El FMI prevé que la economía española se desplome un 8% y que el paro se dispare hasta el 20,8% este año

El FMI prevé que la economía española se desplome un 8% y que el paro se dispare hasta el 20,8% este año

De cumplirse la proyección, sería la mayor caída anual desde la Guerra Civil.

Trabajadores en el metro de Barcelona.REUTERS

La crisis del coronavirus ha hecho saltar en mil pedazos todas las previsiones económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Lo que al inicio de la pandemia llevaba a hablar de un crecimiento menor, ha evolucionado con el paso de las semanas a ampliar los términos hasta mencionar las temidas palabras ‘recesión’ y ’peor crisis desde el crack de 1929′.

Todos los países salen tocados de las proyecciones del organismo. Pero en el caso de España son especialmente negativas: en 20202 se producirá una caída del producto interior bruto (PIB) del 8%, mientras que la tasa de paro se disparará hasta el 20,8%. De cumplirse esta previsión, sería la mayor caída anual que registra el país desde la Guerra Civil (1936-1939).

La portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha confirmado que la caída de la economía podría rondar el 8% que pronostica el FMI, pero ha añadido que, aunque sea “abrupta”, la recuperación y el repunte será “importante” el próximo año y los siguientes.

El Ministerio de Economía también ha incidido en que el desplome de la actividad que pronostica el FMI es coherente con la fuertes medidas de contención adoptadas por el Gobierno para frenar la extensión de la pandemia, y prevén que el producto interior bruto (PIB) empiece a repuntar en el cuarto trimestre y se produzca una recuperación importante en 2021.

Los negros datos figuran en el nuevo informe de Perspectivas Económicas Mundiales del organismo que dirige Kristalina Georgieva, divulgado este martes, en el que se destaca que la “aguda” contracción de la economía global de 2020 será peor que la crisis financiera de 2008. La economía mundial se desplomará un 3%, lastrada principalmente por EEUU (-5,9 %), y el abrupto frenazo de China (crecimiento del 1,2%).

Entre las economías avanzadas, la bajada media es del 6,1%, una previsión que es aún más pesimista para la eurozona, ya que el conjunto del área de la moneda única retrocederá un 7,5%, una estimación que supera en más de dos puntos la caída de Estados Unidos (5,9%) o de Japón (5,2%).

Sólo mantendrán un crecimiento positivo, aunque con reducciones contundentes, los dos grandes gigantes asiáticos: China, que crecerá un 1,2% este año, e India, que se prevé lo haga un 1,9%.

El organismo internacional calcula que, de entre las cuatro mayores economías de la eurozona, Italia es la que registrará una contracción mayor, ya que alcanzará el 9,1%; seguida de España, con una caída del 8%; Francia, con un 7,2%; Alemania, con un 7% y Reino Unido, con una caída del 6,5 %. Son cifras no vistas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

“En parte de Europa, el brote ha sido tan grave como en la provincia china de Hubei (...) Aunque son esenciales para contener el virus, el confinamiento y las restricciones a la movilidad están dando un duro golpe a la actividad económica”, explica el Fondo en su documento.

Hace apenas tres meses, el organismo vaticinaba un crecimiento del 1,6% de la economía española para este año y del 1,3% para el conjunto de la zona euro. Asimismo, el Fondo prevé que el índice de desempleo pase del 14,7% con el que cerró 2019 al 20,8% al término de este año.

La recuperación en España, para 2021

Para 2021, sin embargo, anticipa una progresiva recuperación del PIB español, con un crecimiento económico estimado del 4,3%, una tasa que se eleva al 4,7% en el caso de la zona euro.

No obstante, el informe, coordinado por Gita Gopinath, economista jefe del Fondo, reconoce el “elevado nivel de incertidumbre” y apunta que el escenario base, que contempla que la pandemia comience a desaparecer en la segunda mitad del año, podría empeorar.

Las previsiones del Fondo apuntan a una paulatina recuperación global en 2021, a medida que la pandemia sea contenida, con un crecimiento del 5,8 %.

Sin embargo, la incertidumbre es elevadísima, ya que la evolución dependerá de “los cambios en el comportamiento de los consumidores, el drástico ajuste de los mercados financieros, las pérdidas de productividad, la confianza de los consumidores y la extrema volatilidad de (los precios de” las materias primas”.