Las ocho claves de la reunión entre Biden y Putin

Las ocho claves de la reunión entre Biden y Putin

No se aman, no se van a abrazar, pero Rusia y EEUU han acordado la vuelta de sus embajadores y un acercamiento de posturas, que no es poco.

Putin y Biden se saludan antes de su reuniónBRENDAN SMIALOWSKI via AFP via Getty Images

No se aman, pero “hablan un mismo idioma” y no quieren una nueva Guerra Fría. Algo es algo, tal y como estaba el ambiente. La reunión entre Joe Biden y Vladimir Putin, o lo que es lo mismo, EEUU y Rusia, ha sido “cordial”, “honesta”, “productiva” y varios adjetivos más que invitan al optimismo.

Ambos países se han mirado a la cara este miércoles en Ginebra, Suiza, terreno neutral por antonomasia, en su peor momento diplomático desde, precisamente, la Guerra Fría. Y por ahora las aguas parecen calmarse.

Durante tres horas y media, menos del tiempo previsto, ambos líderes han conversado junto a sus responsables de Exteriores y equipos más cercanos. La abrupta finalización del encuentro invitaba a pensar en un desacuerdo evidente, pero el tono de Putin, primero, y de Biden, minutos después, ha dejado claro que no. Que el encuentro ha servido para mucho. Sobre todo, viniendo de donde venían.

La vuelta de los embajadores a Moscú y Washington

Las tensiones entre el Kremlin y la Casa Blanca se dispararon en marzo después de que Biden llamara “asesino” a Putin, tras lo cual Moscú llamó a consultas a su embajador, y recomendó al responsable de la legación estadounidense que abandonara el país.

Solo un mes más tarde, Washington impuso sanciones a Rusia y expulsó a diez diplomáticos por su presunta interferencia en las elecciones presidenciales de 2020, su supuesto papel en el ciberataque masivo de SolarWinds y sus acciones en Ucrania y Afganistán, a lo que el Kremlin respondió con medidas similares.

Ahora las cosas vuelven a una situación ‘normal’ (aún es pronto para decir buena). “El problema está resuelto”, ha remarcado Putin, si bien no ha podido o querido dar una fecha concreta para hacer efectiva esa vuelta a la normalidad diplomática.

Seguridad estratégica

Los dos países comenzarán una ronda de consultas sobre estabilidad estratégica y ciberseguridad, algo que Putin ve “sumamente importante”. “Es importante para todo el mundo en general y para Rusia y Estados Unidos, en particular”, ha hecho hincapié. Un gesto relevante tras la continuada sombra de la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses.

Biden y Putin han ido un paso más allá de las buenas intenciones para firmar una declaración conjunta en materia de seguridad. “Rusia y EEUU han demostrado que aun en periodos de tensión son capaces de lograr progresos en el cumplimiento de objetivos comunes para garantizar la predictibilidad en el ámbito estratégico, disminuir los riesgos de conflicto armados y la amenaza de una guerra nuclear”, recoge el documento.

No habrá otra Guerra Fría

Nadie la quiere, pero ha sido Biden el que le ha puesto más entusiasmo al explicarse. “Esto no es una Cumbayá, como decíamos en los sesenta, no nos vamos a abrazar, pero ni a ellos ni a nosotros nos interesa entrar en una nueva Guerra Fría. Tu país no es el mío y los dos lo pensamos”.


Una reunión como prólogo... de la siguiente

En la agenda de ambos líderes estaba la idea del entendimiento. Se ha planteado una agenda bilateral con un plazo “de tres o seis meses” para volver a verse si surgen discrepancias.

Es un escenario muy realista. “Veremos cómo nos movemos a partir de aquí, porque hay opciones de mejora sin ceder en nuestros principios”, añadió Biden, para quien “el verdadero test será dentro de seis meses”.

¿Acuerdos? comerciales: al menos no hay más desacuerdos

Más que un acuerdo firmado y evidente, es una intención: “Tenemos que seguir cooperando en el ámbito comercial”, ha señalado Putin, más suave que (casi) nunca al valorar como objetivo “corregir las pérdidas que sufren las empresas rusas y estadounidenses por las restricciones impuestas respectivamente”.

Del “asesino” y “no tiene alma”, a la madre de Biden

Hasta Putin se ha mostrado conciliador al hablar del ‘nuevo’ presidente estadounidense. Cuando aún era vicepresidente de Obama aseguró que Putin no tenía “alma”, pero el mandamás ruso ha tirado de humor: “No es la primera vez que me lo dicen”. Del “asesino” que le dedicó recién llegado a la Casa Blanca no ha opinado.

No se sabe si han salido estas palabras en la sala de reuniones en Ginebra, pero sí que Biden ha tirado de escenas familiares para hablar de su madre y sus conversaciones con ella, en un intento por ‘humanizar’ la charla. Lejos de incomodarle, a Putin ha parecido gustarle, aunque, claro, siempre a su manera: “Son cosas que no están muy relacionadas de los temas que nos han traído aquí, pero habla de sus valores morales”.

De inmediato, el líder ruso ha definido a su homólogo americano con un puñado de buenas palabras. Lo ve como “una persona constructiva, bien equilibrada, con experiencia y un gran político”. Ya es más de lo que podía oírse hasta ayer.

La salud de Navalni

Ni se aman ni se van a abrazar, lo han dejado claro, pero la salud del opositor a Putin Alexei Navalni, envenenado en Rusia puede ser algo más que un problema político y sanitario. Joe Biden lo ha advertido en uno de los pocos momentos de tensión en su larga rueda de prensa tras la reunión.

“No se trata solo de perseguir a Rusia cuando violan los Derechos Humanos, se trata de quiénes somos”, por lo que seguirá planteando “cuestiones de libertades fundamentales”. Así, ha aseverado “las consecuencias” de una hipotética muerte de Navalni “serían terribles para Rusia”.

Ucrania

Diplomacia como solución para resolver las diferencias, en base al acuerdo de Minsk. pero no bajo cualquier condición. EEUU ha dejado claro su “compromiso inquebrantable” con la soberanía e integridad territorial del país del este de Europa.