De estar afectado por un ERTE a fabricar pantallas protectoras en casa: "Puedes salvar vidas"

De estar afectado por un ERTE a fabricar pantallas protectoras en casa: "Puedes salvar vidas"

Dionisio de la Cruz, técnico y profesor, está produciendo medio centenar al día.

Dionisio de la Cruz, trabajando en su casa.Dionisio de la Cruz

Ha convertido su salón de casa en una ‘nave industrial’ y tan solo es un ejemplo más de solidaridad de los muchos que han salido desde que la COVID-19 cambiara la vida de los españoles y del mundo entero. En las últimas semanas, la sociedad se ha volcado en ayudar y en colaborar con el personal sanitario, que es la primera línea de batalla contra el coronavirus, pero que en una infinidad de casos están prácticamente indefensos en esa guerra biológica o llevan protecciones muy deficientes.

Les ofrecen alojamiento, transporte e incluso medios de protección. Una red de voluntarios a nivel nacional, los conocidos como CoronavirusMakers, se está volcando en hacer pantallas protectoras con impresoras 3D para mitigar las carencias que hay de mascarillas o de gafas de protección y ya llevan repartidas más de 7.000 ejemplares.

Dionisio de la Cruz, un técnico de mantenimiento aeronáutico de Iberia y profesor especialista en el madrileño Centro de Formación Profesional Raúl Vázquez de Vallecas, atiende a El HuffPost desde su pequeña zona industrial o lo que es lo mismo… desde su salón.

Este técnico, que vive en Alovera (Guadalaja), es uno de los más de 8.000 voluntarios, 2.500 en Madrid, que han puesto su maquinaria a funcionar y que están produciendo pantallas protectoras a diario. Actualmente tiene cuatro máquinas trabajando a destajo de forma ininterrumpida a un ritmo de 45 pantallas diarias aproximadamente.

“Vi por un grupo de Telegram que se estaban imprimiendo piezas para un respirador y que pedían ayuda para hacerlas, así que empecé por ahí. Luego a falta de un homolagación oficial se paró y se empezó a hacer pantallas protectoras. Cuando se pueda volver a hacer los respiradores, volveremos con ello porque creo que es más importante ahora mismo”, cuenta De la Cruz.

En cuanto se enteró, desempolvó la primera impresora 3D que se fabricó él mismo y junto a las dos últimas que se compró y a la que le dio este miércoles el instituto por parte de la Comunidad de Madrid, las puso a funcionar. Para controlar que todo vaya bien y que no haya problemas, ‘contrató’ a su mujer y a sus hijas. “Aquí no hay quien vea la tele”, bromea.

Durante los primeros días, De la Cruz lo combinó con su trabajo en Iberia. Relata que, por ejemplo, el martes 28 de marzo trabajó por la noche y cuando terminó fue a buscar la impresora que le prestaba el instituto para aumentar la producción. Al final, acabó por irse a dormir casi a las 12 de la mañana del miércoles.

En la semana aproximadamente que lleva metido de lleno, ha repartido ya al hospital universitario de Alcalá de Henares, al SUMA, a la Policía o a la Guardia Civil, pero añade que él -y la red entera-, también tienen peticiones de supermercados, de residencias de la tercera edad, etc.

“La prioridad son los hospitales, pero se las doy a todo aquel que nos pida siempre y cuando se adapte a nuestro ritmo de producción y pueda venir a recogerlas, ya que nosotros no podemos salir por el confinamiento”, especifica. En las últimas jornadas y con la voz ya corrida, el móvil no le deja de sonar porque, afirma, hay una demanda brutal.

Las pantallas tardan en imprimirse alrededor de una hora, según el tipo de impresora. De la Cruz, para hacerlas más seguras, cogió un modelo más articulado y con doble protección: “Se tarda algo menos de una hora por visera y casi dos en tenerla montada. Es algo más sofisticada. Se puede levantar por si se empaña, hay un fieltro para el sudor y caben también gafas de ver o mascarillas, porque ha habido quejas de que con alguna no se podían poner gafas graduadas”. Además, destaca que son completamente reutilizables, ya que una vez desinfectadas se pueden volver a utilizar.

