Contacto: Lancia Delta S Momo Design 190 CV

Contacto: Lancia Delta S Momo Design 190 CV

El Lancia Delta se aproxima al final de su vida comercial sin pena ni gloria. Lanzado en 2008 dos años después de presentarlo en forma conceptual, la tercera generación del compacto jugaba a medio camino entre los segmentos C y D, sustituyendo al Lybra al tiempo que buscaba atrapar clientes más enfocados hacia un compacto.

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El Lancia Delta se aproxima al final de su vida comercial sin pena ni gloria. Lanzado en 2008 dos años después de presentarlo en forma conceptual, la tercera generación del compacto jugaba a medio camino entre los segmentos C y D, sustituyendo al Lybra al tiempo que buscaba atrapar clientes más enfocados hacia un compacto.

En el momento de su lanzamiento, su carrocería alta y su gran habitáculo no terminaron de encajar en la visión que muchos teníamos del nombre comercial Delta, pero la realidad es que, en perspectiva, su estampa externa ahora mismo encaja mucho más en las tendencias del diseño actual de coches.

A un año y pico de su desaparición comercial, no se puede decir que sus ventas hayan sido espectaculares. Su posición en el mercado como compacto "semi-premium", su enfoque "chic de diseño" sin carga de dinamismo, y un interior "no del todo premium", no han acabado de convencer a los compradores actuales, muy enfocados hacia lo dinámico de otras marcas del segmento (contar que un coche tiene tintes técnicos y deportivos ayuda a venderlo, aunque el cliente no los necesite).

Pero curiosamente, ahora que su fin se acerca, es cuando mejores Deltas hay en el mercado. Esta semana nos han presentado el Delta S, la variante "más dinámica" (al menos en lo estético) de las disponibles hasta la fecha, equipada con el 1,9 TwinTurbo de 190 caballos diésel. ¿Te contamos cómo se ve y cómo se mueve?

En el primer apartado, el de las diferencias estéticas, el Delta S busca diferenciarse de los modelos "más normales" de la gama a base de incorporar nuevos toques de color negro. La calandra, los marcos de los antinieblas, las llantas y la parte inferior del portón trasero se pasan por tanto al negro.

Curiosamente, las citadas llantas son las que tenía disponible el Bravo, y serán exclusivas para esta versión del Delta más dinámica. Cosas de maximizar el uso de componentes del grupo.

En el color blanco de la unidad de pruebas, con estos toques negros, el coche queda algo más masculino, es cierto, y no parece tan alto como cuando lo conocimos por primera vez. Desde un punto de vista muy personal, te diré que es un coche que no me parece para nada feo por fuera, aunque mis gustos se vayan hacia otro tipo de coche. Lo que nadie podrá decir es que le falta carácter o personalidad, pues es de estos coches que no se parecen a sus rivales.

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Por dentro también hay una serie de modificaciones co-desarrolladas con los chicos de Momo Design, que han dado su opinión para dar una estética más elaborada al coche. Así, el cuadro de relojes recibe grafías en amarillo que intentan recordarnos a las del Delta Integrale (sí, lo que lees), y todo tiene toques negros, con una tapicería con el logo de Momo Design "embebido", y con costuras negras. El pomo de la palanca de cambios es de cuero, como el freno de mano y el volante.

Pero más allá de los detalles están las sensaciones. El salpicadero es soso, se mire como se mire. Así como el exterior, la carrocería, tiene algo de escultural y de diseño italiano que gusta, el habitáculo no tiene carácter o personalidad, y las piezas compartidas con el resto del grupo saltan demasiado a la vista (cuadro de relojes, plafón de iluminación, palancas tras el volante, el propio volante...). Además, los materiales del salpicadero (acolchado en una parte, duro en la superior próxima al parabrisas) no son para tirar cohetes, y los ajustes, aunque bien ejecutados, no son de micras... Basta decir que la chapa queda a la vista en los paneles de puerta traseros cuando reposas tu culo en las butacas de atrás.

En todos estos detalles, si nos miramos "el rival" (el Golf, que es el más vendido del segmento), no tenemos otra cosa que decir que, puede que sea más soso por fuera, pero tiene un interior mejor ejecutado.

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Pero más allá de diseño y materiales está la habitabilidad y la técnica. El Delta es grande por dentro. Las plazas traseras tienen banqueta deslizable, con lo que puedes priorizar entre un maletero como el de un Golf, o uno más grande si lo requieres. Hay espacio más que cómodo para cuatro pasajeros adultos, y meter a un niño en las plazas traseras en una sillita infantil es sencillo, mientras el carrito cabrá perfectamente en el maletero, cuya única pega es que el borde de carga está demasiado elevado y la boca no es la más grande del segmento.

