Test de autodiagnóstico de la covid: ¿cómo funcionan y cuánto cuestan?

Test de autodiagnóstico de la covid: ¿cómo funcionan y cuánto cuestan?

El Gobierno autoriza la venta de estas pruebas en las farmacias sin prescripción médica.

Una joven, realizando un test de autodiagnósticoDPA/Picture Alliance via Getty

El Gobierno ha autorizado la venta de test de autodiagnóstico de la covid en farmacias sin necesidad de contar con prescripción médica. Se trata de una medida que ha dado a conocer la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y que ha recibido luz verde en el Consejo de Ministros de este martes.

El objetivo, además de dar respuesta a la demanda del sector farmacéutico, es el de aumentar la capacidad diagnóstica, con el foco puesto en los casos de asintomáticos entre las personas de 12 a 30 años de edad.

Los ciudadanos pueden adquirir este tipo de pruebas, como los test de antígenos o los serológicos, pero existen algunas dudas sobre cómo funcionan y las diferencias entre las distintas clases de ellos. El director de Servicios Técnicos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCF), Antonio Blanes, explica a El HuffPost todos los detalles.

Blanes recuerda que hay dos tipos de test disponibles en el mercado, los de anticuerpos o serológicos y los de antígenos. De estos últimos, tienen confirmados hasta cinco fabricantes distintos. En este sentido, la medida que aprobará el Gobierno contempla autorizar la compra de ambos sin prescripción médica. No obstante, cada uno tendrá un fin y una utilidad muy distinta.

Los test serológicos permiten detectar si nuestro organismo ha generado anticuerpos contra la covid, es decir, si hemos pasado ya la enfermedad. Las pruebas de antígenos son las que determinan si estamos contagiados de coronavirus en la actualidad. El director de Servicios Técnicos del CGCF explica que este último será el “medio de detección” con el que contará la población para identificar contagios.

Lo cierto es que no hay un precio fijo para cada uno. Blanes recuerda que “estos productos sanitarios tiene un precio libre” y no intervenido. Será el fabricante el que determine el coste de su producto. No obstante, adelanta que estarán por debajo de los 10 euros, tanto para los de anticuerpos como para los de antígenos.

Todos los paquetes van acompañados de un dispositivo, un casete rectangular del tamaño de la llave de un coche en el que se introduce la muestra. El resto de los componentes dependerá del test que se adquiera. En el caso de las pruebas de antígenos hay dos formatos, de toma nasal y por saliva, por lo que contarán con un hisopo o bastoncillo, un pequeño tubo y un líquido reactivo.

Si la prueba a realizar es de antígenos por la vía nasal habrá que introducir el hisopo en la nariz para recoger una muestra. Blanes destaca que la población no debe tener miedo a no saber utilizarlo, puesto que no se trata de una toma nasofaríngea “como a la que estamos acostumbrados o hemos visto en la televisión”. Solo habrá que meter el bastoncillo unos dos centímetros, lo que facilita su utilización. Después hay que introducir el hisopo en el tubo con el líquido reactivo y remover durante un tiempo determinado. Para finalizar habrá que verter unas gotas en el dispositivo. En el caso de la prueba de saliva habrá que tomar la muestra en la lengua y seguir el mismo proceso. Algunos de estos vienen acompañados de un pequeño envase en el que se escupe para después recoger la muestra.

Las pruebas serológicas se efectúan mediante una muestra de sangre, por ejemplo, a través de un pequeño pinchazo en el dedo. Esta toma se incorpora al casete para conocer el resultado. En caso de querer obtener mayor información sobre el nivel de anticuerpos habrá que realizar una prueba más exhaustiva en laboratorio.

No hay una duración determinada, por lo que habrá que leer con atención las indicaciones del prospecto de cada fabricante. Sin embargo, Blanes especifica que estas pruebas deben determinar el resultado en un período de entre 15 y 20 minutos.

Todos los test de antígenos presentan una línea de control y otra de resultado. La primera de ellas debe “colorearse” completamente a los 15 minutos. De no aparecer, deberá ser considerada como fallida. Si transcurrido el tiempo máximo determinado en el prospecto no aparece la segunda franja la prueba será negativa y si se hace visible será positiva.

Con los test serológicos el funcionamiento es distinto, puesto que lo que indicarán estos es si se cuenta con alguno o los dos tipos de anticuerpos, IgG e IgM.

Esta es una de las demandas de los farmacéuticos, la de establecer mecanismos de comunicación para notificar los positivos y que no se trate sólo de una información personal. No obstante, desde el CGCF apuntan que lo lógico y el deber del ciudadano es el de aislarse, además de notificarlo en el centro de salud para complementar esta prueba con una PCR.

  El dispositivo en el que hay que verter las muestras mezcladas con el reactivoNurPhoto via NurPhoto via Getty Images

Antonio Blanes indica que estos productos han sido sometidos a una pruebas de calidad y control para poder ser comercializados y que todos ellos tienen unos estándares mínimos de fiabilidad. Además, remarca que deben contar con la identificación correspondiente que acredita su aval por la Agencia Española del Medicamento y los otros organismos reguladores. Se trata de un marcado con las letras CE acompañado de cuatro dígitos.

Esto será una incógnita hasta que comiencen a venderse libremente. Con todo, el profesional afirma que “tenemos conocimiento de varios distribuidores y en principio parece que no van a existir problemas de suministro”. Sin embargo, todo dependerá de la demanda que acaben teniendo.

Blanes explica que la iniciativa es valorada en el sector de forma muy positiva, puesto que se trata de una exigencia que vienen reiterando desde el comienzo de la pandemia. “Creemos que es una herramienta que puede aportar accesibilidad al ciudadano a este tipo de pruebas”, señala de unos test que dejarían de requerir receta médica, al igual que los de embarazo.

No obstante, los farmacéuticos quieren dar un paso más, “la segunda pata de la mesa”, indica Blanes. “Estamos solicitando a la vez que se aprovechen las farmacias como mecanismo de control de los casos positivos”, señala, de la necesidad de convertir a estos establecimientos en un punto vital que aporte información a la ciudadanía. El objetivo principal es el poder recopilar los datos de contagios que se notifiquen, además de transmitir correctamente a los usuarios cómo deben proceder o el correcto uso de los dispositivos.

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Antón Parada es redactor de actualidad en El HuffPost. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Antes de llegar aquí trabajó cinco años en La Voz de Galicia y pasó por los micrófonos de Radio Voz.

Puedes contactar con él escribiendo a: anton.parada@huffpost.es