El adelanto del toque de queda, una “distracción” según los epidemiólogos

El adelanto del toque de queda, una “distracción” según los epidemiólogos

"Un fetiche político", una forma de "irse por las ramas"... Los expertos defienden la aplicación de otras medidas, llámense cierre de la hostelería o confinamiento.

Una calle de Madrid, en mitad de la pandemia y tras las nevadas.  Burak Akbulut/Anadolu Agency via Getty Images

Con una incidencia media que supera los 700 casos por 100.000 habitantes en toda España, más de un tercio de las UCI ocupadas por covid y una tercera ola que no da tregua, el debate político-epidemiológico ha pasado de la posibilidad de un confinamiento domiciliario al rifirrafe por el adelanto del toque de queda

El Gobierno central ya descartó lo primero y ahora se ha abierto a lo segundo, después de que Castilla y León, junto con otras comunidades, defiendan restringir la movilidad antes de las 22 horas, que es el límite que permite el actual estado de alarma.

Probablemente en el Consejo Interterritorial de este miércoles se acuerde adelantar el toque de queda. Los epidemiólogos consultados por El HuffPost consideran que, una vez más, con este debate se está poniendo el foco donde no se debe. Pedro Gullón y Javier Padilla son partidarios de que, antes que adelantar el toque de queda, las autonomías agoten las opciones del estado de alarma, especialmente el cierre de la hostelería, si la situación lo requiere. Daniel López Acuña es incluso más tajante y pide un confinamiento corto y estricto, aunque más flexible que el de la pasada primavera. Ninguno de ellos cree que un toque de queda a las 20 horas sea la medida ideal. 

“Si queremos reducir la actividad social, tenemos que ver dónde. ¿Se quiere reducir, por completo, en interiores y exteriores, a partir de las 8 de la tarde? ¿O la queremos reducir durante todo el día pero sólo en las actividades de riesgo como pueden ser los interiores?”, plantea Pedro Gullón, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, que considera que es ahí donde “está la clave”.

“Para bajar los casos, cualquier medida que implique reducir el contacto social va a ayudar, pero tampoco nos podemos distraer y pensar que adelantar el toque de queda a las 8 de la tarde es algo totalmente imprescindible”, sostiene. “Más que movernos hacia eso, todavía tenemos margen para aplicar otras medidas, como obligar al teletrabajo, cerrar el interior de los bares, o incluso cerrar la hostelería si la situación fuera más grave… pero durante todo el día, y no con un toque de queda”, apunta Gullón, que recuerda que “el virus no es más activo a las ocho que a las dos”.

Si crees que va a ser eficaz cortar el servicio de cenas, quizás es que hay que cortar el servicio de cenas, porque los paseos a las ocho de la tarde no contagian

“Si crees que va a ser eficaz cortar el servicio de cenas, quizás es que hay que cortar el servicio de cenas, porque los paseos a las ocho de la tarde no contagian, y quizás cenar en un interior, sí”, explica el epidemiólogo.

Por otro lado, considera que, “si se adelanta demasiado el toque de queda, se pueden ver situaciones anómalas en las que trabajadores de oficina se encuentren trabas para volver a su casa”, ilustra. “De algún modo, con el toque de queda se intenta emular el confinamiento domiciliario, pero por horas”, opina epidemiólogo.

Javier Padilla, médico de familia experto en Salud Pública, tiene una visión similar. Además de calificar de “lamentable” el espectáculo político por las “peleas sobre las competencias” entre las comunidades y el Gobierno central, critica que se ‘fetichice’ la medida del toque de queda. 

“Da la impresión de que en cada ola tenemos una especie de fetiche político como medida salvadora. En la segunda ola fueron los confinamientos perimetrales, y ahora parece que es el adelantamiento del toque de queda”, señala. Padilla sostiene que este “falso debate” se lleva a cabo “para implicar de alguna forma al Gobierno central en la adopción de medidas ‘dolorosas’”.

“De algún modo, las comunidades autónomas están esperando que venga alguien de ‘fuera’ (el Gobierno central) y que les diga que tienen que cerrar la hostelería, bien por la vía del confinamiento domiciliario, bien por la vía del toque de queda adelantado”, opina Padilla. “Nadie quiere quedar como el que asume el coste político de las medidas duras, pero a estas alturas no podemos estar con esas peleas”, lamenta.

Las comunidades autónomas están esperando que alguien les diga que tienen que cerrar la hostelería

El experto considera que, con incidencias superiores a los 1.000 contagios por 100.000 habitantes, como tienen Castilla-La Mancha, Extremadura o Murcia, las comunidades deberían haber tomado medidas drásticas desde hace tiempo. Sólo tres comunidades autónomas han decretado el cierre de toda la hostelería: Baleares tomó la decisión el 8 de enero, Castilla-La Mancha lo hizo este lunes, y un día después se ha sumado la Comunidad Valenciana. Extremadura lo hizo hace una semana en sus localidades de más de 5.000 habitantes, y Murcia lo ha aplicado para una treintena de sus municipios. “A lo mejor hay que señalar que hay una cierta dejadez de funciones por parte de algunas comunidades”, apunta Padilla.

Además, el médico pone en entredicho la efectividad del toque de queda. “Es relativo. Si lo adelantamos a las seis, será efectivo, pero porque ya no estamos hablando de un toque de queda, sino de una especie de confinamiento encubierto. Es una forma de decir: sal de tu casa, pero sólo para ir al trabajo”, ilustra. “Esto puede dificultar muchísimo que la gente pueda llevar a cabo actividades básicas”.

Padilla también advierte de que, adelantando el toque de queda, puede producirse una acumulación de la actividad social a otras horas. “Las salidas de por la noche no se pueden convertir en ‘tardeo’”, dice.  

Daniel López Acuña, exdirector de la Acción Sanitaria en Crisis de la OMS, es incluso más drástico, y cree que habría que restringir la movilidad por completo. “Lo del toque de queda es irse por las ramas”, dice. “Agregar dos horas de restricción a la movilidad y a las actividades gregarias será mejor que nada, pero es quedarse a medias cuando lo que necesitamos son medidas más drásticas”, señala.

Lo más efectivo ahora sería un confinamiento corto pero contundente, que no tiene por qué ser como el de marzo

En su opinión, el actual estado de alarma “es insuficiente ante esta evolución de la pandemia” y “hay que actuar de una manera más tajante”. “Creo que lo más efectivo ahora sería un confinamiento corto pero contundente, que no tiene por qué ser como el de marzo”, afirma. “Puede haber más flexibilidad, u horarios para salir a pasear sin aglomerarse, pero que restrinja y confine en los domicilios para evitar esas interacciones, porque no basta con las llamadas al autoconfinamiento ante una incidencia tan elevada”, asegura.

El debate sobre la hora del toque de queda es un mero “juego”, sostiene, “cuando se necesita algo mucho más tajante”.