El Chicle se sienta de nuevo en el banquillo

El Chicle se sienta de nuevo en el banquillo

José Enrique Abuín Gey es el único acusado por el crimen de Diana Quer.

EFE
Juan Carlos Quer no quiso despegar su mirada de El Chicle durante el juicio.EFE

José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, se sentará de nuevo en el banquillo desde mañana martes, en esta ocasión por el crimen de la joven Diana Quer, pero en un lugar que ya le es familiar, pues en abril estuvo en la sala de bodas que acogerá esta vista por otro delito.

En ese caso, se enjuiciaba en la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña el intento de rapto a una mujer en diciembre de 2017, un episodio que frustaron dos jóvenes que auxiliaron a la chica y que precipitó su detención como principal sospechoso por el secuestro y asesinato de la madrileña de 18 años.

Cinco hombres y cuatro mujeres, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, conforman el jurado popular, que quedará bajo la dirección técnica de un juez profesional y dirimirá la situación procesal del único encausado, un hombre para el que tanto la acusación particular como el Ministerio Fiscal demandan la máxima pena, la de prisión permanente revisable, que requiere probar que hubo agresión sexual.

Juan Carlos Quer y Diana López-Pinel, padres de la víctima y que en las últimas semanas han sido noticia por varias desavenencias a raíz de las cuales incluso se han interpuesto demandas entre sí, van a declarar mañana en calidad de testigos, una jornada en la cual el testimonio clave es el del Chicle.

En su cuenta oficial de Twitter, el empresario Quer dejó el pasado día 8 del mes en curso un mensaje en el que dice que la prisión permanente revisable no devolverá la vida a su hija mayor, pero sí es necesario a su entender que no se derogue porque “salvará vidas de otras jóvenes inocentes al evitar la puesta en libertad de violadores y asesinos reincidentes”.

El texto no difiere demasiado del escrito en esa red el 27 de octubre, cuando se estaba preparando para la apertura de juicio, el cual sufrió una demora por renuncias entre los jurados y recusaciones, las cuales han quedado solventadas en esta jornada, pese a que de nuevo hubo excusas vinculadas a cuestiones médicas, de estudios, conocimiento de la familia de Diana Quer o haber sido jurado en otra ocasión.

No obstante, esta fase ya ha quedado superada y el abogado de la familia Quer, Ricardo Pérez Lama, que llegó al juzgado a las 9.18 horas sin hacer declaraciones y lo abandonó a las 13:15, cuando sí se paró con la prensa allí congregada y habló, sostuvo que “ahora toca Diana y lo que queremos es hacerle justicia a Diana”.

“Y en eso estamos”, ha añadido, para a continuación agregar que “esa es nuestra labor, nuestro empeño y nuestro cometido”.

Asimismo, se ha mostrado convencido de que van a poder demostrar en sede judicial tanto que existió ese abuso sexual como “mucho de lo que hemos dicho”.

La letrada María Fernanda Álvarez, que representa al Chicle, que deberá responder por detención ilegal, asesinato y presunta violación, no se dirigió a los medios de comunicación ni a la entrada, a las 9:24, ni tampoco a su salida.

Hasta el día 18 se sucederán las declaraciones de medio centenar de testigos y, del 19 al 21, la parte de prueba pericial, con la presencia de hasta 15 forenses.

Se prevé, han indicado fuentes judiciales, que el objeto del veredicto pueda ser entregado el 25, tras lo cual comienza el período de deliberación.

Diana Quer salió el 22 de agosto de 2016 a una fiesta en A Pobra do Caramiñal (A Coruña), donde veraneaba con su madre, Diana, y su hermana menor, Valeria; una romería local de la que nunca regresó.

Su cadáver se encontró en el pozo de una antigua fábrica de gaseosas el 31 de diciembre de 2017. Su cuerpo llevaba allí casi 500 días.

Fue el Chicle, al verse señalado por el caso de Boiro, por el que fue condenado a cinco años y un mes, el que condujo a los investigadores a esa nave sin funcionamiento, hecho crucial para dar con el cadáver de Diana, lastrado con bloques para evitar, de ese modo, que emergiese.

EFE