Deja de odiar a U2 de una vez por todas

Deja de odiar a U2 de una vez por todas

Hubo un tiempo lejano en el que U2 huía de la autocomplacencia y el conservadurismo. Desde sus inicios en 1980 hasta 1997 el grupo irlandés sorprendía casi con cada disco. Y, aunque cueste creerlo, se hicieron querer.

Bono, cantante de U2, durante un concierto en 2019 en Japón. Takashi Aoyama via Getty Images

Bono tiene 60 años y sufre el síndrome Rosa Díez: sigue creyendo que el mundo gira a su alrededor. Coincidiendo con su cumpleaños ha publicado un listado con las canciones que le han ‘salvado la vida’, como si su paladar fuera aún relevante en 2020. Compuso una balada a principios de la pandemia, Let Your Love Be Known, que ha pasado completamente desapercibida. Su nivel de popularidad es más o menos la siguiente: medio mundo lo repudia, una irreductible legión de fans lo sigue adorando. Bono y, por extensión U2, son las dos Españas del rock. Las trincheras están perfectamente delimitadas entre sus defensores y sus detractores. No caben los grises, las terceras vías. Además, en los últimos años los dublineses se han granjeado no pocos enemigos con la publicación de discos intrascendentes y vacíos que se hinchan como globos. Apenas queda rastro de la autenticidad de los 80 o de su reinvención con su obra cumbre, Achtung Baby, que dio inicio a una segunda juventud. No es muy habitual que tu mejor disco sea el quinto, tras más de diez años de carrera. U2 lo hizo. Y asombró al mundo. 

Sería injusto quedarnos solo con lo malo. Al margen de sus archiconocidas canciones, la banda irlandesa parió un puñado de perlas, algunas arrinconadas, en el periodo 1980-97, donde lograron armar una carrera sólida y mutante al mismo tiempo, arriesgada dentro de los parámetros mainstream, y en el que los aciertos ganan por goleada a las pifias. 

I Will Follow (1980)

El tema que abre su LP de debut, Boy, contiene las señas de identidad de los irlandeses: el característico riff de guitarra de The Edge, una letra íntima, en este caso sobre la muerte prematura de la madre de Bono, la voz en primer plano, un plus de emotividad… Claramente influidos por Joy Division y el post-punk de la época, fue su primer éxito y marcó el camino de los U2 primigenios.    

A Sort Of Homecoming (1984)

Brian Eno y Daniel Lanois forjaron el armazón sonoro de The Unforgettable Fire y U2 pasó a explorar nuevos horizontes abriéndose a territorios más pop. A Sort Of Homecoming es uno de sus pasajes más hermosos, no solo por la música sino también por una letra evocadora inspirada en el poeta alemán Paul Celan. En su versión en vivo, recogido en el EP Wide Awake in America, con cambios de ritmo y un Bono pasional, se eleva directamente al cielo.

Spanish Eyes (1987)

Una de sus caras B más rotundas. No pega demasiado con la idea que tenía U2 sobre el rock en aquella época: es una canción directa, musculosa, que va al grano. Al parecer, perdieron la casete de la grabación y The Edge la encontró al final de las sesiones de The Joshua Tree. No entró en el mítico LP pero se incluyó en el single I Still Haven´t Found What I´m Looking.

One Tree Hill (1987)

Greg Carroll, amigo y miembro del staff de gira de la banda, falleció en un accidente de moto el 3 de julio de 1986. Su muerte coincidió con la grabación del disco que lanzó a U2 al estrellato mundial. Estremecido por el suceso, Bono le dedicó un medio tiempo que ha pasado más desapercibido de lo que debería. Estalla en su tramo final para volver a recogerse sobre sí misma a modo de góspel. It runs like a river to the sea.

Angel Of Harlem (1988)

En plena reconquista americana, U2 quedó fascinado por el R&B clásico, el blues y la música góspel. Un hallazgo tardío y sorprendente. Colaboraron con Bob Dylan en un tema del disco Rattle & Hum, después se llevaron a BB King de gira y hasta le dedicaron una canción a Billie Holliday, el ángel de Harlem de Bono y compañía. Una de las composiciones más redondas de toda su carrera.

