El terrorista de Niza era un tunecino de 21 años que llegó este mes a Francia desde Lampedusa

El terrorista de Niza era un tunecino de 21 años que llegó este mes a Francia desde Lampedusa

La inteligencia de su país lo vincula a un grupo de tendencia salafista radical cercano al Estado Islámico.

La policía francesa ha identificado al terrorista que ayer mató a tres personas en una iglesia de Niza -decapitando a una de ellas-, como Brahim Aioussaoi, un tunecino de 21 años que habría llegado a Lampedusa en patera en septiembre y, desde allí, se habría trasladado a Francia este mismo mes de octubre, según fuentes policiales citadas por la BBC.

El medio francés BFMTv agrega que el criminal no estaba en el radar de los servicios de inteligencia franceses y que estaba en el país sin papeles, de manera irregular.

Las autoridades tunecinas han anunciado que perseguirán y procesarán a toda persona que participe o tenga relación con actos terroristas. Fuentes de Inteligencia tunecinas indicaron a EFE, por su parte, que ya se ha abierto una operación para conocer el lugar de procedencia del presunto atacante e investigar tanto a su familia, amistadas, entorno y posibles lazos con grupos de tendencia salafista radical. El terrorista, reducido a tiros por agentes de policía cuando se disponía a atacarles, sigue hospitalizado en estado grave.

Aunque ningún organización ha asumido hasta el momento la autoría del crimen, fuentes de inteligencia lo vinculan a un grupo de tendencia salafista radical cercano a la organización terrorista Estado Islámico (EI), que en los últimos días había instado a cometer actos de esta naturaleza.

La policía francesa ha confirmado en la mañana de este viernes qyue ha detenido a un hombre por su posible complicidad con el autor del atentado.  “Un hombre de 47 años fue detenido en la noche de ayer. Es sospechoso de haber estado en contacto con el autor”, indicó a Efe una fuente judicial que no dio más precisiones.

El alcalde de Niza, Christian Estrosi, ha definido el ataque como “islamofascismo” y ha descrito que el atacante, que fue reducido y se encuentra actualmente en el hospital, repetía constantemente “Allahu Akbar” (Alá es grande) antes y después del atentado.

Este jueves, además, un guardia de seguridad en el consulado de Francia en Jeddah (Arabia Saudí) también ha sido acuchillado, en plena campaña de boicot desde el mundo árabe a los productos franceses por las recientes palabras de Emmanuel Macron.

También este jueves un hombre fue abatido en Avignon mientras estaba armado con un cuchillo. Aunque en un primer momento trascendió que podía ser otro incidente islamista, posteriormente se confirmó que era un hombre de 33 años con problemas mentales que decía ser perteneciente al grupo ultraderechista ‘Generación Identitaria’ y que previamente había amenazado a un comerciante.

En Lyon, horas después, otro hombre armado con un cuchillo ha sido detenido por las fuerzas de seguridad.

Enfado islamista

El atentado se produjo en un día muy señalado para los musulmanes, ya que hoy se celebra la fiesta del “Mawlid”, que conmemora el nacimiento del profeta Mahoma, y en medio de una creciente polémica entre Francia y Turquía por la publicación de nuevas caricaturas con su rostro, cuya representación esta prohibida por la ley islámica.

La publicación y la defensa de la libertad de expresión que ha hecho el presidente francés, Enmanuel Macron, han desatado una ola de indignación en numerosos países musulmanes, liderada por Turquía, que han instado a un boicot a los productos y a las empresas francesas.

A esas críticas se ha unido el propio gobierno tunecino, que en un comunicado difundido por el ministerio de Asuntos Exteriores, criticó lo que denominó “la campaña liderada por ciertos sectores, en nombre de la libertad de expresión, para provocar a los musulmanes y atacar al profeta Mahoma”.

A los llamamientos al boicot se sumó, por su parte, el consejo de ulemas (clérigos) de la mezquita Zitouna, la más prestigiosa de Túnez, que en un comunicado explica que la llamada al boicot es la respuesta a lo que considera “insultos y reiterados ataques” del Gobierno de Francia “contra los musulmanes y sus símbolos religiosos sagrados ”.