El legado de Juego de Tronos: mucho más que dragones, sexo y violencia

El legado de Juego de Tronos: mucho más que dragones, sexo y violencia

La serie de HBO ha supuesto el fin de una era de la televisión.

Daenerys Targaryen, en un momento de la última temporada.HBO

Una serie con dragones, personajes inmortales y batallas por un trono forjado con cientos de espadas no parece, a priori, destinada a reunir a millones de personas frente a la pantalla. Juego de tronos, sin embargo, lo consiguió.

La fantasía épica que HBO estrenó hace diez años en Estados Unidos enamoró a espectadores sin importar edad, los gustos o clase social, elevó al máximo el significado de spoiler y dejó frases que ya están asentadas en la cultura popular. El ya mítico ‘se acerca el invierno’ se ha utilizado hasta la saciedad y no son pocos los padres que han bautizado a sus hijas como Daenerys o Arya.

Una década después y con una controvertida última temporada como broche final, ¿qué impacto deja Juego de tronos en la televisión? “Creo que más que cambiar la televisión lo que hizo fue cerrar una etapa. Eso de consumir manera simultánea un evento televisivo a nivel mundial ahora es muy complicado. Juego de tronos fue un fenómeno cultural que, además, encajaba en la época en la que las series se consumían semanalmente”, apunta Elena Neira, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y autora de Streaming Wars

“Es el cierre de la etapa en la que la ficción era un evento cultural”, insiste Neira, que destaca cómo la serie fue un fenómeno global a pesar de ser una fantasía épica. “Consiguió generar un interés transversal gracias a la estructura de intriga palaciega y a los personaje arquetípicos. Supo diversificar y ser un fenómeno no de nicho, sino de masas”, añade. 

María Antonia Paz, catedrática de la Universidad Complutense de Madrid y profesora de Historia de la televisión compara el éxito de Juego de tronos con lo que representó Dallas en los setenta. “Fue un antes y un después en la televisión, una serie con un alcance que no habíamos previsto”, indica la experta.

Una superproducción con una estructura narrativa atípica y personajes poliédricos

Para Paz, uno de los grandes elementos que aportó la serie fue la producción. “Era casi cinematográfica, cada episodio costaba más que una película de ficción española”, señala la catedrática.

“Hasta Juego de tronos nunca antes una cadena —o plataforma— se habría planteado invertir en presupuestos tan elevados para una serie de género fantástico o de ciencia ficción, que eran vistos como de serie B’”, explica Natxo López, guionista de series como Perdida y miembro del sindicato ALMA. Según él, gracias a la serie de HBO se ha revalorizado en género fantástico en la televisión comercial, “logrando que sea visto como un género adulto”. También en los efectos especiales que se utilizaban hasta entonces en el género fantástico o de ciencia ficción se ha dado un salto cualitativo: “Ha demostrado que una serie puede aspirar a los más altos estándares de producción en lo que respecta a efectos digitales”. 

Su gran virtud es esa mezcla de relato fantástico con un 'soap opera' medieval repleto de giros y personajes que te dejan enganchado al final de cada capítulo.
Natxo López, guionista.

Para López, la serie basada en los libros de George R.R. Martin fue pionera por su estructura narrativa. “Su gran virtud es esa mezcla de relato fantástico con un soap opera medieval repleto de giros y personajes que te dejan enganchado al final de cada capítulo, todo aderezado con esa sensación constante de peligro real y angustia que te provoca la violencia constante y la muerte inesperada de varios de los protagonistas principales”, explica el guionista.

“A nivel narrativo hay que hacer hincapié en los personajes”, recuerda María Antonia Paz. “Eran multitud y tenían un protagonismo coral. Todos eran poliédricos y cargados de matices y, además, morían. Normalmente en una serie, hasta ese momento, cuidado con matar al protagonista”, añade la catedrática. La muerte de Ned Stark antes de que llegara a terminar la primera temporada dejó en shock a los espectadores y avisó de que Juego de tronos no era cosa de un personaje importante, sino de un gran reparto.

  La muerte de Ned Stark, el primer gran shock de los espectadores.HBO

Paz explica que la serie “no respetaba la narrativa establecida” y que estaba llena de tramas para elegir. “Fue un salto cualitativo en la televisión. Antes veías una buena serie y decías, es cinematográfica. Con Juego de tronos no, es puramente televisiva, pero eso no le resta calidad”, añade la experta, que también resalta las escenas de violencia y sexo explícitas. “Se rompieron las barreras de todo, tanto narrativas como éticas y morales”, insiste.

Con 'Juego de Tronos' se rompieron todas las barreras, tanto narrativas como éticas y morales.
María Antonia Paz, catedrática de la UCM

Por su parte, Natxo López, piensa que algunos espectadores se quedaban con la violencia y el sexo “porque resultan muy llamativos en una serie de televisión y en un género que muchos hasta entonces identificaban con un público joven o infantil”, pero no era una novedad. “La obra de Shakespeare está plagada de sexo y violencia, lo que pasa es que en Juego de tronos todo es más explícito. Y es lógico que lo sea, porque es una serie actual y concebida para adultos, eso formaba parte de la apuesta”, sentencia el guionista, que la ficción tiene un toque shakesperiano. “Es una serie de una gran riqueza dramática, con personajes complejos que sufren un largo arco de transformación, y con una historia que huye del maniqueismo, que profundiza en conflictos universales y contemporáneos”, destaca López.

