La receta de Felipe y Letizia para superar sus seis crisis de pareja
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La receta de Felipe y Letizia para superar sus seis crisis de pareja

Pilar Eyre revela en 'Lecturas' los secretos de la relación íntima de los reyes.

Los reyes Felipe VI y Letizia, durante una visita a Cuenca en julio de 2020.GTRES

Felipe y Letizia están mejor que nunca. Así titula la periodista Pilar Eyre su último reportaje en la revista Lecturas. Tras superar sus crisis (porque han sido varias), la pareja real vive un momento idílico.

¿Su secreto? “En cuanto cruzan la puerta de la casa [el Pabellón del Príncipe] se prodigan los gestos de cariño, sobre todo por parte de él, que la coge al vuelo y la besa tiernamente”, escribe Eyre.

Se prodigan los gestos de cariño, sobre todo por parte de él, que la coge al vuelo y la besa tiernamente

La pareja vive hoy tan entregada como hace 17 años cuando la Casa Real anunció el compromiso del príncipe de Asturias con la periodista Letizia Ortiz.

“Continúa loco por ella... Letizia coquetea con él y a Felipe eso le fascina”, cuenta una fuente cercana a Pilar Eyre. “Ella lo quiere, es indudable, pero es más fría en sus expresiones, a él se le nota mucho, no puede disimularlo”.

Han dicho por fin adiós a la oscura sombra de Juan Carlos I, que según Eyre ha enturbiado sus 16 años de matrimonio. Para evidenciarlo “han retirado las fotos del emérito de las estancias privadas y la expresión de la reina es al fin serena y natural”.

Amor en tiempos revueltos

″¡En el universo de Zarzuela ahora brilla un solo astro!”, continúa Eyre. “Bueno, dos, Letizia y Felipe, y la reina encantada porque le gusta gustar”. “Se siente segura en su papel, ya nadie le pone palos en las ruedas y puede aplicar su estilo a los usos y maneras de la monarquía moderna”.

Sobriedad, rigor y discreción imperan en Zarzuela, aunque ha costado llegar hasta aquí. No es que Letizia se plantease en ningún momento dejar a Felipe VI, como sí se planteó la reina Sofía con Juan Carlos I, pero ha tenido que capear varios temporales.

1. La crisis de Mallorca en el verano de 2013. Letizia dejó plantada a su familia, suegros y cuñados, para volver a Madrid. El príncipe Felipe se quedaba en las islas con sus hijas, Leonor y Letizia, y la prensa se llenaba de especulaciones.

2. Los constantes viajes de Letizia a Barcelona. Fue también otro motivo de crisis y especulaciones por parte de la prensa. “Viajaba con cualquier excusa: un concierto de rock, una visita médica, ver a su hermana... Y aprovechaba para reunirse con sus amigas y huir del ambiente asfixiante de Zarzuela”.

3. Titulares sobre los looks y la delgadez de Letizia. “Era tan descarado el contraste entre lo que pasaba verdaderamente en el seno de la familia real y lo que reflejaban los periódicos que llegó a sospechar que las noticias negativas sobre ella las filtraban desde Casa Real para desviar la atención del comportamiento anómalo de don Juan Carlos I”.

Legó a sospechar que las noticias negativas sobre ella las filtraban desde Casa Real para desviar la atención del comportamiento anómalo de don Juan Carlos I

4. La indiferencia del rey Juan Carlos. No es que se negase a la boda, es que le dio igual “La vio como un mal menor ya que la última relación que Felipe había sido una modelo de ropa interiorr. Tampoco la trataba con desprecio sino con indiferencia, la ignoraba como a toda su familia”.

5. Los celos de las infantas. Había dos equipos en Zarzuela y la reina Sofía quiso meter a Letizia en el suyo, regalándole gestos de cariño delante de los fotógrafos. Por lo visto, la infanta Elena y la infanta Cristina no lo vieron bien. “Hace con Letizia lo que nunca ha hecho con nosotras, ¡ser cariñosa! ¡nunca nos ha mostrado afecto en público!”, se dice que dijo la mayor de las hermanas.

6. Mantenerse callada. La prensa la denostaba y ella sólo podía callar. Y lo peor es que callaba siendo periodista y sabiendo la verdad. “Algo muy difícil porque, aunque abandonemos la profesión, el periodismo nunca nos  abandona a nosotros”, empatiza Eyre.

Los escándalos han terminado saliendo a la luz y la relación fluye ahora de otra manera. Sólo un problema, según Eyre: “La nueva Letizia curtida en mil batallas, ha perdido candidez y espontaneidad, pero ha ganado empaque y eficacia.