El sexo en la playa: agua bendita

El sexo en la playa: agua bendita

El medio acuático nos abre un mundo de sensaciones.

'De aquí a la eternidad'.

Lo exótico nos pone y las películas lo fomentan. El cine y la literatura llevan años diciéndolo: el sexo en la playa es agua bendita. En realidad, el sexo en el agua en general. Eróticamente es un medio excitante que facilita todo tipo de juegos, así como la imaginación.

Pero no siempre resulta tan placentero e idílico, porque hay un inconveniente que no es precisamente menor... la penetración en el agua no es tarea fácil. En contra de lo que se cree popularmente, la lubricación no es mayor dentro del agua, todo lo contrario. Carecemos de ella de manera natural y eso puede hacer que se produzcan molestias, roces, heridas o dolor (tanto en hombres como en mujeres), según explica a El HuffPost Miren Larrazábal, presidenta de la Sociedad Internacional de Especialistas en Sexología (Sisex).

“Es más aconsejable penetrar fuera del agua y, luego, si se quiere, mantener la penetración dentro”, explica. Aunque resulte difícil concebir una imagen así, abre la mente: el sexo no es solo penetración. Es más, la penetración es solo “un plato más del menú”, pero somos tan coitocentristas que pensamos solo en genitalidad. La escena es mucho más sencilla si piensas en un jacuzzi, por ejemplo.

De hecho, los profesionales recomiendan juegos eróticos y caricias que lo convierten todo en “algo mucho más divertido dentro del agua”, explica la sexóloga.

“Podemos hacer que el sexo acuático sea algo genial y placentero. Nos los podemos pasar estupendamente jugando en el agua. Es un medio muy lúdico”. Y ya se sabe: estimula nuestras fantasías.

Ahora, como conviene que la experiencia sea completa, es importante tomar algunas medidas y precauciones.

¿Preservativos? La gente llega a pensar que el cloro de la piscina funciona como una barrera. Error. Es necesario utilizar los métodos de siempre y el preservativo sumergido en una piscina o en la playa es tan eficaz como en cualquier otra circunstancia. Eso sí, hay que ponérselo y quitárselo fuera del agua. “La salud sexual se basa en el sexo seguro, responsable, placentero y libre”, sentencia.

¿Los lubricantes se los lleva el agua? Bueno... a medias. Si se quieren utilizar, que sean con base de silicona, que es menos permeable que los que son de base de agua.

¿Infecciones? Además de las molestias por la falta de lubricación natural, obviamente en una piscina existe una mayor probabilidad de coger infecciones porque hay muchas más bacterias. Algo malo debía tener.

Si sabes sacarle partido, el agua te puede abrir un mundo “maravilloso”. Nos permite explorar y tener nuevas sensaciones. Basta con meterse a un jacuzzi con el agua caliente o en la ducha y dejar que el agua te resbale por la piel.