  Cersei Lannister, la gran villana.HBO

Neira añade a todas estas virtudes el hecho de que era posible “empatizar” con esos personajes arquetípicos y ver “un poco o un mucho de ti”. “Había un sentimiento de pertenencia a una comunidad”, apunta la profesora. 

El legado cultural

Además de un lugar privilegiado en el trono de las series, Juego de tronos deja también un legado cultural. El fenómeno fan entorno a la ficción no tiene comparación y Neira recuerda cómo la gente se despertaba de madrugada para ver cada capítulo sin tragarse ningún spoiler. “No podías entrar en Internet si no lo habías visto”, bromea la especialista, que añade que se siguen vendiendo como churros los productos de merchandising con las frases y las caras de los personajes.

María Paz recuerda las “conversaciones en el metro”, de todo tipo de personas sin importar la edad. Cada inicio de temporada se organizaban estrenos en cines como el Capitol de Madrid y algunos bares, como el Burlington Bar en Chicago, se hicieron famosos por poner la serie en pantalla grande, como si se tratara de un partido de fútbol. En 2020 abrió en Valencia El muro, una cervecería que homenajea a la serie y, según el INE, en España hay 237 niñas que se llaman Arya, la hermana pequeña de los Stark. La lista no tiene fin.

  Arya StarkHBO

Antonio Villar, director de doblaje de Juego de Tronos, explica el secretismo con el que rodaron las dos últimas temporadas de la serie por la locura de los fans: “Fue a contrarreloj, con tal de proteger se ha hecho de todo. Hubo filtraciones, la gente nos espío... fue una locura”. Para él, ha marcado un antes y un después a la hora de hacer una serie por el componente “de rito y de culto” para muchos fans. “Sientes una responsabilidad diferente”, explica Villar, que fue uno de los invitados a unas jornadas sobre política, cultura y poder alrededor de la serie en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla.

La serie se estudia ya en las universidades, como confirma María Antonia Paz. “No va a morir nunca. Seguiré hablando de Juego de tronos a mis alumnos como sigo hablando de Dallas. Está asentado en la cultura popular y forma parte de la historia de la televisión”, sentencia la catedrática.

¿Es posible otro Juego de Tronos?

Antes de que se emitiera el capítulo final de la serie HBO ya había anunciado que estaba trabajando en una precuela y, además, acaba de firmar un contrato con George R.R. Martin para nuevos proyectos. Para Neira, la plataforma busca replicar el éxito de Juego de tronos pero lo tiene muy complicado “porque el contexto ha cambiado sustancialmente”.

“Ahora lo que existen son fenómenos a pequeña escala como lo que ha hecho Disney+ con The Mandalorian o Netflix con La casa de papel, pero no tienen la misma continuidad. Ahora se estrenan muchísimos títulos. Si antes echábamos de menos las producciones, ahora no da tiempo”, explica Neira, que cree que en la televisión lineal, el “programa evento” ha cogido el testigo de la ficción. “Solo hay que echar un vistazo a las cifras de Rociíto o de La isla de las tentaciones”, añade la experta sobre la capacidad de congregar espectadores frente a la pantalla. 

Es el cierre de la etapa en la que la ficción era un evento cultural.
Elena Neira, profesora de la UOC y autora de 'Streaming Wars'.

María Antonia Paz, sin embargo, tiene claro que llegará otra serie que sea un pelotazo global, aunque no a corto plazo. “Siempre hay una serie rompedora que establece un nuevo modelo y luego llega algo que lo imita. Cuando se agote ese modelo, volverá a aparecer una nueva serie que introduzca cambios y un modelo diferente”, señala la catedrática.

“Todas las plataformas quieren tener su Juego de tronos, porque es el tipo de serie que te genera una imagen de marca muy poderosa”, recuerda López. El guionista agradece que se haya “abierto el abanico” a historias de carácter fantástico, ciencia ficción e incluso superhéroes, además de “la búsqueda de universos alternativos”, pero reconoce que es muy difícil replicar un éxito como el de la ficción de HBO. “No todo es cuestión de gastarse mucho dinero”, apunta el guionista que insiste en que es importante que la industria vaya más allá de lo superficial y reflexione sobre las virtudes narrativas y dramáticas de la serie. 

López insiste: “Es una obra que, creo, es bastante más compleja, original e interesante de lo que muchos quieren ver incluso hoy”. Los seguidores de Juego de tronos todavía esperan un gran fenómeno, que no es otro que los libros que George R.R. Martin tiene pendientes de publicar y que, puede, reescriban el final de una saga que es historia de la televisión.