Conciencia, acción y contundencia: las claves de la Cumbre del Clima (COP26) en Glasgow

Conciencia, acción y contundencia: las claves de la Cumbre del Clima (COP26) en Glasgow

Cada vez más movilizaciones masivas se plantan frente a los líderes mundiales para reclamar que este encuentro sea el último, porque no hay tiempo para frenar esta emergencia global.

Concentración en Madrid contra la emergencia climática.Carlos Pina.

El tiempo se agota. La ciencia advierte de que muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes y algunos de los que ya se están produciendo nos acercan peligrosamente a un punto de no retorno.

Es una emergencia global y, para frenarla, hace falta conciencia, acción y contundencia. Es lo que demandan cada vez más movilizaciones masivas que se plantan frente a los líderes mundiales para reclamar que la próxima Cumbre del Clima (COP26) sea la última. Que se adopten acuerdos sólidos y  compromisos firmes que eviten el colapso.

Estas son algunas de las principales claves sobre el próximo encuentro:

¿Qué quiere decir COP?

Las siglas hacen referencia a una “Conferencia de Partes”. Se trata de la cumbre anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) donde se reúnen 196 países, más la Unión Europea.

La primera se llevó a cabo en 1995. Ésta será la vigésimo sexta ocasión para que las delegaciones de los distintos Estados participantes pacten soluciones comunes frente a la emergencia climática.

¿En qué consiste exactamente?

El encuentro se organiza entre sesiones oficiales y, paralelamente, distintos actos y reuniones entre entidades y grupos implicados en la defensa del clima.

Hay dos principales espacios físicos: la zona azul, para personas acreditadas por la CMNUCC, como las delegaciones nacionales, miembros de la ONU, prensa y organizaciones observadoras; y la zona verde, para la sociedad civil, donde se celebran eventos diversos como talleres, ponencias o exposiciones, entre otros.

¿Dónde se llevará a cabo y qué días?

Después de que la ciudad de Madrid acogiera la última, presidida por Chile, la conferencia de 2021 que no pudo celebrarse debido a la pandemia será en Glasgow, Escocia, con Reino Unido como anfitrión, entre los días 31 de octubre y 12 de noviembre.

¿Qué líderes asisten y cuáles no?

Según la información facilitada por el comité organizador, más de 120 jefes de Estado y de Gobierno han comunicado su intención de asistir.

Estados Unidos reaparecerá después de su retirada durante el mandato del expresidente Donald Trump, pero habrá dos principales ausencias: la de Putin (Rusia) y Xi Jinping (China), presidentes de países en el top de los más contaminantes, aunque sí estarán sus equipos negociadores.

¿Qué se ha conseguido hasta la fecha?

Desde que en la primera COP (Berlín, 1995) se preparara el camino para la ratificación del Protocolo de Kyoto dos años después, a través del cual se exigía a las naciones más industrializadas que frenasen sus emisiones, los resultados de estas conferencias han sido, a todas luces, insuficientes. Las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero en la atmósfera no han dejado de aumentar, a pesar de los acuerdos suscritos.

No fue hasta 20 años después, y con la disputa de los países más dañinos para el medioambiente por echar balones fuera y negar su responsabilidad en el asunto, cuando se firmó el Acuerdo de Paris. Un hito a través del cual casi 200 Estados se comprometieron limitar el calentamiento global por debajo de los 2 grados, pero con la esperanza de restringirlo a 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales. Los firmantes también acordaron metas nacionales para reducir los gases de efecto invernadero de cara a 2030.

El acuerdo daba margen para que cada país pudiera decidir cómo llegar a dicho objetivo, lo que recibió en nombre de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC).

¿Realmente se han cumplido los compromisos?

No. Los informes del panel de expertos de la ONU –IPCC– son claros y alarmantes. El aumento de la temperatura media global está ya en 1,1 grados respecto a los niveles preindustriales y el ritmo de dicho calentamiento no tiene precedentes en los últimos 2.000 años.