Los ajustes de la plaza de conducción son grandes, y puedes encontrar una buena posición para conducir, con la única pega de un pilar A algo intrusivo en la visibilidad. Los asientos tienen un tejido agradable, y aunque son menos duros que los de un Alfa Romeo, siguen lejos de ser tan blandos como los de un Citroën, algo que se agradece con el paso de los kilómetros.

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Arrancar el motor diésel de 190 caballos es encontrar uno de los principales cambios de este coche desde que se lanzó. La cantidad de material insonorizante ha sido elevada, y ahora el traqueteo "gasóleo" ya no penetra en el habitáculo.

Meter primera es un juego de niños, con una palanca que ha mejorado en su tacto para enclavar marchas. La dirección tiene el ya famoso sistema DualDrive para maniobrar en entorno urbano sin esfuerzos, y moverse a bajas velocidades es un juego de niños, con un coche que, si bien no es pequeño para nuestros estándares actuales, tampoco resulta torpón.

Salir a carretera abierta nos confirma el enfoque del Delta. Puede que le hayan agregado una letra "ese" a su portón trasero, y hayan enfocado algo el tarado de amortiguadores a una faceta "algo más dinámica", pero sigue siendo un coche enfocado plenamente al confort. Decía Alfonso Ortín, el jefe de comunicación del Grupo Fiat para España, que "es un coche de pasajero, no de conductor". No le falta razón.

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Los baches de autovía o autopista se los traga impertérrito, pero no es un coche para ir rápido disfrutando de la carretera. Y es que sus muelles y estabilizadoras son blanditas, lo que hace que se balancee, ayudado por un centro de gravedad alto. Los amortiguadores nuevos, más restrictivos, frenan los balanceos descontrolados del modelo original, pero el coche no es de esos que apoye al instante, y en curva rápida, si bien tiene una trazada consistente, tarda en apoyarse en ella y "coger actitud".

Si te metes en una carretera mucho más revirada, la cosa se vuelve algo peor. Si bien el tarado del chasis es neutro tirando a subvirador, lo cierto es que los lentos movimientos y respuestas de la carrocería condicionan mucho la agilidad. Es fácil de llevar rápido, pero no agradece que lo hagas... Es de estos coches que te piden ir tranquilo en el curva a curva.

Si lo haces, disfrutarás de silencio y confort. De un climatizador que funciona bien y... del motor. Con 190 caballos puedes pensar que se trata de un motor fogoso, pero nada más lejos de la realidad. No te da sensaciones de ser un disparo, y con un 0 a 100 en 7,9 segundos, no lo es. Tiene una curva de par plana, devora marchas, y se mueve con soltura suficiente como para afrontar cualquier viaje con soltura más que digna, pero no es un deportivo. Nuevamente, si lo comparamos con el TDI del Golf (el 2.0 150 CV), aunque tiene algo menos de chicha y prestaciones contra el crono, da la sensación de ser un motor más "deportivo" en su forma de entrega.

¿Consumos? Anuncia 5,7 de consumo medio, aunque nosotros no bajamos de 8, pero en un contacto tan breve como este, tuvimos mucho rato el pedal pisado a fondo para averiguar el carácter del chasis, por lo que necesitaríamos una semana con él antes de hablar de consumos reales.

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Conclusiones

La primera vez que probé un Delta de esta tercera generación salí insatisfecho en muchos aspectos, pero esta última revisión, con el acabado S, el nuevo aislante sonoro y demás, ha mejorado mucho el coche.

Sigue sin encajar dentro de mis "gustos personales", pero para aquellos que busquen un coche diésel con gran espacio interior, una estética diferenciada, y un chasis confortable, ahora es una buena compra.

Con un precio de 21.500€ (promoción actual), no hay nada que se le parezca en el mercado, en cuanto a motorización-tamaño-"aura aspiracional".

Si lo comparamos con sus rivales, un Golf TDI de 150 caballos ya está en los 25.000€. Sus ventajas ante el Delta están en el habitáculo (acabado, materiales, diseño) y en su comportamiento, que es más dinámico, con un tren delantero más positivo, y menos balanceo de carrocería, aunque es menos comodón.

Tal vez lo que más se parezca en enfoque "confort-extrañeza-exclusividad" sea un DS4 de Citroën, pero es mucho más caro con un motor de 160 caballos diésel (vuela por los 28.680€) y sus plazas traseras son más ajustadas.

No, yo no me compraría un Delta S (dentro del Grupo Fiat, me compro antes un Giulietta), pero si eres un cliente como el que hemos descrito, seguro que el coche puede llegar a convencerte, más con este precio. Pero esto me hace preguntarme... ¿de verdad queremos una Lancia donde "lo mejor del producto sea su precio"?

Artículo originalmente publicado en Autoblog