinfección de la Covid-19 se publicó en marzo y trajo muy buenas noticias: la inmensa mayoría de la gente que ya ha superado el coronavirus queda protegida durante, mínimo, seis meses.

Según el estudio, las pocas reinfecciones registradas son más frecuentes entre personas de más de 65 años.

Entre los adultos jóvenes, se estima que la protección es del 80%, mientras que entre los mayores de 65 años es del 47%. Por eso los más mayores deben seguir siendo el grupo de vacunación prioritario, según los autores del estudio.

Un estudio realizado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades recibió mucha atención por sus prometedoras conclusiones: las vacunas de Pfizer y Moderna, tras las dos dosis, tienen un 90% de eficacia evitando infecciones en condiciones reales. Además, entre los que contrajeron el virus pese a estar vacunados, los síntomas fueron mucho más leves.

El estudio también afirma que con solo una dosis de cualquiera de las dos vacunas se obtiene hasta un 80% de protección dos semanas después de recibirla.

Estos descubrimientos son importantes por varias razones: para empezar, porque confirman los resultados obtenidos en ensayos clínicos. Los CDC también señalan que quienes que han recibido la vacuna tienen muy pocas probabilidades de ser transmisores del virus, por lo que dejan de ser un riesgo para los demás.

Apoyado en este estudio, Pfizer publicó nuevos datos que indican que su vacuna es un 100% eficaz a la hora de prevenir los síntomas más graves de la Covid-19. No se sabe todavía cuánto dura la inmunidad que genera el organismo tras estas vacunas, pero, por ahora, todo apunta al optimismo.

Marzo ha sido un mes complicado para la vacuna de Oxford/AstraZeneca. La farmacéutica ha tenido que revisar su eficacia más de una vez tras sus enfrentamientos con altos funcionarios de la sanidad por utilizar datos obsoletos en sus análisis. Ahora, AstraZeneca indica que su vacuna es un 76% efectiva a la hora de prevenir la enfermedad y un 100% efectiva a la hora de evitar los síntomas graves. Estos datos siguen siendo muy similares a los que publicó originalmente, pero el continuo baile de cifras ha generado confusión entre la gente.

También en marzo, varios países europeos suspendieron temporalmente la vacunación con AstraZeneca después de que surgieran varios casos de trombos atípicos entre los vacunados. La Agencia Europea del Medicamento realizó una investigación inicial y acabó concluyendo que la vacuna es “segura y efectiva”. Desde entonces, los países reanudaron la vacunación con AstraZeneca, subiendo o bajando unos años el umbral de edad máxima.

La conclusión sigue siendo que la eficacia de la vacuna de AstraZeneca es muy alta y la mayoría de los expertos coinciden en que los casos de trombos atípicos no están relacionados (aunque la posibilidad se sigue investigando). Además, la cuarta ola ya ha llegado a Europa y urge inyectar el mayor número de dosis en el menor tiempo posible, una tarea peliaguda a tenor del daño que ha sufrido AstraZeneca en la confianza de la población.

“Todavía no sabemos si estos trombos se deben a la vacuna y no sabemos si el riesgo, en el caso de ser real, es el mismo para todas las personas o solo para unas pocas con cierta predisposición”, explica la científica Hilda Bastian en The Atlantic. “A la vista de estas incertidumbres, el balance entre riesgos y beneficios es evidente. En el contexto actual de Europa y en el improbable caso de que se confirmaran las peores sospechas con la vacuna de AstraZeneca, la vacuna seguiría salvando muchísimas más vidas de las que podría llegar a quitar”.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.