La app creada por cinco menores madrileñas para las mujeres a raíz del caso de Laura Luelmo

La app creada por cinco menores madrileñas para las mujeres a raíz del caso de Laura Luelmo

Una aplicación que avisa al contacto que quieras si detecta anomalías cuando sales a la calle sola.

Violencia de géneroEFE

Desde las niñas de Alcasser o Marta del Castillo hasta Laura Luelmo o Diana Quer... Es un hecho que caminar solas por la calle es un peligro para las mujeres. No hacen más que salir a la luz pública casos de violencia sexual y agresiones en grupo cuyas víctimas llegan a ser incluso menores de edad. Pero al mismo tiempo, las nuevas generaciones llegan cada vez más concienciadas contra el machismo y la violencia de género y reclaman que se eduque a los hombres y se deje de culpabilizar a las mujeres por su estado de embriaguez, su comportamiento o su forma de vestir.

Esta es la reflexión que hacen Paula, Lucía, Lucía Fernández, Nuria y Sandra. Cinco jóvenes de 15 y 16 años que, con ayuda de dos mentores de la Universidad Carlos III, han creado la app When & Where. ”La aplicación detecta anomalías cuando vas andando o corriendo y obtiene tu ubicación a tiempo real. Si te paras o no te estás acercando a tu destino te manda una alerta y en caso de emergencia avisa al contacto que tengas establecido”, cuentan Paula.

El proyecto les ha llevado a la final del concurso Technovation Challenge, un evento que impulsa a las mujeres en la tecnología.

La idea surgió a raíz del caso de Laura Luelmo

“Se nos ocurrió a raíz del caso de Laura Luelmo”, cuenta Nuria, “pero no sólo ese, hay muchos más”. De esta manera se “concienciaron” de la “gravedad del problema”: vieron la oportunidad de buscar algún tipo de solución. 

Laura Luelmo desapareció el 12 de diciembre tras salir a correr por El Campillo (Huelva). Días más tarde apareció su cadáver escondido entre unos arbustos y Bernardo Montoya, un vecino que acababa de salir de la cárcel, fue detenido por el crimen.

Las menores vivieron con horror este caso y por eso lo utilizaron como percha para su trabajo en el instituto. A pesar de eso, saben que su aplicación no se trata de una solución final, sino de algo “adicional”. “Las Manadas no son culpa de las mujeres, sino de los violadores”, explican para concluir sin atisbo de duda: “Por muchas aplicaciones que hagamos esto va a seguir pasando y hay que trabajarlo desde la idea de que el culpable es el violador”.