Cumbre Vieja traslada su amenaza: "Ahora el gran problema que tenemos son los gases"

Cumbre Vieja traslada su amenaza: "Ahora el gran problema que tenemos son los gases"

La erupción de lava parece frenarse, pero los técnicos no se confían.

Emisión de gases de Cumbre Vieja vista desde Los Llanos de AridaneEuropa Press News via Getty Images

Camino de los tres meses de erupción y entre dudas sobre su supuesto final cercano cuando está a punto de ser el volcán activo más duradero en toda la serie histórica, Cumbre Vieja no descansa y ahora traslada su amenaza. Algo más calmada la erupción de lava, preocupa la gran emisión de gases.

El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, ha señalado este viernes que el panorama eruptivo es “sensiblemente parecido” al registrado ayer en cuanto a las coladas, con el cono principal muy poco activo, con pulsos muy esporádicos de actividad estromboliana y emisión de ceniza.

Ahora “el gran problema que tenemos son los gases”, que impiden en momentos determinados acceder a las viviendas, a la limpieza de cenizas y a la retirada de enseres en las zonas de exclusión. También está causando problemas en las obras que ya se están llevando a cabo para terminar la nueva carretera a Puerto Naos.

Actualmente hay 547 personas alojadas en hoteles de Fuencaliente, Los Llanos de Aridane y Breña Baja, mientras 43 dependientes están en centros sociosanitarios. Además, aunque el rastro de destrucción se ha frenado en los últimos días, se estiman daños en más de 72 kilómetros de carreteras, incluidas calles destrozadas y otras zonas del viario público “subsumidas” por la lava.

Los gases en la zona sur de la emergencia están siendo objeto de una monitorización permanente por los servicios de calidad del aire del Gobierno de Canarias y la Unidad Militar de Emergencias, que efectúa recorridos continuos para asegurar la posibilidad de acceder o no a las zonas evacuadas, donde se pasa de trabajar “con absoluta garantía” a momentos con alta concentración de gases, especialmente dióxido de azufre y monóxido de carbono, que obligan a evacuar a las personas allí presentes.

La portavoz científica, María José Blanco, ha indicado que desde el foco efusivo situado al oeste del cono principal la lava sigue discurriendo por un tubo volcánico que tiene varios jameos y del que parten dos coladas que se desplazan, también al oeste, sobre las anteriores. La más activa, que confluyó sobre la colada que surgió al oeste de la montaña del Cogote (actualmente inactiva), sigue sobre esta última y se precipita sobre la isla baja, en la zona de Las Hoyas.

Además las grietas y fracturas en la parte superior del cono secundario han ido modificando su morfología, lo que ha producido pequeños desprendimientos hacia su interior y hacia los cráteres adyacentes. La altura del penacho volcánico ha alcanzado este viernes los 1.200 metros y se ha dispuesto en dirección sur-suroeste desde el foco eruptivo, lo que es favorable para la operación del aeropuerto de La Palma.

Sin embargo, la emisión de dióxido de azufre asociada a este penacho registrada ayer fue alta, pese a continuar la tendencia descendente a partir del 23 de septiembre, cuando superó las 50.000 toneladas. Esto provocó que el jueves se detectaran niveles regulares y desfavorables en cuanto al dióxido de azufre en las estaciones de Los Llanos de Aridane, Tazacorte y Puntagorda. En el primero de estos municipios se superaron los valores límite en seis ocasiones, una de ellas incluso por encima del umbral de alerta.