Coque Malla: "Respondí así a Vox para reírme de ellos y de sus soflamas"

Coque Malla: "Respondí así a Vox para reírme de ellos y de sus soflamas"

El que fue cantante de Los Ronaldos publicó este viernes su disco '¿Revolución?'.

Hace ya 35 años que Coque Malla empezó su andadura musical con Los Ronaldos. Entonces tenía 15 años, de ahí que convirtiera el pedirle dinero a sus padres en todo un hit llamado Adiós, papá.

Aquello fue solo el principio de una larga trayectoria en la música con incursiones en el cine, que le hicieron incluso estar nominado al Goya a Mejor actor revelación por Todo es mentira (1995). El premio le llegó 24 años después gracias a la canción Este es el momento de la película Campeones.

2019 es para él un año especial: celebra 20 años en la música en solitario y también medio siglo de vida. El pasado 22 de octubre sopló las 50 velas, pero los años no pasan por él. Coque Malla conserva todavía su aspecto de chaval. 

  .Carlos Pina

No hay quien le quite la camisa de flores y el chaleco, que se han convertido en su seña de identidad. Se considera “vitalista” y “juglar” y, aunque asegura que los músicos lo siguen teniendo jodido y que nadie “vive de las rentas”, no se cansa de escribir y componer. Entre entrevista y entrevista lee las que ya han salido publicadas y observa minuciosamente las fotos. Todo con un respeto y una cortesía que quedan lejos del aire gamberro de los 80.

Su discografía está llena de canciones, o lo que algunos llaman himnos, aunque si hay una que destaca sobre las demás es No puedo vivir sin ti. Se la has oído cantar a él, a él con Dani Martín, a él y a Anni B Sweet, las has oído en la Academia de OT y hasta en un mitin de Vox.

De aquel episodio y de la respuesta que le dio al partido de Santiago Abascal habla en esta entrevista con motivo del lanzamiento de su nuevo disco ¿Revolución?, que llega justo un día después de la exhumación de Franco y con los disturbios en Cataluña por la sentencia del procès como telón de fondo. De eso también se moja en esta entrevista.

Viendo el título de tu disco ¿Revolución? y con un ojo en la situación de Cataluña, ¿crees sería posible de verdad una revolución hoy?

Soy bastante pesimista al respecto. Soy vitalista, soy pesimista, pero creo que merece la pena vivir aunque no sea posible un cambio profundo que haga que este mundo sea un poco mejor. Lo que es una putada es que la revolución no es posible no por la fuerza que tengan los poderosos sobre nosotros, sino por nosotros mismos. Somos bastante incapaces de cambiar las cosas. 

¿Nos hemos acomodado?

Sí, porque nos dan herramientas para librarnos del poder y en lugar de eso las utilizamos para tener poder sobre los demás y nos convertimos en pequeños policías, jueces o políticos. Las usamos para hacernos con el poder, no para ser más libres. Las utilizamos para hacer menos libres a los demás: censuramos, señalamos, acusamos… Esa es la prueba demoledora de que tenemos las herramientas para hacer la revolución y no la hemos hecho. 

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¿Había en La Movida más libertad que ahora?

Ya no solo en La Movida, cada vez somos menos libres. Creo que la tecnología permite un control de las conciencias mucho más bestia de lo que teníamos antes. No solo a la gente poderosa, a los directores de medios de comunicación o a los grandes empresarios. Ejercemos control sobre nosotros mismos. Nos autocensuramos.

¿Te has autocensurado?

No, intento ser lo más libre posible. Dentro del estudio es el único momento en el que soy dueño y señor de todo (risas).

Tampoco te has etiquetado nunca dentro de la canción protesta.

No, porque tiendo más al romanticismo y al psicoanálisis, más que analizar a la sociedad. Tiendo más a la poesía y al surrealismo. Desde ahí es muy difícil hacer un análisis crítico de la sociedad.

La revolución no es posible, no por la fuerza que tengan los poderosos sobre nosotros sino por nosotros mismos

Pero sí que quisiste dejar claro que no te asociaran con Vox cuando utilizaron No puedo vivir sin ti en el mitin de Vistalegre en octubre de 2018. [El cantante publicó un vídeo en sus redes en el que explicaba que se había inspirado para componerla en la relación de dos amigos suyos gais]

Ni siquiera dije eso, ni salté. Simplemente utilicé el sentido del humor y la poesía para hacer un caballo de Troya. Respondí con una especie de autodestrucción de la canción para reírme un poco de ellos y de sus soflamas. Ni siquiera pedí que no utilizaran mi canción porque tenían derecho a usarla. No la usaron en una campaña que eso sí que hubiera sido ilegal, sino que la pusieron en un mitin y a eso tienen todo el derecho.

Hablando de polémicas. Antes de que le cancelasen el concierto en Bilbao a C. Tangana por letras machistas, tú ya recibiste críticas el movimiento feminista por el “tendría que besarte, desnudarte, pegarte y luego violarte hasta que digas sí” que cantabas en Sí, sí de Los Ronaldos.

