El mercado laboral español y su incapacidad para crear empleo

El mercado laboral español y su incapacidad para crear empleo

Los últimos datos que publica Eurostat sitúan a España como el país que menos empleo crea de Europa.

Tanaonte via Getty Images

La semana pasada conocíamos, y publicábamos, los datos que presentaba el servicio de estudios del banco BBVA, BBVA Research, sobre el mercado laboral español, así como su comportamiento durante esta pandemia. Unos datos que se publicaban en un informe, el cual, junto al comportamiento de nuestro mercado laboral en 2008, trataban de ofrecer un análisis, en contraste, de las dos crisis que nos han sacudido de lleno durante los últimos años. Un informe que, de la misma forma que mostraba las diferencias entre esta crisis y la pasada, recogía las similitudes entre ambas, destacando, entre estos, aspectos concretos como puede ser el comportamiento de nuestro mercado de trabajo, así como su elevada vulnerabilidad ante situaciones como la que hoy nos acontece. 

En este sentido, las conclusiones que arrojaba el estudio situaban a España, nuevamente, como el país más afectado por la pandemia. En este escenario, el país más afectado en lo que a mercado laboral se refiere. 

En resumen, atendiendo al informe pasado, así como al contraste realizado con el conjunto de economías homólogas de la zona euro, España presenta la mayor destrucción de empleo del conjunto de países comunitarios durante la pandemia. Con una destrucción de empleo que, atendiendo a los datos que se recogen, se cifra en el millón de empleados, España se posiciona como el país que más empleo destruye de toda la Unión Europea. Y es que hablamos de una situación en la que, ante lo ocurrido, y en solo tres meses, la economía española ha registrado una destrucción similar a la registrada durante toda la crisis de 2008, teniendo en cuenta que, de no haber sido por los ERTEs, así como esas herramientas que permitieron hibernar la economía -que no destruirla-, hablaríamos de una destrucción sustancialmente mayor.

España presenta la mayor destrucción de empleo del conjunto de países comunitarios durante la pandemia.

Estos datos, sumados al elenco de indicadores que, como el PIB o el indicador adelantado de la OCDE, sitúan a la economía española entre las más deterioradas, ensombrecen el futuro de una recuperación que, pese a preverse en V asimétrica, podría sufrir variaciones de última hora.

Así lo confirman las distintas organizaciones en sus pronósticos, donde se recogen distintos escenarios en los que la economía española podría quedar, una vez disipada la pandemia. Sin embargo, dados los datos que vamos conociendo de la pandemia, así como la incidencia de esta en la economía española, los organismos se van decantando más por escenarios más pesimistas que, como el actual, presentan descensos interanuales en el PIB de hasta el 12%, que, en su lugar, escenarios que, a priori, limitaban la caída del PIB al 8%. Todo ello, como digo, debido a indicadores que, como los citados previamente, acusan un descuelgue, así como un mayor deterior, de la economía española.

El último conocido lo hace saber esta semana el portal estadístico de la Unión Europea, Eurostat. En este sentido, la publicación realizada recoge el ritmo de creación de empleo de las distintas economías de la Unión Europea, así como el número de horas trabajadas en cada una de ellas. En este sentido, lo que muestran estos datos, una vez realizado el análisis, es que España fue el país de la Unión Europea que registró el mayor descenso en el ritmo de creación de empleo en el segundo trimestre, así como la mayor caída en las horas trabajadas por el impacto de la crisis del covid-19. Otro dato que, como los anteriores, sitúa a España como la economía más damnificada del bloque comunitario.

En solo tres meses, la economía española ha registrado una destrucción similar a la registrada durante toda la crisis de 2008.

En detalle, hablamos de que el país anotó un retroceso del 7,5% en el empleo durante el segundo trimestre de 2020, en su contraste respecto al primero. Además, si comparamos la tasa española con la media europea, por ejemplo, podemos observar como España, de la misma forma, está muy por encima de la registrada en la UE (-2,7%) y en la Eurozona (-2,9%). Por último, si realizamos una comparativa interanual, en esta, España, también, fue el país con mayor descenso porcentual del conjunto de países miembros. Por otro lado, en lo que a horas trabajadas se refiere, estas en España descendieron un 21,4% durante el segundo trimestre, en su contraste respecto al primero. Una caída que, en el contraste realizado con el resto de las economías que integran el bloque, sitúan a España como la economía que mayor caída ha registrado de toda la Unión Europea.

Como vemos, España, al igual que ocurre con los indicadores previamente citados, vuelve a arrojar una extremada vulnerabilidad que resalta las divergencias con el resto de los países miembros. Unas divergencias que, como vemos, suelen centrarse en un mercado laboral que, atendiendo a la particularidad de este en su representación gráfica y en relación con la Ley de Okun, presenta una manifiesta necesidad de adoptar cambios que se alejen de esa rigidez que, en 2008, podría haber incrementado los despidos en hasta 1,5 millones de personas. Y es que, tras conocer el último registro de empleo juvenil publicado por Eurostat, el cual, de la misma forma, sitúa a España, con un 41,7%, como el país europeo con mayor tasa de paro juvenil, así como, por otro lado, el hecho que supone haber entrado en esta crisis con un paro estructural (14%) que, de igual manera, nos situaba como una de las economías con más paro de Europa, es hora de adoptar las reformas pertinentes para, con ello, arreglar un mercado laboral que, a la luz de los datos, se muestra incapaz de relanzar nuestra economía.