Diario de a bordo (4): Mujeres que han roto el techo de hielo

Diario de a bordo (4): Mujeres que han roto el techo de hielo

A pesar de los logros, las mujeres seguimos siendo minoría en los procesos de toma de decisiones y en puestos de liderazgo en todos los sectores.

.Homeward Bound

La presencia de mujeres científicas en la Antártida a lo largo de la historia comienza oficialmente a mediados del siglo XX, cuando en 1956 la geóloga marina Maria V. Klenova llegó a la Antártida como miembro de una expedición rusa para investigar el océano del sur. Previamente las mujeres habían llegado al continente helado como acompañantes de sus esposos expedicionarios, como trabajadoras en las estaciones balleneras o, como tantas otras veces en la historia, disfrazadas de hombres porque las circunstancias de la época no les permitían ejercer públicamente y en libertad roles que eran privilegio exclusivo de los hombres. La profesora Klenova cambió así la impronta que las mujeres han ido dejando en la Antártida, abriendo progresivamente las puertas a otras científicas, como fue el caso de nuestra Josefina Castellví, primera mujer en dirigir una estación científica en la Antártida y pionera en investigación en el continente.

Con el paso de los años cada vez hay más visibilidad y reconocimiento de las mujeres científicas y de sus contribuciones en el ámbito de la investigación. A pesar de los logros, las mujeres seguimos siendo minoría en los procesos de toma de decisiones y en puestos de liderazgo en todos los sectores. En las ciencias polares la proporción de mujeres en comparación a los hombres disminuye a medida que avanzamos en puestos de responsabilidad y reconocimiento, por motivos que nada tienen que ver con nuestra profesionalidad o conocimientos. 

A pesar de los logros, las mujeres seguimos siendo minoría en los procesos de toma de decisiones y en puestos de liderazgo en todos los sectores.

Hoy rompemos una nueva barrera de la mano de Homeward Bound. Este programa auspiciado por ACCIONA, selecciona a mujeres profesionales en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEMM) de todo el mundo y las forma en pensamiento estratégico, gestión de equipos, visibilidad y liderazgo a lo largo de un año, culminando en tres semanas de formación intensiva en la Antártida. En 10 años, Homeward Bound será una red global de 1.000 mujeres en STEMM, colaborando y trabajando por un modelo de liderazgo alternativo.

Desde la expedición femenina a la Antártida más grande de la historia e inspiradas por las mujeres que rompieron el techo de hielo os invitamos a uniros a compartir nuestra visión y nuestro proyecto: un futuro mejor, donde el desarrollo sostenible sea su razón de ser.

Por Blanca Bernal, analista de servicios de ecosistemas, y Marga Gual Soler, experta en Diplomacia Científica.