El aviso de Barceló tras el 28-A que los políticos deberían tener (muy) en cuenta desde ya

El aviso de Barceló tras el 28-A que los políticos deberían tener (muy) en cuenta desde ya

"Un claro mensaje de los ciudadanos".

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“Los electores dijeron que estas no son las formas”. La periodista Àngels Barceló ha advertido a los políticos —en su comentario Pierden la furia y el grito, comienza el baile de la gobernabilidad— del mensaje lanzado por los ciudadanos este 28-A, que se resume básicamente en que “la mentira, el griterío, el ruido, la furia, no gustan a todo el mundo”.

“Parece que los ciudadanos se mueven más en las zonas calmadas, donde caben los matices y es posible hablar y escuchar”, ha puntualizado Barceló, quien cree que “la participación masiva en las urnas, la intensidad con la que se ha vivido esta campaña y el resultado final son un claro mensaje de los ciudadanos a los políticos y a nosotros, a los medios de comunicación que compramos, a menudo sin reflexionar, la furia y el grito”.

En este contexto, la periodista ha puesto el foco en los casos particulares, como el del PP, que “de tanto copiar el discurso de Vox ha expulsado a los conservadores con sentido común y a esa derecha tranquila y necesaria para la gobernabilidad en este país”: “El peor resultado de la historia del partido es obra de Pablo Casado, que hoy sigue al frente de los populares”, ha resaltado Barceló.

En esta misma línea ha situado la periodista de la Ser a Ciudadanos, “que mejora los resultados”, si bien debería “leer que si su discurso hubiera sido menos hiperventilado quizás esa mejora sería todavía mayor”.

Pierden la furia y el grito, comienza el baile de la gobernabilidad

En el boletín de las cinco de la tarde, aquí en la SER, Carles Francino ha dicho que más que resaca, los resultados electorales lo que necesitan son digestiones, y así andan hoy todos los partidos políticos intentando digerir el resultado de las urnas, y para algunos la digestión está siendo mucho más pesada que para otros.

Y mientras digieren hay asuntos que no deberían perder de vista, lecturas de los resultados que les pueden orientar de cara al futuro. Y la lectura principal es que la mentira, el griterío, el ruido, la furia, no gustan a todo el mundo. Parece que los ciudadanos se mueven más en las zonas calmadas, donde caben los matices y es posible hablar y escuchar. La participación masiva en las urnas, la intensidad con la que se ha vivido esta campaña y el resultado final son un claro mensaje de los ciudadanos a los políticos y a nosotros, a los medios de comunicación que compramos, a menudo sin reflexionar, la furia y el grito. Los electores ayer dijeron que estas no son las formas.

Y esta es una lectura que deberían hacer todos, que deberíamos hacer todos. Y luego están las particulares que afectan, sobre todo, al PP, que de tanto copiar el discurso de Vox ha expulsado a los conservadores con sentido común y a esa derecha tranquila y necesaria para la gobernabilidad en este país. El peor resultado de la historia del partido es obra de Pablo Casado, que hoy sigue al frente de los populares.

Ciudadanos, que mejora los resultados, debería leer hoy que si su discurso hubiera sido menos hiperventilado quizás esa mejora sería todavía mayor. Ese cordón sanitario a Pedro Sánchez, y el grave error de echar al PSOE de la Constitución, le ha pasado factura. O al menos ha demostrado que buena parte de la ciudadanía hace una lectura de la Constitución muy diferente a la que hace Ciudadanos.

La lectura que hace Podemos es la de convertirse en claves para la gobernabilidad. Ayer mismo, Pablo Iglesias escondía los malos resultados tras la petición de ministerios. Pero con la importante pérdida de diputados, de 71 a 42, no parece que esté en las mejores condiciones para exigir. De momento, hoy guardan silencio y dan esquinazo a la prensa, a pesar de haber tenido reunión esta tarde.

Y lo último Vox, que con 24 escaños no va a poder tener la influencia que pensaba, aunque antes de entrar en el Congreso ya había dejado huella marcando la agenda de la derecha. Ahora ya sabemos cuántos son y el tratamiento debe corresponder a su dimensión. Nada más.

Y este es el panorama con el que el PSOE quiere gobernar en solitario. Empieza el baile.