Deja ya de despreciar a Taylor Swift

Deja ya de despreciar a Taylor Swift

La cantante lanza por sorpresa su segundo disco en un año entre el respeto de la crítica más exquisita. La pandemia ha estimulado la creatividad de la artista que fue humillada en prime time.

Taylor Swift, el pasado 16 de septiembre. ACMA2020 via Getty Images

La llamaron víbora, la boicotearon por (supuestamente) apoyar a Donald Trump y, en 2016, el hashtag #TaylorSwiftIsOverParty, que venía a celebrar el fin de su carrera, fue tendencia durante más de un día. Cuatro años después hay una certeza y una duda. La certeza: la carrera de Taylor Swift (Pensilvania, 1989) no está acabada. La duda: hasta qué punto es alto su techo.

La cantante publica este viernes por sorpresa su noveno disco, Evermore, el segundo en menos de cinco meses después de que en julio lanzase —también por sorpresa— Folklore. Este nuevo álbum, concebido como un “hermano” del anterior, ha sido una “vía de escape” para Swift. De Folklore vendió más de 2 millones de discos y registró 500 millones reproducciones en streaming en una semana. El disco se complementó con un documental en Disney+ en el que se interpreta de forma acústica Folklore al completo y se recogen reflexiones de la artista sobre el proceso creativo de cada canción. La pandemia estimuló su creatividad.

Ahora, a bote pronto, lanza otras 15 canciones, entre las que se incluyen varias colaboraciones con lo más respetado del indie mundial, como Bon Iver y The National. Swift ha sabido aprovechar al máximo 2020 y se ha coronado como la cantante pop del año. Ha sido la primera en ganar tres años consecutivos el premio a la Mejor artista en los American Music Awards desde Whitney Houston.

A sus dos discos hay que sumar una portada de la revista Rolling Stone junto al legendario Paul McCartney y un documental en Netflix, Miss Americana. En la cinta de hora y media se muestra lo que ocurre entre bambalinas, sus problemas de autoestima y cómo la cantante ha lidiado con el odio que recibía de gran parte de la sociedad.

Enemiga pública número uno

Desde que saltó a la fama en 2008 con Love Story, Taylor Swift ha sido objeto de un escrutinio salvaje. Empezó como cantante country para después coronarse como artista pop. Muchos no se lo perdonaron: había traicionado sus orígenes por el éxito comercial. La calidad de sus trabajos ha estado constantemente en tela de juicio, empezando por sus propios compañeros. Unas críticas que Ryan Adams destrozó grabando completo el 1989 de Swift. Fue la bendición indie a la cantante despreciada por ser demasiado pop.

La cantante se vio envuelta en 2009, cuando su carrera todavía no había despegado, en un histórico momento por desagradable con Kanye West en los premios MTV. Mientras Swift recogía su premio al vídeo del año el rapero la interrumpió y espetó que no se merecía el premio. Fue una humillación en prime time.

Swift no sabía dónde meterse y el rifirrafe con el rapero dura prácticamente hasta hoy. Para muchos, la cantante era la mala de la historia, una víbora y una persona fría y calculadora parapetada tras los modos de una niña buena. “Taylor Swift no es como el resto de celebrities, es peor”, escribió en 2016 Vice en un artículo que la revista eliminó posteriormente. 

Swift ha seguido un mantra durante toda su carrera: no meterse en polémicas y no hablar de política. Ese silencio hizo que muchos la acusaran de supremacismo blanco y de apoyar a Trump en las elecciones de 2016. La propia artista cuenta en el documental que “aprendió la lección” y reconoce que tiene voz y plataforma para denunciar injusticias y decir lo que piensa. Por eso no dudó en mostrar su apoyo al candidato demócrata al Senado en Tennessee, su estado natal, y más recientemente a Joe Biden y Kamala Harris.

Y si la política se ha utilizado como arma arrojadiza hacia Swift, con su vida amorosa ha pasado lo mismo. Los medios y la opinión pública se rieron de ella por tener demasiados novios y por escribir de ello en sus canciones. Como si fuera la primera cantante que lo hace.

‘Reputation’, un punto de inflexión

En 2017 Swift aprovechó todo ese odio y controversia para lanzar Reputation. No había rastro de canciones azucaradas, la estética era mucho más oscura y las serpientes copaban sus videoclips. Una alusión a todos aquellos que la llamaron víbora.

A partir de ese álbum no volvió a ser la misma. Hizo de la discreción su bandera, dijo todo lo que tenía que decir a través de la música y se liberó de ataduras.

La reina de 2020

Y llegó 2020, la pandemia y dos discos en menos de cinco meses. Con Folklore la cantante exploró nuevos géneros musicales y debutó en el número 1 en la lista Billboard. Si su nuevo trabajo, Evermore, también lo logra, será la primera artista de la historia en alcanzar el primer puesto el mismo año.

“Es el disco que no sabía que necesita este verano raro”, escribió la cantante Zahara sobre Folklore en su crítica para El HuffPost. Swift ha contado que utilizó la música a modo de vía de escape durante la pandemia y que Evermore es un regalo para todos los que se sientan solos durante las navidades.

A juzgar por los números de su trabajo previo, los oyentes serán millones. Swift ha sido la segunda artista femenina más escuchada del año en todo el mundo en Spotify, sólo por detrás de la omnipresente Billie Eilish. Sólo con el tuit en el que ha anunciado su lanzamiento, ha logrado millones de interacciones. Todo en la cantante se mide en grandes cifras: en Twitter tiene 87,6 millones de seguidores —sólo un millón menos que el presidente de EEUU, Donald Trump—y en Instagram se acerca ya a los 150 millones de fans.

  Swift, recogiendo su premio en pijama.YOUTUBE

La artista hizo historia en los premios VMA de MTV al ser la primera mujer en llevarse el premio a la Mejor dirección por el videoclip de The Man. Recibió el galardón desde su casa, vestida con un pijama azul a rayas. A Taylor Swift ya le importa bien poco la parafernalia o lo que piensen de ella. Refugiarse en la música ha valido la pena.