David Amor: "Soy de los que cree que no debería haber límites en el humor"

David Amor: "Soy de los que cree que no debería haber límites en el humor"

El actor de 'Gym Tony' se mete en la piel de un profesor de esquí en la obra de teatro 'En la pista'.

El actor David Amor.MARINA LUNA / TEATRO DEL SOHO CAIXABANK

A quien le digan que se puede ver nieve en el centro de Málaga y en pleno junio seguramente no se lo crea, pero así es. Más rocambolesca es la historia si se añade un “y dentro de un teatro”, pero En la pista lo ha conseguido. Esta producción propia del Teatro del Soho Caixabankla apuesta personal de Antonio Banderas— se estrena este jueves y la comedia, del dramaturgo John Godber, el tercer autor británico más representado tras William Shakespeare y Alan Ayckbourn, estará un mes en cartel.

‘Tu cara me suena’, se dirán algunos al ver a uno de sus protagonistas, David Amor (Salceda de Caselas, Pontevedra, 1980): el cómico pasó por el programa de televisión del mismo nombre y por otros formatos como Zapeando, El Club del chiste o Gym Tony. Él es Gunther, un profesor en la estación de esquí de los Alpes a la que viajan dos parejas de españoles.

Unas horas antes del estreno, Amor atiende por teléfono a El HuffPost para hablar de esta incursión en el teatro, su etapa televisiva y el humor en los tiempos de las redes sociales.

¿Cómo es convertir un teatro en una pista de esquí?

Si te soy sincero, al principio me parecía una locura. Cuando te hablan de este proyecto dices ‘¿pero qué me estás contando?‘. Hay una parte de aceptar este proyecto que es por pura curiosidad, por saber ‘esto que me están ofreciendo, ¿será verdad?’. La obra en sí es un regalo para la vista. Además imagínate, aquí en pleno corazón de Málaga, que sales a la calle y hay 30 grados.

El público estará fresquito, pero vosotros lleváis mono, guantes...

Bueno, los primeros días era horrible, éramos saunas portátiles. Después el cuerpo se acostumbra. Hay una cosa, la sala premeditadamente se busca que esté muy fresquita. Desde el momento que entras el decorado ya se ve, estás viendo la montaña y hay un sonido de ventisca y supongo que el público ya se sumerge en el ambiente. El público tiene que traer una chaquetita y nosotros pues compensa un poco, nos vamos acostumbrando.

¿En la vida real habías esquiado alguna vez?

Sí, soy un aficionado de los deportes y la naturaleza. He practicado la gran mayoría de ellos, y el esquí es uno.

  El actor, en una escena de 'En la pista'.MARINA LUNA / TEATRO DEL SOHO CAIXABANK

Quien vaya al teatro a veros, ¿qué se va a encontrar? ¿Se va a reír, va a salir pensando?

Me pasa como con el ‘qué te inspira un cuadro’, a cada persona según sus circunstancias y su momento le inspirará algo. Hay una cosa que está garantizada y es que se van a reír durante varios tramos de la obra. Soy un amante de este género y ahora que estamos así todos, que la gente lleva mucho tiempo en plan ‘qué ganas de hacer cosas’ me parece una gran manera de volver al teatro.

Mi director siempre dice que es una comedia ácida, yo siempre lo relaciono con estos vídeos de caídas, que cuando se cae otro pues te ríes. Esto está planteado así, como dos parejas que se van a un paraíso y a partir de ahí no lo es tanto, o no lo es para ellos.

¿Cómo te ha afectado la pandemia, con el parón cultural consiguiente, tanto en lo personal como en lo profesional?

No te voy a negar que ha habido un momento que lo he llevado mal a nivel anímico, de esto que dicen ‘vamos a salir mejores’ y yo veía que no, que todo iba a peor, pero después te das cuenta de que cada uno individualmente tiene que aportar lo que pueda. Por suerte, mi familia ha estado bien.

Ahora que ha habido oportunidad de esto, pues trabajando, feliz. Mucha gente dice ‘qué buen momento para hacer comedia’. Yo creo que hace falta siempre. Si tú estás mal y te hacen reír, es bueno, pero si tú estás contento es mucho más bueno, porque la risa es mejor.

Para el público eres conocido por la televisión. ¿Habías probado el teatro antes?

Muy poco, había tenido propuestas pero nunca me habían llenado lo suficiente, pero llegó Marc [Montserrat-Drukker], nuestro director, que es un torbellino... Aparte me parecía muy interesante el hecho de que fuera en Málaga. Me parece que es bonito que sea otra punta de lanza de la cultura en España, que no siempre tengan que ser Madrid o Barcelona.

