El verdadero linaje de Jon Nieve tensa aún más la situación en 'Juego de Tronos'

El verdadero linaje de Jon Nieve tensa aún más la situación en 'Juego de Tronos'

Daenerys no se ha pasado los últimos años vagando por el desierto, consiguiendo naves y quemando esclavistas solo para hincar la rodilla al llegar a Poniente.

SPOILERS: si no quieres saber nada de lo que pasa en el segundo episodio de la octava temporada de Juego de Tronos, no sigas leyendo.

Aegon Targaryen, el Sexto de su nombre, el Protector del Reino, Rey de los Ándalos y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos, ha entrado en escena. Aunque seguiremos llamándole Jon Nieve (Kit Harington).

El segundo episodio de la última temporada de Juego de Tronos, emitido este domingo 21 de abril, no ha dejado a los espectadores preguntándose qué haría con la información que le dio Samwell Tarly (John Bradley) en el anterior episodio.

Un recordatorio para los despistados: el estreno de la última temporada nos regaló el que puede ser el momento más trascendental de toda la serie: Jon descubre que sus verdaderos padres fueron Lyanna Stark (Aisling Franciosi) y Rhaegar Targaryen (Wilf Scolding). Todo el Reino tenía asumido que Rhaegar raptó a Lyanna, prometida de Robert Baratheon (Mark Addy), pero la realidad es que estaban enamorados y se fugaron juntos.

Sam tiene pruebas de ello: las visiones de Bran (Isaac Hempstead Wright) confirman la versión del diario que encontró en la Ciudadela, escrito por el maestre que anuló el matrimonio entre Rhaegar y Elia Martell. Por ello, Jon es un Targaryen, el legítimo heredero del Trono de Hierro. De no ser por la guerra previa a los acontecimientos narrados en la serie, Rhaegar habría sucedido a su padre en el trono, y Jon sería el siguiente.

Ahora todo es un enorme lío.

En los minutos finales del episodio de esta madrugada, Jon y Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) se encuentran en las criptas de Invernalia ante la estatua de Lyanna, donde Jon reúne el coraje para decirle que él es el verdadero heredero del Trono de Hierro.

Lo malo es que el linaje real de Jon crea más problemas.

  Juego de TronosILLUSTRATION: DAMON DAHLEN/HUFFPOST PHOTOS: HBO/GETTY IMAGES

Para empezar, Daenerys es la hermana de su padre. Después del incesto entre Jaime y Cersei Lannister (Nikolaj Coster-Waldau y Lena Headey), quizás el espectador haya quedado desensibilizado y no le resulte tan desagradable lo de Daenerys y Jon, pero sigue siendo una relación entre tía y sobrino. Aunque eso, la verdad, no ha molestado demasiado a los Targaryen a lo largo de la historia.

Incesto aparte, Daenerys no se ha pasado los últimos años vagando por el desierto, consiguiendo naves y quemando esclavistas solo para hincar la rodilla al llegar a Poniente. Tampoco parece que le vaya a gustar mucho que su identidad esté basada en una mentira, ya que ha amasado un enorme poder (varios ejércitos, una armada, dragones) bajo la identidad de reina en el exilio que busca recuperar el trono de su familia.

Daenerys se muestra desde el primer momento reacia a creerse lo que le cuenta Jon y señala con buen ojo quiénes han descubierto ese linaje: “Un secreto que nadie conocía, salvo tu hermano y tu mejor amigo. ¿No te resulta extraño?”.

Un buen argumento. ¿Y ahora qué?

Los seguidores de Daenerys parecen apoyarla por ser cómo es y la ven como una gobernante con un poder temible capaz de resistir las llamas, por no hablar de sus dos dragones, de modo que seguirán apoyándola.

Pero sigue siendo un asunto muy problemático. Parece que solo hay tres escenarios posibles:

1. Jon no quiere el Trono de Hierro y sigue apoyando a Daenerys.

Estupefacción, disgusto, enfado... Son muchas las emociones que se leen en el rostro de Daenerys cuando se entera de que su novio está en mejor posición para reclamar el Trono de Hierro. Por suerte para Jon, parece que Daenerys le quiere, lo que reduce sus opciones de convertirse en alimento de dragones una vez que termine la Batalla de Invernalia. La sola existencia de Jon, sin embargo, mancilla su legitimidad, que ahora depende más de la fuerza de sus apoyos.

2. Jon no quiere el Trono de Hierro, pero piensa que Daenerys sería una reina cruel.

Daenerys no le dijo a Jon que había ejecutado a la familia de Sam. Jon, por su parte, se queda sorprendido cuando se entera por su amigo. Quizás ha comprendido que, al fin y al cabo, no debe ser ella la salvadora de Poniente.

3. Jon quiere el Trono de Hierro.

Por muy reacio que parezca y mucha reflexión que necesite para decidirse, Jon quizás se considere un gobernante más adecuado para Poniente que su tía/novia. Evidentemente, no va a planteárselo hasta que derroten a los caminantes blancos, pero este escenario sería posiblemente el más problemático de todos.

En cualquier caso, al menos los dos tortolitos han podido disfrutar de su amor hasta ahora.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido y adaptado del inglés por Daniel Templeman Sauco.