¿Hemos debilitado nuestro sistema inmune por tener tanto cuidado con el coronavirus?

¿Hemos debilitado nuestro sistema inmune por tener tanto cuidado con el coronavirus?

Esto es lo que podemos esperar a medida que la gente se reincorpore a la vida social con normalidad.

SORBETTO VIA GETTY IMAGES

El confinamiento fue una medida fundamental para reducir la transmisión del coronavirus y salvar una enorme cantidad de vidas.

Sin embargo, vivir confinados no es lo habitual para la gran mayoría de la población. Ha habido tanto cuidado para no entrar en contacto con los gérmenes que muchas personas se han empezado a preguntar si su sistema inmune se está acomodando por la falta de trabajo. ¿Es más vulnerable ahora? ¿Ha olvidado cómo hacer su tarea? ¿Debemos empezar a comportarnos diferente?

La situación no es la misma para todos. Algunas personas, por ser trabajadores esenciales, no perdieron el contacto con la gente ni siquiera durante el confinamiento estricto, mientras que otras todavía están teletrabajando.

Esto es lo que se sabe hasta el momento sobre el estado del sistema inmune de la población y qué puede suceder a medida que más gente se reincorpora a la vida social con normalidad.

El sistema inmune de la mayoría de los adultos NO se ha debilitado por el aislamiento 

Quizás hayas oído hablar de la hipótesis de la higiene, que es la idea de que la exposición a ciertos virus, bacterias o parásitos en la infancia favorecen el desarrollo del sistema inmune. Basándose en esa teoría, algunas personas tienen miedo de que su sistema inmune esté desentrenado la próxima vez que entre en contacto con un patógeno, ya que llevan más de un año sin resfriados ni otras enferemdades. Los expertos, en cambio, no están preocupados.

“No hay ningún motivo para temer que el aislamiento haya debilitado nuestro sistema inmune”, afirma Sindhura Bandi, alergóloga e inmunóloga de la Rush University Medical Center. “Un adulto ha entrado en contacto con muchísimos virus y bacterias distintos a lo largo de su vida. Nuestro sistema inmune tiene memoria y, cuando vuelve a entrar en contacto con esos patógenos, fabrica anticuerpos para combatir la enfermedad”.

En otras palabras: tu organismo lleva toda la vida desarrollando anticuerpos contra enfermedades comunes a través de la exposición directa o a través de las vacunas, explica Bandi. Un año de aislamiento no va a borrar ese aprendizaje.

Dicho eso, no es descartable que te resfríes durante tu reincorporación a la oficina porque vas a estar de nuevo en medio de una nube de gérmenes y a tu sistema inmune quizás le cueste un poco más arrancar.

“Nuestro sistema inmune no ha estado expuesto a los patógenos del día a día”, comenta Monaa Zafar, doctora de Medicina interna del Westmed Medical Group. Es posible que la inmunidad al principio no sea tan fuerte, pero también se debe a factores de cambio de rutina: este último año mucha gente ha bebido más alcohol, ha dormido menos, ha sufrido estrés crónico, tiene menos vitamina D por la falta de sol, etc.

Lo que los expertos no saben aún es cómo será la gripe 2021-2022 después de un año virtualmente inexistente. Se ha especulado que podría ser una gripe especialmente dura; los expertos no van a poder predecir con exactitud las cepas de gripe de la siguiente temporada porque apenas surgen casos para estudiar.

Pero esta preocupación por la gripe no tiene nada que ver con un supuesto debilitamiento del sistema inmune por el aislamiento desde 2020.

Quienes han sufrido la covid-19 quizás hayan experimentado cambios en su sistema inmune que aún no entendemos

Aunque la mayoría de los adultos mantienen intacto su sistema inmune, quienes han padecido la covid-19 sí que podrían experimentar ciertas alteraciones a largo plazo.

“Algunos pacientes sufrieron una respuesta inflamatoria significativa cuando su sistema inmune trató de combatir la enfermedad”, explica Bandi. “Recuperarse de la enfermedad a veces conlleva algunas secuelas a largo plazo ―lo que se conoce como covid-19 persistente―, algo que está relacionado de alguna forma con el sistema inmune”.