Esa es una de las cosas de una pérdida de libertad. Sobre todo, de sentido del humor, de ser conscientes que el arte en todas sus formas debe ser libre y que no podemos aplicar las leyes ni éticas ni judiciales que aplicamos en la vida real a la ficción, porque la ficción es ficción. Las interpretaciones que se les puede dar a una letra de Valtonyc o una letra de Los Ronaldos pueden ser muchísimas. Y, ¿quién es el dueño de esa interpretación? Perseguir eso moralmente me parece mal, pero judicialmente me parece medieval. Meter en la cárcel a un tío por escribir una letra me parece absolutamente medieval. 

Las feministas anunciaron que iban a boicotearme un concierto, pero al final no pasó nada

¿Te han llegado a cancelar un concierto alguna vez por eso?

Nunca. Me acuerdo cuando hubo la polémica de Sí, sí con las feministas. Anunciaron que iban a boicotear un concierto al que íbamos que era por la zona por la que ellas estaban, en Getxo o algo así. Pero no pasó nada.

¿Qué les dirías a los que piensan que sigues viviendo de No puedo vivir sin ti?

Les diría que se vayan a la SGAE, que vean el lío que hay allí montado y que vean que no vivimos de las rentas. Estaría estupendo pero tenemos que seguir currando como cualquier trabajador (risas). Seguimos dejando nuestras familias los fines de semana para tocar y ganarnos el pan. Es así porque la situación de la SGAE no nos deja precisamente vivir de las rentas. 

Bromas aparte, no sé de dónde sacan la información. Seguimos haciendo discos, haciendo bolos...

¿Es la SGAE insostenible? En el mundo del cine muchos creadores están saliendo de ella hacia otras asociaciones.

En la música también. La SGAE está corrupta, es un nido de corrupción total y es muy complicado desbloquear esa situación. Estamos en eso, en ver cómo lo desbloqueamos: si abandonamos la SGAE y formamos nuestra propia entidad de gestión de derechos limpia de corrupción o si conseguimos echar a los corruptos y refundarla entre todos. Esa es la batalla ahora mismo, no sé muy bien en qué punto está porque estoy un poco perdido en ese sentido, pero no les puede agradecer lo suficiente a los que están ahí al pie del cañón. Yo no podría.

¿Cómo se vive de la música en la época de Internet?

Estamos asumiendo que el formato físico está en extinción, nos consolamos con que el vinilo vuelve a resurgir, lo que pasa que los números del vinilo son bastantes ridículos y trabajamos en directo. Más o menos vamos manejándonos. También con los festivales que hay muchísimos, pero no todo el mundo toca en ellos. Es posible que haya demasiados. Es un país muy pequeño y es imposible absorber tanto público.

  5db15758200000b4225069feCarlos Pina

Luego hay fenómenos como OT, al que dijiste que nunca te engancharías, o el k-pop que mueven masas. ¿Va por ahí el futuro de la música?

Creo que no. A veces siento que hay una realidad paralela que se me escapa pero siento que no. ¿Los coreanos son como una especie de OT? Arrasan después de un talent de televisión, ¿no? Confío y espero que no sea así (risas) Sigue habiendo autores que llenan sitios grandes y siguen haciendo música, dando bolos y demás, como han hecho siempre. Lo que pasa que las nuevas tecnologías facilitan este fenómeno.

En Un Lazo Rojo, un agujero la última canción de tu disco, te mezclas con el hip hop y colaboras con Kase.O, ¿a qué se debe ese cambio?

Va en mi ADN mucho más de lo que parece. He escuchado funky y soul toda la vida. Ya con Los Ronaldos nos metíamos mucho en ese estilo de música, Prince o Michael Jackson lo han hecho muchísimas veces: meter un rap en una canción pop. El rap ortodoxo nunca ha sido una música que haya escuchado mucho, pero sí el funky y el soul. A mí no me parece tan raro.

Meter en la cárcel a un tío por escribir una letra me parece absolutamente medieval

Lazo Rojo, Lazo Amarillo… ¿Revolución? ¿Se puede sacar de contexto?

Puedes interpretarlo como quieras. Una botella de agua puede sacarla de contexto por lo que quieras. Pero vamos, no va por ahí en absoluto. 

¿Qué le dirías al Coque Malla de los 80?

Me cuesta ver mucho cómo he cambiado. Lo noto mucho más con las personas ajenas, como vivo conmigo mismo me cuesta mucho analizar cuáles son mis cambios. Al fin y al cabo, creo que soy igual: un artista que compone música y que se sube en lo alto de un escenario. Es exactamente lo mismo. Lo que he hecho es aprender y enriquecer mi música. Pero en definitiva soy lo mismo, soy un juglar. 

Si tuviera que decirle algo sería: ¿dónde has comprado esos chalecos?

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