La Europa social frente a la Europa comercial: así ha sido el debate de los candidatos a la Comisión Europea

La Europa social frente a la Europa comercial: así ha sido el debate de los candidatos a la Comisión Europea

El bipartidismo ha muerto, pero los bloques conservador y progresista siguen siendo (más o menos) claros. Inmigración y cambio climático, las cuestiones que más dividen.

Debate presidencial

Un belga con raíces españolas —Nico Cué (Partido de la Izquierda Europea)—, dos alemanes —Manfred Weber (Partido Popular Europeo) y Ska Keller (Partido Verde Europeo)—, un neerlandés —Frans Timmermans (Socialistas y Demócratas Europeos)—, un checo —Jan Zahradil (Alianza de Conservadores y Reformistas de Europa)— y una danesa —Margrethe Vestager (Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa)—.

Estos son los seis candidatos que aspiran a presidir la Comisión Europea y que se han visto las caras este miércoles en Bruselas para debatir sus propuestas (y para que los conozcas un poco más).

¿Te parece que Bruselas pilla un poco lejos? Para nada. Lo que se ha debatido esta noche te interesa, y mucho, sobre todo de cara a las elecciones europeas del 26 de mayo y de cara a los próximos cinco años que dura la legislatura. Salario mínimo, desempleo juvenil, Erasmus, migración, cambio climático, austeridad, impuestos, igualdad salarial... de todo esto (y más) han hablado los candidatos, aunque no de la misma manera ni en la misma medida. En casi todos los temas se apreciaban dos bloques diferenciados: uno más conservador en cuanto a economía e inmigración y otro mucho más progresista, favorable a medidas sociales y para frenar el cambio climático.

Cué hacía referencia a sus orígenes migrantes —“soy hijo de ilegales”— para apelar a la solidaridad y a la responsabilidad de Europa a la hora de acoger inmigrantes. Keller y Timmermans se mostraban de acuerdo —“Europa pierde una parte de su alma cada vez que muere un inmigrante”—. En cambio, la derecha se ha ido por otros derroteros. A Zahradil no le gustan las “cuotas migratorias” y Weber ha hablado de un mayor “control de fronteras”.

  Nico Cué

“Haced que se oiga vuestra voz”, pedía mientras tanto la presentadora para animar a los espectadores a expresarse en redes a través del hashtag #TellEurope. Y los europeos han hablado: que se aborde el cambio climático, que los candidatos digan qué van a hacer para propiciar una transición ecológica.

El problema es que cuando se piden medidas concretas, no todos los políticos saben responder. Sí se han mojado Keller y Cué, apuntando a las multinacionales, que “producen el 70% de la contaminación del planeta” y siguen recibiendo subvenciones de Europa. Timmermans, por su parte, proponía “gravar fiscalmente el queroseno y poner impuestos al CO2″, cosa que no ha gustado del todo al candidato de la Izquierda Europea, que se ha acordado de Macron y de los chalecos amarillos para reclamar que el “peso fiscal no debe caer sobre los más pobres”.

  Ska KellerMichael Sohn/AP

Con ironía pero muy serio ha atajado Timmermans el problema de la evasión fiscal, cometida principalmente por grandes empresas tecnológicas. Así ha señalado a Amazon, dirigiéndose a su asistente de voz: “Alexa, ¿cuándo va a pagar Amazon impuestos?”.

Tampoco le ha temblado la voz a Margrethe Vestager a la hora de citar a “Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Malta y Chipre” cuando le han preguntado si hay paraísos fiscales en Europa. Pero, mientras la mayoría de los candidatos hablaban de “justicia tributaria” y un “tipo mínimo para el impuesto de sociedades”, Jan Zahradil, de los Conservadores y Reformistas de Europa, se ha negado en rotundo a que haya “impuestos paneuropeos”. “Europa no es un país, aunque algunos lo crean”, ha zanjado.

  Weber (izq) y Timmermans, después del debate.

Con esta frase de Manfred Weber parecen estar de acuerdo todos los candidatos: el comercio es una de las bases de la Unión Europea. ”¿Pero a qué precio?”, se preguntaba Keller, contraria a que se firmen tratados con países sin pensar en las consecuencias para dichas naciones o para la propia calidad de vida de los europeos. Según Los Verdes y la Izquierda Europea, en estos acuerdos —por ejemplo el CETA— no siempre se tienen en cuenta criterios climáticos y éticos.

Para Weber y Zahradil, no hay que cerrarse puertas, ni hacia Asia ni hacia Estados Unidos, independientemente de quiénes sean sus dirigentes. Vestager, Comisaria de Competencia, ha aprovechado para apelar al orgullo y la fuerza de Europa para no hacer tantas concesiones comerciales: “Necesitamos más confianza. Somos el principal socio comercial de más de 80 países. A veces hay que exigir las cosas con más fuerza”.

Es la curiosa conclusión a la que ha llegado Timmermans, que ha criticado los populismos y los nacionalismos al tiempo que entonaba el mea culpa. “Gente que antes votaba a mi partido ahora vota a fuerzas nacionalistas o extremistas.

En parte, su desilusión es nuestra culpa”, ha afirmado, reconociendo que los socialistas no han sabido mantener y seguir atrayendo a su electorado.

Por su parte, Keller pedía “no dar cancha a las fuerzas extremistas”. En eso se incluye, obviamente, no aliarse con ellas. Y de paso ha aprovechado para señalar a los populares, en coalición con la extrema derecha para formar Gobierno en Austria (¿de qué nos suena esto, andaluces?).

  Jan Zahradil

Zahradil, euroescéptico, ha llevado el tema a su terreno y, sin llegar a defender el modelo del Brexit, ha abogado por “una Europa más reducida y descentralizada”. “Que haga menos, pero mejor”, ha sugerido.

En muy contadas ocasiones se ha hablado de igualdad. De hecho, algunos candidatos ni la han nombrado. Timmermans ha mencionado la lacra que supone la “violencia contra las mujeres” y Cué ha llamado a “que se vote por el feminismo”, pero Margrethe Vestager ha sido quien más se implicado, pidiendo paridad entre comisarios y comisarias y recordando que Europa, pese a sus desigualdades, sigue siendo “el mejor lugar para vivir, sobre todo si eres mujer”.

  Margrethe VestagerYOUTUBE

El mensaje final de los seis candidatos ha ido directo al grano: votes a quien votes, ve a votar. “Nunca sean indiferentes. Si usted no vota, alguien tomará su voto”, recalcaba Timmermans mirando directamente a cámara. Un mensaje parecido entonaba Vestager: “Votar es poder. Vayan a votar e inspiren a los demás para que lo hagan”.

Por fin algo en lo que todos se ponen de acuerdo.