El caos en Colombia se agrava con civiles armados disparando a grupos indígenas en Cali

El caos en Colombia se agrava con civiles armados disparando a grupos indígenas en Cali

El presidente Duque ordena un despliegue policial "para brindar toda la tranquilidad" a la ciudad, tras 12 días de protestas contra su Gobierno.

Esta madrugada, el presidente de Colombia, el derechista Iván Duque, ha dado instrucciones precisas para recuperar el control del orden público en la ciudad de Cali, la capital del Valle del Cauca, donde se han vivido en las últimas horas graves enfrentamientos no ya entre ciudadanos y fuerzas policiales, sino entre ciudadanos y ciudadanos, entre civiles armados que han disparado contra grupos indígenas. Un escenario que supone subir un grado más en la escalada de violencia que sufre el país y, además, de consecuencias desconocidas.

“En función de las facultades constitucionales que tengo como presidente (...), deben en este momento ustedes garantizar, con todo el apoyo de la autoridad local, como se ha hecho siempre, garantizar hoy el mayor despliegue que se tenga de capacidades de nuestra Fuerza Pública para brindar toda la tranquilidad en la ciudad de Cali”, le ordenó a los ministros del Interior y Defensa, Daniel Palacios y Diego Molano.

El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) denunció este domingo que la minga indígena -un grupo sinónimo de resistencia o movilización—fue atacada con disparos cuando se proponía a entrar a la ciudad de Cali para acompañar las masivas manifestaciones, que acumulan ya 12 días en todo el estado.

De acuerdo a las denuncias del CRIC, la minga fue atacada a balazos por personas vestidas de civil para impedir el ingreso a las movilizaciones, “disparan a la minga indígena hiriendo ocho comuneros en Cali”, agregan.

“Ante esta situación, se hace un llamado a los organismos de Derechos Humanos (DD.HH.) para que exijan al Gobierno colombiano de Iván Duque el cese de la militarización de las fuerzas policiales y la criminalización de la protesta”, exige el CRIC.

El ataque también se generó cuando la minga se disponía a reunirse con varios portavoces del Paro Nacional en las instalaciones de la Universidad del Valle, con el propósito de establecer una agenda de negociación con el Gobierno colombiano.

Frente al escenario de zozobra que se vive en Colombia, producto de la represión por parte de agentes policiales y militares, la propia CRIC advirtió que se teme por la vida de los indígenas y no existen garantías ante la presencia de agentes del temido Escuadrón Móvil Antidusturbios (ESMAD) en los alrededores de la universidad.

Pese a los ataques permanentes, los colombianos se mantienen movilizados en las regiones del país exigiendo un cambio del modelo sociopolítico que garantice el cese de la violencia y derechos fundamentales como salud, educación y trabajo.

La Policía Metropolitana de Cali, por su parte, informó que acudieron al llamado de auxilio de la comunidad del sector, que decía estar “siendo atacados por un grupo de indígenas”.

También indicó que recibió videos en los que se ve a indígenas “generando disparos con armas de fuego” y “realizando saqueos a casas y apartamentos del sector”.

La Policía, además, alegó que hubo vandalismo y quema de vehículos de personas que transitaban por el sector.

Los medios locales han publicado videos en los que se ven momentos tensos y enfrentamientos entre los indígenas y vecinos del área.

Las protestas en Colombia comenzaron el pasado 28 de abril, en contra del ya retirado proyecto de reforma tributaria del gobierno de Duque. Las manifestaciones, sin embargo, se han extendido por más de una semana, e incluyen peticiones para reformar el sistema de salud, denunciar abusos de la policía y el cumplimiento de los acuerdos de paz.

Según la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo, hasta la noche del viernes 7 de mayo, había muerto 27 personas. De esas muertes, 11 están ligadas directamente con las protestas, siete están “en verificación” y nueve que no tienen relación con las protestas, según ambas instituciones. La ONG Temblores, por su parte, eleva la cifra de muertos a 47.