El legado de Carme Chacón
Carme Chacón. Marcelo Del Pozo / Reuters

Demasiadas veces me pregunto qué pensarías sobre esto o aquello, qué dirías acerca de esta realidad que parece ahogarnos cada vez más. Hace ya dos años que pienso que eres más necesaria que nunca, que tu legado, tu forma de entender la política es hoy más importante que nunca.

Intento buscar tu impronta en la política, intento buscar un hueco en algún discurso que me permita afirmar que tu cosmovisión política sigue viva. Pero es complicado llegar a verlo. La mayoría de las veces tengo que rellenar esos vacíos e imaginar qué hubieras dicho tú. Te conocía bien, querida Carme, y sé que para ti lo más importante siempre ha sido la coherencia de hacer lo que se dice, las firmes convicciones. Tus actos eran tu mejor ejemplo.

Esta es la cuarta tribuna que te escribo desde que nos dejaste hace hoy exactamente dos años. Creo que no podré dejar de recordarte públicamente mientras los años y la vida me lo permitan, querida Carme. Es importante que los que no te conocían sepan así de tu amplia visión política, es importante que las generaciones que no fueron partícipes de tu valentía tengan claro que hubo una mujer una vez que cambió la política, que se enfrentó al patriarcado y que casi le gana.

Te hubieras emocionado al ver las calles llenas cada 8 de marzo, te hubieras emocionado al comprobar cómo las mujeres jóvenes son un pilar fundamental en esta pelea por la igualdad. Tu feminismo amplio, radicalmente emancipador, inclusivo y fraternal siempre ha sido tu bandera, en lo público y en lo privado. Tu lucha por la igualdad entre seres humanos era una lucha real y sin descanso.

Carme Chacón fue un ejemplo de excelencia y de trabajo, de cultura del esfuerzo, de democracia, de respeto y de progreso.

Es importante recordar tu extenso y ejemplar trabajo en el Ministerio de Defensa que no se reduce a la foto fija de verte pasar revista a las tropas. Tu legado en Defensa es el legado de la paz, el de los abrazos a los familiares de las víctimas en acto de servicio, el de reforzar la seguridad de las Fuerzas Armadas, el de restablecer la dignidad de la Unidad Militar de Emergencias… Hace poco asistí al acto en el que el Foro Milicia y Democracia te entregó a título póstumo el título de Capitana de la Democracia en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales y pude comprobar cómo te admiraban los militares que trabajaron contigo, cómo fuiste ejemplo para cientos de mujeres que no llegaste a conocer, cómo removiste los cimientos de España y la hiciste progresar.

Todos tenemos mucho que agradecerte. Cada generación que esté por llegar debe reconocer en ti lo mejor de la democracia misma, lo mejor de la política. No sé quiénes leerán estas líneas, pero espero saber transmitirles nítidamente que Carme Chacón fue un ejemplo de excelencia y de trabajo, de cultura del esfuerzo, de democracia, de respeto y de progreso.

Hace dos años que te marchaste y que todos tus familiares y todos tus amigos recibimos un mazazo del que no nos hemos recuperado, del que no creo que podamos recuperarnos nunca. Pero también la ciudadanía en su conjunto lloró tu muerte; hace dos años, y aún hoy, hablo con personas que no te conocieron y que te lloraron y te siguen llorando, que siguen exclamando lo mismo: “Chacón tenía que haber sido presidenta de España”.

No olvidaré tu ejemplo, nunca. Te recordaré siempre y seguiré diciendo que soy un orgulloso chaconista. Porque fue un orgullo conocerte, y fue un orgullo contar con tu amistad. Porque te sigo llevando en mi corazón. Porque fuiste un regalo de la vida. Gracias, Carme.

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