Eva Granados: "Casado está mirando más a la extrema derecha que al interés general"

Eva Granados: "Casado está mirando más a la extrema derecha que al interés general"

La portavoz del PSOE en el Senado afirma que el choque por la reforma laboral fue una "tormenta en un vaso de agua".

Del Parlament al Palacio del Senado. Eva Granados se ha convertido en una de las personas del núcleo duro de Pedro Sánchez como nueva portavoz del PSOE en el Senado. Lleva apenas un mes en sus nuevas funciones y se marca como uno de sus grandes objetivos lograr la mayoría necesaria para sacar los presupuestos generales.

Granados (Barcelona, 1975) es una de las dirigentes más potentes del PSC, mano derecha tanto de Salvador Illa como de Miquel Iceta. “El trío La La La”, dice entre risas durante la entrevista. Cree que ha sido un mensaje político “muy potente” de Pedro Sánchez poner a alguien de los socialistas catalanes al frente del grupo parlamentario en la Cámara territorial. Ha notado también la polarización en Madrid y advierte de que Pablo Casado mira más hacia la extrema derecha que al interés general.

Y siempre analizando lo que pasa en su tierra: cree que Pere Aragonès tiene la obligación de convocar una mesa dentro de la comunidad para suturar las heridas abiertas. No obstante, celebra que la parte del independentismo de ERC haya decidido participar en la gobernabilidad de España. Ve, además, que la coalición aguantará hasta 2023, rebajando a “tormenta dentro de un vaso de agua” la polémica sobre la reforma laboral. Así lo relata durante esta entrevista en el antiguo salón de plenos del Senado, un símbolo de la España territorial. Ella misma lo ejemplifica: una catalana de padres de Córdoba y Jaén que dirige las riendas socialistas en la Cámara Alta desde Madrid.

  Eva GranadosSERGI GONZÁLEZ

Se cumple un mes de su llegada como portavoz del PSOE en el Senado, ¿cómo lo lleva?

Bien, estoy muy ilusionada porque he llegado a un barco que ya estaba en marcha, con el rumbo y con un equipo funcionando, y la verdad es que he tenido una acogida fantástica. Estoy conociendo a todos los grupos territoriales y a los otros portavoces. En el Senado hay mucho trabajo, hay mucha intensidad, no se ve tanto como se debería. Estoy feliz de poder hacer entrevistas para explicar lo que hacemos aquí.

Su llegada coincide también, en varias fases, con una remodelación del Gobierno y el congreso de Valencia, ¿qué PSOE nace de estos cambios?

El PSOE que toma las riendas del país después de la pandemia. Ahora estamos con esa idea de que somos el partido y el proyecto político que puede hacer avanzar España después de una calamidad que ha asolado todo el planeta. Tenemos una hoja de ruta clara y sabemos lo que queremos hacer con el país: avanzar y transformar elementos que la pandemia ha dejado muy atrás y resolver asignaturas pendientes que teníamos. Gobernamos para atender a los más débiles, pero también para transformar España. Necesitamos hacer unas revoluciones y reformas para que sea un país justo y que atienda al clima también. La alianza progresista y socialista del Parlamento Europeo publica en varios periódicos un cartel que dice que queremos un futuro verde con el corazón rojo. Es una buena manera de definir lo que planteamos en esta nueva etapa.

Habla de hoja de ruta, lleva las riendas del PSOE en el Senado, ¿qué leyes van a salir aprobadas durante este periodo de sesiones?

Lo más importante es que nos lleguen los presupuestos, que justamente se han debatido las enmiendas a la totalidad esta semana en el Congreso. Tenemos también la ley de tráfico, la ley de cadena alimentaria y la ley de animales. Son proyectos ahora en ponencia y esperamos que en el próximo Pleno tengan luz verde. Tenemos una agenda apretada.

  Eva Granados, en el antiguo salón de plenos del SenadoSERGI GONZÁLEZ

Ahora que ha pasado del Parlament a la Cortes Generales en Madrid. Se percibe mucha polarización, en el debate de presupuestos se escuchó llamar “gilipollas” por parte de un diputado de Vox a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. ¿Qué clima político se está viviendo en España?