Me parece que es bonito que Málaga sea otra punta de lanza de la cultura en España

El Teatro del Soho Caixabank creo que es un ejemplo muy bueno de lo importante que es la cultura. Tendrías que ver en la calle en la que está el teatro cómo todo ha crecido alrededor. De repente, algo que a veces no valoramos, como el teatro, ha hecho que también tenga un bien social, de revalorizar una zona. Ojalá hubiese muchas más propuestas como ésta.

¿Echas de menos la televisión?

Me coincidió que justo antes de la pandemia estaba como en una época de descanso. Me gusta hacer cosas que me llenen, echo de menos la tele pero proyectos que lo hagan. Al final, somos muchos para poco sitio y siempre estamos buscando meter la cabecita.

¿Y cómo un jugador de balonmano metió la cabecita en este mundo?

Esas son locuras de la vida. La verdad es que siempre he sido muy curioso. La tele fue un poco así, yo era compañero de facultad de la actriz María Castro y ella estaba en una agencia de modelos muy vinculada a la televisión. Ella me echó una mano para entrar allí, empecé a hacer castings y me cogieron en un programa de la televisión de Galicia que era un concurso de humor, que me lo presentaron como ‘esto es como una Operación Triunfo del humor pero duermes en tu casa’.

No hubo un día de pequeño que dijera ‘mamá, quiero ser artista’. Mi idea era ser profesor de Educación Física

Era de una productora potente que después me ofreció estar en otro programa muy mítico de Galicia, Supermartes, y me fui quedando, no fue una decisión consciente. No hubo un día de pequeño que dijera ‘mamá, quiero ser artista’. Mi idea era ser profesor de Educación Física y para eso estaba estudiando, y jugaba al balonmano. Se cruzó esto y, paralelamente gracias a un compañero que tenía en el programa, Fran Hermida, empecé a hacer monólogos. Realmente no fui consciente de la profesión hasta que llevaba diez años.

  Otro momento de 'En la pista'.MARINA LUNA / TEATRO DEL SOHO CAIXABANK

Eres muy activo en redes sociales. En este contexto en el que enseguida llegan las críticas, ¿te lo piensas mucho antes de publicar?

En Twitter la media creo que son unos 10 tuits a la semana que borro, que los tengo escritos y no llego a publicar. Ya no por el jaleo o autocensura, me pasa también que si veo mucha polémica de un tema también me aburro, me gusta utilizar las redes sociales también para desconectar. En Instagram sí que no me meto en jaleos.

En Twitter hay días que estoy más alegre o se me ocurren más chorradas y cuando estoy un poco cabreado, trato de controlarme. Sobre todo porque a veces pienso ‘¿para qué? Voy a cabrear a alguien que a lo mejor piensa parecido a mí pero no voy a arreglar nada’.

¿Piensas que se ha retrocedido en cuanto a los límites del humor? ¿Antes se permitía más y ahora a la mínima se salta?

No, creo que ahora hay más debate y hay muchos más altavoces. Antes era un señor que en su casa gritaba a la tele o algo y ahora va a Twitter, lo pone, y a lo mejor tiene 12 seguidores pero de repente coge un altavoz terrible. A lo mejor la culpa también es nuestra de a quién le damos el altavoz.

Eso sí que debería ser punible, cuando les dicen ‘te voy a matar’ o ‘zorra, te voy a violar’, yo creo que ahí sí que habría que entrar, no en si uno hace un chiste

Yo soy de los que cree que no debería haber límites en el humor, límites cero. Si este debate debiera llegar, antes hay muchas otras cosas para arreglar. Hemos visto gente que por letras de canciones o por tuits desafortunados, o que a mí no me harían gracia, han protagonizado polémica, cuando si tú te pones a ver cualquier cuenta de cualquier actriz o cantante medio famosa puedes leer cada burrada... Eso sí que debería ser punible, cuando les dicen ‘te voy a matar’ o ‘zorra, te voy a violar’, yo creo que ahí sí que habría que entrar, no en si uno hace un chiste.

Estás en el Teatro del Soho... ¿has tenido oportunidad de ver a Antonio Banderas? ¿Te ha dado esa ansiada colonia [tiene una línea de fragancias] que pedías en uno de tus vídeos?

(Risas) Justo acaba de pasar por aquí y yo aún estoy en tensión cada vez que lo veo porque ¡es Antonio Banderas, superestrella mundial! Y aquí lo tienes, en su trabajo. A mí me gusta pensar que hay gente que se abre una cuenta en Netflix y hay gente que se hace un teatro para verse sus obras. Pero no, aún no tengo la colonia. No sé si aprovecharé ahora para pedírsela. Aún no he bajado hoy al camerino, a lo mejor la tenemos ahí para el estreno. Falta hace... ¡con lo que sudamos!

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