Cómo detectar los síntomas de neurodegeneración

Cómo detectar los síntomas de neurodegeneración

Diez indicios típicos del inicio de enfermedades del cerebro asociadas a la edad.

Un hombre mayor con un puzle. LightFieldStudios via Getty Images

El cerebro no envejece como el resto del cuerpo. No tiene canas o arrugas, pero sí sentimos que con el progreso de la edad algunas capacidades mentales se ralentizan. Por ejemplo, la memoria en el corto plazo (la que nos permite recordar números de teléfono) se ve resentida. Eso no tiene nada de preocupante, ya que es parte de un proceso normal que incluso podemos mejorar con entrenamiento y con recursos alternativos.  

¿Se pueden conocer los síntomas iniciales de demencia?

Sin embargo, muchas personas me preguntan qué síntomas pueden ser signos primarios que desencadenen en una enfermedad neurodegenerativa asociada a la edad (demencia). La demencia es un término genérico para describir los síntomas que afectan al razonamiento, la memoria y la actividad cognitiva como resultado del deterioro natural con la edad.

Algunos signos pueden ser significativos pero siempre requieren que se contrasten con un especialista. No todas las personas tenemos las mismas capacidades y habilidades todos los días, y nos vemos a veces muy influenciados por el estado emocional. Por consiguiente, hay que distinguir bien entre una sensación de aturdimiento como consecuencia de atravesar un periodo de estrés y nerviosismo, por ejemplo.

Diez síntomas típicos del inicio de enfermedades del cerebro con la edad

  1. Tener menos olfato. La pérdida de olfato (total o parcial) suele ser un síntoma temprano de alzhéimer y párkinson.
  2. Lentitud al tomar decisiones. Aumento de las dificultades para tomar decisiones como por ejemplo planear un itinerario o decidir qué receta vas a hacer. También a la hora de seguir las indicaciones para preparar la receta o para seguir el itinerario adecuado cuando vas conduciendo.
  3. La memoria falla. Una persona con demencia tiene más dificultades a la hora de recordar información de cosas que ha aprendido recientemente, como fechas, nombres o lugares que ha visitado. Se les olvida la cita médica que tenían prevista o incluso se les puede olvidar apuntar la cita médica.
  4. Desorientarse fácilmente y perder la noción del tiempo. Las personas con demencia son proclives a desorientarse en lugares que visitan con frecuencia y olvidar incluso la razón por la que se encuentran en ese lugar. También presentan dificultades a la hora de analizar el paso del tiempo. Se les olvidan fechas importantes y a veces encuentran dificultades para distinguir el pasado y el futuro.
  5. Problema para expresarse y escribir. Se experimentan dificultades para entablar o participar en una conversación. Se les olvida lo que acaban de decir, se olvidan de palabras sencillas y la gramática empeora. También comenten más errores gramaticales y en los signos de puntuación. La escritura se vuelve más difícil de leer y comprender.
  6. Peor gestión de la visión. La información visual puede volverse dificultosa, por ejemplo, a la hora de calcular las distancias o las diferencias de colores. También la capacidad de lectura empeora y cuesta más entender lo que se está leyendo.
  7. Perder objetos. Suele ser frecuente que no recuerden dónde han colocado los objetos rutinarios y cotidianos (las llaves, el mando de la tele, el monedero, etc).
  8. Dificultad en las tareas domésticas. A veces pierden la capacidad de elaborar tareas sencillas como hacer una taza de té, encender la televisión, manejar el ordenador o llegar a casa de un familiar conocido.
  9. Tendencia al aislamiento. Suelen tener tendencia a aumentar sus temores y a sentirse más vulnerables. No muestran interés por relacionarse socialmente o no prestan atención a lo que dicen los demás. En consecuencia, se pueden volver más retraídos y con tendencia al aislamiento y a la melancolía. Como ya se ha comentado en otro artículo, los cuadros depresivos son la antesala del alzhéimer.
  10. Descuido del aseo personal. A veces estas personas presentan dificultades a la hora de tomar decisiones y reducen su capacidad de juicio y sensatez. Por ejemplo, a la hora de hacer compras, van a tener tendencia a comprar objetos inútiles, extravagantes o en excesiva cantidad. Por otra parte, pueden abandonar su aseo y decoro personal.
  11. Cambios en el carácter y el humor. Se experimentan cambios en el humor. A veces se convierten en ansiosos, irascibles, miedosos en exceso o depresivos. A veces pueden tener comportamientos inapropiados o desinhibidos en público.

La detección de estos síntomas antes de que se agudicen pueden ayudar a establecer tratamientos más eficaces para paliarlos. Por ello, visitar a un especialista si estos síntomas son recurrentes y empeoran puede ayudar a prevenir el deterioro creciente.

Por otra parte, no hay dos cerebros que envejezcan de la misma manera. Muchas pautas de vida que están en nuestras manos pueden contribuir enormemente a mantener el cerebro joven. En mi libro, Dale vida a tu cerebro (RocaEditorial) comentaba numerosos aspectos que ayudan a rejuvenecer el cerebro. ¡Consúltalos!

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MOSTRAR BIOGRAFíA

Raquel Marín es neurocientífica y catedrática de Fisiología. Coordina el grupo de investigación de «Señalización celular en enfermedades neurodegenerativas», de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, en la que también da clases. Estudió Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Autónoma de Madrid, y fue allí donde se inició en la investigación médica. Máster y doctora en Biomedicina por la Universidad Laval de Quebec, sus tesis se centraron en investigar el sistema nervioso. Con posterioridad, y antes de llegar a La Laguna, trabajó en la Universidad Rockefeller de Nueva York. Investigadora de excelencia Ramón y Cajal durante cinco años, a lo largo de toda su carrera académica y profesional ha centrado su línea de investigación fundamentalmente en enfermedades neurodegenerativas asociadas al envejecimiento. Es autora de varias monografías y de casi un centenar de artículos científicos publicados en revistas internacionales referentes de su ámbito de estudio, ponente invitada en una treintena de congresos internacionales y conferenciante y divulgadora científica. Ha recibido el Premio a la Mujer Investigadora en Biomedicina en la Universidad Laval (Canadá), el Premio de Investigación Agustín de Bethencourt de la Fundación Caja Canarias, la Medalla Europea al Trabajo de Economía y Competitividad, y la Medalla de Honor del Instituto de Ciencias Forenses (Barcelona). En su página www.raquelmarin.net escribe un blog de divulgación sobre el cerebro, la nutrición y recetas neurosaludables. Dale vida a tu cerebro es su primer libro de divulgación, que tras cinco meses desde su publicación ha entrado en su 3ª edición.