Cinco incómodos comportamientos que son acoso o, mejor dicho, ciberacoso

Cinco incómodos comportamientos que son acoso o, mejor dicho, ciberacoso

“Intentarlo una vez, está bien. Dos, también, pero tres es demasiado", aconsejan desde Meetic.

El ciberacoso, o el acoso o intimidación a través de las tecnologías digitales, es uno de los problemas sociales que más preocupan en nuestra sociedad que puede tener importantes consecuencias emocionales en quien lo sufre.

Luchar contra el ciberacoso es cosa de todos: de instituciones, de empresas digitales y de la sociedad en general. 

Una de las primeras compañías que ha decidido participar activamente en la lucha contra el acoso digital ha sido Meetic, el servicio de citas online que, según un estudio elaborado por Kantar, se ha posicionado como la plataforma líder a la hora de iniciar una relación auténtica.

Para ello ha dotado de nuevas funciones a su asistente virtual Lara, encargada no sólo de dar el toque de alarma cuando un comportamiento de acoso se hace evidente, sino que además, lleva a cabo una importante tarea de educación con los usuarios a la hora de identificar este tipo de conductas.

Porque efectivamente, no todos somos capaces de señalar a un incipiente —o un total— acosador o acosadora, confundiendo sus mensajes y propuestas con bromas o gestos machacones. Pero recordemos que el acoso por Internet puede llegar a ser un delito.

A continuación, exponemos cinco ejemplos de situaciones que se pueden clasificar como ciberacoso.

“Intentarlo una vez, está bien. Dos, también, pero tres es demasiado”, aconsejan desde Meetic.

Efectivamente, la insistencia continúa por entablar una conversación, por reclamar la atención de la persona que te atrae puede incomodar e incluso llegar a atemorizar al otro.

Controlar cada paso que das en redes sociales puede convertirse en una obsesión. Dar un like o comentar la publicación es una forma de hacer ver que sigue ahí, que no tira la toalla.

No es necesario que te mande fotos obscenas o subidas de tono para sentir que invade tu intimidad.

Recibir fotos de otras persona en determinados momentos del día para hacer saber que no se olvidan pueden convertirse en una preocupación, vulnerando la sensibilidad de quien las recibe.

No hay forma de disculpar este comportamiento.

Los insultos, los descalificativos y las amenazas en Internet atentan contra los derechos fundamentales de las personas. Un delito especificado y penado en nuestro Código Penal.

Superar y saber gestionar el desengaño exige un sobre esfuerzo y, sobre todo, el respeto por los sentimientos de la otra persona. Intentar la venganza difamando y calumniando es una conducta reprochable y puede llegar a constituir un delito.

El respeto y la libertad son fundamentales en cualquier tipo de relación y son la garantía de un amor sano y duradero, recuerdan desde Meetic.

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