Heartland (1988)

Al contrario de lo que se sostiene machaconamente, ni Rattle & Hum ni mucho menos Pop son álbumes fallidos. Se desviaron de sus coordenadas habituales, pero no más de lo que habían hecho otras veces. La gracia de U2 consistía, precisamente, en cambiar de rumbo y despistar al personal. Cuanto más mejor. Heartland, por cierto, presagia la revolución de Achtung Baby.

Acrobat (1991)

The Fly rompió los esquemas a los viejos fans del chaleco udosero. Acrobat, menos conocida, también pertenece a la misma liga; oscura y desafiante. Su pegada es descomunal, puedes sentir a los cuatro miembros de U2 dejándose la piel. Si Achtung Baby es el sonido del grupo taladrando el árbol de Joshua, aquí está su su afilada hacha.

Ultraviolet (Baby Light My Way) (1991)

U2 tiene fama de elegir erróneamente los singles de sus discos. Hay ejemplos a patadas, sobre todo en los últimos tiempos. Ultraviolet era una opción perfecta en el marco de Achtung Baby: accesible, seductora y pegadiza desde la primera estrofa. Aunque finalmente no salió elegida, los fans la abrazaron de inmediato. Se le hizo justicia durante la gira 360° de 2009 que arrancó en Barcelona.

Zooropa (1993)

Según The Edge, el disco Zooropa es como una especie de polaroid de lo que estaba pasando en Europa a principios de los 90. Ganó el Grammy a mejor álbum alternativo superando a Nirvana, REM o Smashing Pumpinks. Luego Bono subió a recoger el premio y dijo algo así como que U2 estaba llamado a “joder el mainstream”. Todo muy surrealista. La canción homónima es pura fantasía y representa a la perfección la creatividad rebosante del grupo en aquellos años.

Stay (1993 )

Ni One ni With or Without You, la balada definitiva de U2 es Stay. Dedicada a Frank Sinatra, surgió en las sesiones de Achtung Baby” y terminó cristalizándose un tiempo después. Todo funciona a las mil maravillas: la letra, la sensual interpretación de Bono, el estribillo en falsete… El vídeo en blanco y negro tiene el sello inconfundible de Wim Wenders y sus ángeles rondando por Berlín. Delicioso.

Until The End Of The World + New Year´s Day (1993)

Se suele decir, y a menudo es verdad, que las canciones de U2 funcionan mejor en directo. Esta es la prueba irrefutable. La grandeza y la épica bien entendida se condensan en estos casi 10 minutos de stadium rock. La transición insospechada entre dos álbumes antagónicos, Achtung Baby y War, tuvo lugar durante la laureada gira Zoo TV.  Dos temas que no tienen nada que ver, casi se diría de grupos distintos, fundiéndose en la eternidad.

Hold Me, Thrill Me, Kill Me, Kiss Me (1995)

Quizás, la canción que mejor define el espíritu innovador de U2 en los años 90. Se incluyó en la banda sonora de la película Batman Forever y el videoclip capta al grupo caminando por Gotham en dibujos animados. Parece un spin-off de su gira ZooTV, con Bono caracterizado como sus alter egos The Fly y McPhisto y jugando a ser una estrella de rock. Baby it must be art.

Mofo (1997)

La historia de U2 hubiera cambiado para siempre si se hubiesen despedido con Wake Up Dead Man, la balada western-futurista que cerraba su álbum Pop (1997). Bono se habría ahorrado unos cuantos enemigos. Para la posteridad queda la demoledora interpretación de Mofo en los premios MTV, aderezada con la intro pugilística de Dennis Hopper y el Pop Muzik de M sonando de fondo. La última vez que U2 ganó por KO.

Please (1997)

La cima de Pop y, ya puestos, de los últimos 25 años de la banda irlandesa. La canción aborda el conflicto irlandés, como en Sunday Bloody Sunday, pero lo hace desde una perspectiva mucho más sutil y ambigua, con apelaciones directas a los distintos bandos. Anton Corbijn dirige un vídeo en el que las emociones están a flor de piel.