Los expertos siguen intentando descubrir por qué algunas personas se recuperan de la covid-19 enseguida y otras arrastran secuelas durante semanas o meses. Una de las teorías es que esas secuelas a largo plazo son consecuencia de una respuesta inflamatoria persistente o una respuesta autoinmune.

Las repercusiones que puede tener la covid-19 persistente en el sistema inmune de la gente cuando vuelva la normalidad siguen siendo una incógnita. Según las estimaciones actuales, uno de cada cuatro pacientes de covid-19 desarrollan estas secuelas a largo plazo.

Es posible que los niños se resfríen más

Los niños que no han asistido a la guardería o al colegio quizás sean más proclives a sufrir resfriados y otras infecciones cuando vuelvan a estar juntos en clase con normalidad.

“Hay estudios que demuestran que los niños que van a clase con otros niños y están continuamente expuestos a los gérmenes tienden a desarrollar menos enfermedades virales, alergias y enfermedades autoinmunes”, comenta Bandi.

Pero el contexto es importante. Aunque estos niños quizás sufran más resfriados cuando vuelvan a sus antiguas rutinas, sigue siendo esencial mantenerlos aislados para reducir su riesgo de contraer y transmitir el coronavirus.

Además, hasta que llegue ese momento, van a tener suficientes oportunidades para que su sistema inmune esté expuesto a gérmenes y recupere la práctica.

“A medida que la población se vacuna y recupera su antigua rutina, estos niños tendrán muchas ocasiones para poner a prueba su sistema inmune y desarrollar anticuerpos para los virus y bacterias comunes”, asegura Bandi.

Dormir, socializar y quedarte en casa si estás enfermo era importante antes y lo seguirá siendo después de la pandemia

En realidad, no existen pruebas irrefutables de que sea posible fortalecer el sistema inmune de forma directa a través de un cambio de hábitos, pero lo que está claro es que cuidando tu bienestar conseguirás no entorpecer su funcionamiento. Actividades tan sencillas como dormir suficiente y tomar los nutrientes necesarios nunca están de más.

“Dormir entre seis y ocho horas al día, hacer dos horas y media de ejercicio a la semana, comer semillas integrales, proteína magra, frutas y verduras en una dieta equilibrada te ayudará a mantener fuerte tu sistema inmune”, sostiene Zafar.

“Creo que lo que más fortalece el sistema inmune es la actividad física frecuente”, coincide Tuvana Bain, doctora en Medicina interna del Westmed Medical Group.

También se ha hablado mucho de lo importante que es la interacción social para nuestra salud mental y nuestro bienestar, por lo que es posible que exista una relación entre socializar y tener un sistema inmune fuerte.

“Cuando la gente pueda juntarse con sus familiares, amigos y compañeros de trabajo, indirectamente su sistema inmune quizás se refuerce”, admite Bandi. De hecho, hay estudios que relacionan el aislamiento social con un mal estado físico, cardiopatías y un menor nivel de antivirales en el organismo.

Para terminar, va a ser muy importante durante esta recta final evitar la mala costumbre de ir a trabajar o llevar a los niños al cole cuando están enfermos. Quedarse en casa y descansar no es algo que se recomiende solo por el bien de las personas enfermas, sino también por el de la gente de alrededor.

“Antes, a lo mejor nos tomábamos un medicamento para la fiebre e íbamos igualmente al trabajo o mandábamos a los niños al cole, pero tenemos que recordar que hay gente vulnerable en nuestro entorno”, advierte Bandi.

La buena noticia es que la sociedad en general parece más consciente de las repercusiones que tienen las conductas individuales en la salud pública y ahora sabemos que se nos da muy bien tomar ciertas medidas básicas de prevención.

“No hay nada mejor que lavarse las manos con frecuencia para evitar infecciones”, concluye Bain.

Los expertos todavía están aprendiendo sobre el coronavirus. La información de este artículo es la que se conoce en el momento de la publicación, pero los datos y las recomendaciones pueden cambiar conforme avancen las investigaciones.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.