Encharcarla

Encharcarla

Con la pataleta infantil se amenaza y se chantajea al rival, pero también a tu propio equipo.

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De pequeño algunos chicos nos reuníamos para jugar al fútbol. Sin árbitro, se pitaba por consenso. Pero si se cometía una falta contra el dueño de la pelota y no se pitaba, éste amenazaba con ‘encarcharla’. Si no se atendía su petición, su verdad, se llevaría la pelotita y terminaría el partido en ese mismo momento.

Mediante el juego el balón se convertía en un objeto útil, plural y compartido. Al ‘encarcharla’ alguien nos recordaba que ese balón tenía un propietario. Además de ridículo, su comportamiento estaba fuera de las reglas de cualquier juego colectivo. Sin él no habría partido.

Con la pataleta infantil se amenaza y se chantajea al rival, pero también a tu propio equipo.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Artes Aplicadas y Oficios Artísticos en la especialidad de Fotografia y Técnico Superior en Fotografía y Diseño Artístico. Actualmente es profesor de fotografía en la Escuela de Arte Pancho Lasso de Lanzarote. Trabaja varios años como fotógrafo de prensa y publica como fotógrafo independiente en el diario El Mundo y en sus suplementos , El País, Interviú, Süddeutsche Zeitung (Alemania), y con agencias como efe, AgfaQui, y Associated Press. Ha publicado en revistas como La Fotografía Actual, Contemporánea del Cabildo de Gran Canaria, Oficina Poesía en Portugal, Rolling Stone, On-Madrid, y sus dibujos se han publicado en varias revistas como Lancelot, La Esfera, La isla, Isla des-cubierta, Quevedos del Instituto Quevedo del humor de Alcalá de Henares, Diario de Avisos de Tenerife y negratinta magazine en sus versiones web y papel. Su obra figura en las colecciones del Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC) de Arrecife de Lanzarote, en el Museu de Angra do Heroismo de Azores en Portugal y en el Centro de Fotografía Isla de Tenerife, Museo El Quijote en el Mundo, Tenerife. Museo virtual Quevedos del Instituto Quevedo del humor de Alcalá de Henares.