Los científicos advierten de que el incremento de la temperatura continuará al alza al menos hasta mediados de siglo pase lo que pase y que, “si no se producen reducciones profundas de las emisiones de CO₂ y otros gases de efecto invernadero en las próximas décadas, no se logrará a partir de 2050 que su nivel se mantenga entre los 1,5 y 2 grados”.

En el peor escenario, el último informe estima que a finales de este siglo se llegaría a un incremento de 4,4 grados, algo que dispararía en consecuencia la intensidad y frecuencia de los fenómenos extremos tales como inundaciones provocadas por lluvias torrenciales, subidas de temperatura, sequías o aumento del nivel del mar.

¿Qué se espera de esta COP26?

Ambición. Que sea la última. Que las grandes promesas no queden en eso y que se adopten medidas firmes, inmediatas y vinculantes para las partes con el objetivo de frenar esta emergencia. Los expertos, organizaciones y demás colectivos en defensa del clima señalan que, si los gobiernos no actúan ya, será imposible alcanzar la primera meta de reducción de emisiones para 2030 y, por ende, el objetivo de emisiones cero para 2050. Además, recuerdan: una respuesta seria también requiere una financiación climática suficiente.

¿Cómo llega España?

El Gobierno señala que la “expectativa mayor” es salir de la cumbre pudiendo decir que se mantiene dentro de la comunidad internacional el objetivo de limitar la temperatura en 1,5ºC, según se acordó en el Acuerdo del Clima de París, y un mecanismo para volver a revisar estos esfuerzos en 2023.

Un pronóstico más optimista que el que apuntaba este martes el Programa de Medio Ambiente de la ONU cuando afirmaba que los compromisos actuales de la comunidad internacional suman esfuerzos que apenas limitarán el incremento global de la temperatura en 2,7ºC.

La directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui vaticina “anuncios claros, cuantificados” de países que todavía no han mandado sus NDC o bien de revisiones al alza por los países que sí lo han hecho.

“La UE lidera la ambición tanto en el corto como en el largo plazo”, elogia Ulargui, quien asegura que no solo se trata de números sino de que ese objetivo vaya acompañado de medidas como el paquete Fit 55 que ya está siendo negociado por los Estados miembro en Bruselas y que se cerrará en los dos próximos años.

¿Qué opinan las organizaciones y movimientos ecologistas?

Hay clara unanimidad: la llamada de alerta de la ciencia sigue siendo ignorada.

“La COP26 debe responder a los principios de la justicia climática frente a los intereses de las empresas fósiles. Los países en Glasgow deben señalar claramente el final de la era de los combustibles fósiles y se debe de acabar la era de las compensaciones y las trampas al clima.  También se debe garantizar una revisión periódica de los objetivos –que son insuficientes– para que que sean capaces de garantizar la protección de las personas y el clima”, señalan desde Ecologistas en Acción.

“Debe discutirse sobre un nuevo objetivo de financiación para 2025 que garantice que los países desarrollados tengan un plan para incrementar con plenas garantías los fondos necesarios de modo que los países en desarrollo implementen sus NDC y hagan frente a los crecientes impactos climáticos”, añaden.

“No más promesas vacías”, piden desde Fridays for Future; “que se llegue a los acuerdos necesarios de tal manera que no se convoquen más cumbres”, sostienen desde Extinction Rebellion.

Contracumbre

Entre el 7 y el 10 de noviembre habrá en Glasgow una cumbre alternativa, la Cumbre de los Pueblos o Cumbre Social. “Para contrarrestar las falsas negociaciones que se llevan a cabo en el seno de la COP”, destaca la responsable del área internacional de Ecologistas en Acción, Nuria Blázquez.

A través de diversas acciones representará la convergencia de la sociedad civil, los pueblos indígenas y las organizaciones ecologistas para demandar justicia climática y acción rápida con el objetivo de reparar el daño en las comunidades del sur global.