Todo lo hacen de forma voluntaria y perdiendo dinero. “Me he gastado más de 200 euros en el material más la luz, que ya veremos a ver cuánto es, pero no me importa, sobre todo cuando te dan las valoraciones”, relata. De la Cruz muestra orgulloso las fotos que le han ido enviando trabajadores que llevaban sus pantallas e incluso cuenta que la propagación de casos en una planta del hospital de Alcalá se ha contenido.

Él, como otros cientos de miles de personas en toda España, también se ha visto afectado por un ERTE que ha hecho Iberia, tras llevar más de dos décadas en la empresa. De la Cruz se quiso adelantar a la situación y, como sabía que más tarde o temprano le iba a tocar, se ofreció voluntario para ser de los primeros en recibirlo. “Así tengo más horas para hacer pantallas protectoras. Estás más alegre al pensar que estás perdiendo dinero, sí, pero que puedes estar salvando vidas y eso es muy importante también”, valora.

  Trabajadores de un hospital con las pantallas protectoras.Dionisio de la Cruz

Una red de voluntarios salidos del centro Raúl Vázquez

El pasado mes de septiembre, desde el centro Raúl Vázquez promovieron un seminario para utilizar una impresora 3D que habían comprado meses atrás. El objetivo era el de trabajar con piezas parecidas antes de bajar a los talleres, ya que el instituto está especializado en el transporte y mantenimiento de vehículos, Durante unos meses, varios alumnos y profesores aprendieron de De la Cruz a utilizarlas.

“Cuando llegó la Navidad y las rebajas, nos informó de que había una buena oferta en internet para comprar una impresora 3D a un precio asequible. Varios alumnos del curso se las compararon y ahora están colaborando en este proyecto”, asegura la directora del centro, Carmen Santamaría.

La propia gerente destaca el papel de Javier Solanilla, un alumno que empezó una cadena en Madrid y que se ha convertido en uno de los administradores generales de la zona centro de la capital. Él se encarga de organizar la entrega de las pantallas a los distintos destinatarios. “Javier se ha metido de lleno, pero también hay alumnos y exalumnos que están imprimiendo y que la idea ha salido de ellos”, narra el profesor, que lleva un lustro dando clases en el centro como especialista.

Además, valora la actitud del instituto a la hora de darles material, ya que se están quedando sin él y el precio para comprarlo de forma online casi se ha duplicado. “Carmen y el instituto nos están consiguiendo por una papelería industrial con la que trabajan. Se están portando genial porque yo no tengo más material”, indica.

“Hay mucha gente que está colaborando. Es mucho mejor esto que no tener nada”, resume Santamaría, orgullosa por el trabajo humano que están desempañando sus profesores y alumnos.

Problemas con las homologaciones

El tira y afloja que están manteniendo Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, y el Gobierno de España también les salpicó a ellos.

Según una información de El País, los hospitales madrileños empezaron el pasado fin de semana a rechazar pantallas protectoras alegando que desde la Comunidad se les prohibía aceptarlas, ya que no estaban autorizados por el ministerio de Sanidad. El Gobierno central lo negó y afirmó que los equipos de protección individual no son productos sanitarios, por lo que no son competencia de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, tal y como contó la Cadena SER.

Este problema se ha sumado al de la homologación de un respirador, que está en la recta final. Un proyecto asturiano, promovido por el equipo de Reesistencia Team del CoronavirusMakers, pero considerado como una alianza público y privada. Hasta el momento ha superado ya dos ensayos preclínicos, en modelos humanos y su validación animal, y se encuentran en proceso de evaluación por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios.

Nada más se tenga una resolución y si son autorizados para su funcionamiento, De la Cruz y el resto de voluntarios se podrán manos a la obra con los respiradores, aunque también esperan una ayuda mayor.

De momento, estos otros héroes van a seguir suministrando defensa a los verdaderos pilares de la lucha contra el coronavirus.

  Una caja con pantallas protectoras.Dionisio de la Cruz
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Alfredo Pascual es redactor de Virales en El HuffPost en Madrid. Escribe sobre noticias de televisión, política, redes sociales, deporte, etc. Estudió periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y un máster en Periodismo de investigación, datos y visualización en la UNIR. Antes de entrar en El HuffPost estuvo en la Cadena Ser y en el Heraldo de Aragón. Puedes contactar con él en alfredo.pascual@huffpost.es