Cuando los chimpancés saben más que estudiantes universitarios: en memoria de Hans Rosling

Cuando los chimpancés saben más que estudiantes universitarios: en memoria de Hans Rosling

Hans Rosling falleció hace pocos días, a los 68 años. Nos ha dejado un visionario, carismático y optimista, gurú de la salud pública y luchador por un mundo más justo. Desde sus iniciativas con Bill Gates para promover la vacunación infantil hasta sus alegatos pro-desarrollo, sus contribuciones han inspirado a profesionales de la salud pública durante años.

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Hans Rosling y Bill Gates.

Hans Rosling solía comenzar sus clases en el instituto Karolisnka, en Estocolmo, con un test a sus estudiantes de postgrado. Emparejaba dos países, uno con el doble de mortalidad infantil que el otro, y preguntaba cuál tenía una mortalidad más elevada (ejemplo: en qué país mueren más niños cada mil nacidos vivos: ¿en Polonia o en Corea del Sur?) Tras repetir el ejercicio cinco veces, con un total de diez países, descubría que... los alumnos fallaban casi siempre! (puedes hacer el test aquí)

Y eso no sería demasiado sorprendente, en principio, ya que por eso mismo eran estudiantes inscritos en un curso de salud global, y estaban allí para aprender. A no ser que lo pensemos desde un punto de vista de probabilidades: si elegimos al azar entre dos opciones (A o B), cinco veces, digamos que tirando una moneda al aire, acertaríamos en la mitad de los casos. O si, por ejemplo, damos a un chimpancé dos plátanos (plátano "Polonia" vs plátano "Corea"), el simio elegiría el plátano correcto la mitad de las veces. El problema de las respuestas erróneas de los estudiantes no era, por tanto, su ignorancia. El problema eran sus ideas preconcebidas.

Desde entonces, Rosling pasó el resto de su vida intentando cambiar los prejuicios, sesgos y todo tipo de ideas erróneas que damos por obvias, en el terreno de la salud pública. ¿Quién tiene mayor esperanza de vida, Malta o Estados Unidos? ¿Dónde mueren mas madres cada 100,000 nacimientos, en Grecia o en Luxemburgo? (podrás encontrar las respuestas al final del articulo). Muchas veces nos dejamos llevar por la inercia de nuestros conocimientos, a menudo obsoletos y basados en lo que habíamos estudiado cuando éramos niños; o en lo que leemos en twitter, Facebook, cajas de resonancia de nuestros propios prejuicios y visión del mundo.

El trabajo de Rosling como divulgador en salud y desarrollo estaba a la altura de lo que fueron Isaac Asimov para la ciencia, Carl Sagan para la astronomía o Hawking para la física de los agujeros negros.

Esto explica, por ejemplo, por qué nos sorprendieron tanto el brexit, o la victoria de Trump: sociólogos, politólogos y tertulianos basaban sus análisis en sus ideas previas sobre qué iban a votar los ingleses, o los trabajadores blancos del medio oeste americano. Aventuramos resultados como ignorantes, no como chimpancés. Y nos equivocamos estrepitosamente.

El trabajo de Rosling como divulgador de los avances en salud y desarrollo en el mundo actual fue ingente, a la altura de lo que fueron Isaac Asimov para la ciencia, Carl Sagan para la astronomía o Hawking para la física de los agujeros negros. Sin embargo, sus herramientas no fueron libros de divulgación científica, sino otras más adaptadas a los tiempos que corren: TED-talks, videos en youtube, tweets, y una de las mejores herramientas informáticas de visualización de datos online que existe: gapminder. Es asombroso sumergirse en ella y dejarse llevar por sus gráficos interactivos, de un país a otro, encontrando relaciones causales sorprendentes a la vez que esclarecedoras... (¿Cómo ha evolucionado la natalidad en Asia?) Últimamente llevó su cruzada personal todavía más lejos, creando el Proyecto ignorancia, que le ocupó los últimos años de su vida.

Y es que Hans Rosling falleció hace pocos días, a los 68 años. Nos ha dejado un visionario, carismático y optimista, gurú de la salud pública y luchador por un mundo más justo. Desde sus iniciativas conjuntas con Bill Gates para promover la vacunación infantil hasta sus alegatos pro-desarrollo, sus contribuciones han inspirado a profesionales de la salud pública durante años, entre los que me incluyo. Sus herramientas y charlas nos han hecho menos ignorantes, y, quizás, hasta nos han hecho saber un poco más que los chimpancés.

Necesitamos más gente como él. Descanse en paz.