Fue horroroso. Vengo de estar diez años haciendo parlamentarismo en Cataluña, en un momento muy complicado. Allí los socialistas hemos estado combatiendo la idea de que hay personas que se creen que tienen más derechos por unos derechos históricos. Defendía la idea de que todos somos iguales y de que hay que respetar la ley. Al llegar aquí, a la política general, lo que veo es una polarización no en esos términos pero sí de una derecha que no reconoce la legitimidad del poder de aquellos que lo ostentan por los votos y por los acuerdos. Es una polarización que lamento mucho porque empobrece la conversación política. Cuando veía las imágenes, las expresiones y el ruido en el Congreso, pensaba que la sociedad no se merece ese estilo de hacer política porque no es deliberativo, sino de descalificaciones personales. Me fijaba en cómo se dirigían a la ministra que lleva los presupuestos, con descalificaciones personales. Es decir, el PP y Vox, la derecha no tiene argumentos en base a los presupuestos que tenemos y recurre a fake news y a la descalificación personal. Es un empobrecimiento que va mal para todos.

Lo que hace el PP es poner palos en las ruedas y negar la realidad

En este clima durísimo de pandemia, no se logran acuerdos entre el PP y el PSOE, ¿por qué?

El PP está haciendo un cálculo táctico de llegar al poder, se les ve muy nerviosos para acabar con un Gobierno que tiene clara la hoja de ruta de la salida de la crisis. Del PP, un partido que ha gobernado este país, al menos esperaría que tuviera una lógica de interés general y que se pudieran llegar a acuerdos, cuando ahora tenemos un presupuesto que inyecta miles de millones de la solidaridad europea. Es un momento de emergencia para salir de una situación muy complicada. Frente a eso, en vez de tener a un partido que ayuda desde la confrontación ideológica, lo que hace es poner palos en las ruedas y negar la realidad. España se merece una oposición de derechas homologable a Europa y Casado no está en esta lógica, está mirando más a la extrema derecha que al interés general. Y lo lamento.

Sí han llegado a un acuerdo para la renovación de algunos órganos constitucionales. ¿Qué le parece haber votado a un magistrado que tiene vínculos con FAES?

La Constitución nos obliga a renovar órganos que son críticos para nuestra arquitectura institucional y ponemos por encima el valor del pacto a las propuestas que hace el PP, un partido que decía que no quería politizar y ha optado por perfiles que van más en esa lógica, Pero queremos poner en valor por encima la capacidad de regeneración y de llegar a acuerdos, respondemos por las propuestas que hemos hecho. Lamentamos que el PP haya tirado por ahí, pero al final es su propuesta, ellos la defenderán.

Vaya días ha vivido la coalición. 

Ja, ja, ja.

¿Cómo ha visto la tensión?

¿La verdad? Una tormenta en un vaso de agua. Es la sensación que tengo porque era algo tan evidente como que una reforma tan importante y tan estructural como la laboral fuera en el marco del diálogo social, desde una coordinación intensa dentro del seno del Gobierno. Ha habido cierto ruido pero está totalmente canalizado, las reuniones se están produciendo de manera regular, tenemos muy claro el conjunto del Gobierno cuál es el objetivo. El mercado laboral en España tiene muchos problemas, pero la focalización la tenemos en una temporalidad que está fuera de madre y en la precariedad. Acaba de salir un informe de Save the Children que dice que el 40% de los niños en riesgo de pobreza pertenece a familias que tienen empleo. Esa precariedad viene de una reforma laboral de 2012 de forma unilateral que ha devaluado salarios y ha dinamitado el poder negociador de los sindicatos. Es en eso donde nos tenemos que poner, y ahí el conjunto del Gobierno, y los sindicatos y la patronal, están de acuerdo en salir de ese agujero. Estamos en un momento en el que avanzamos o retrocedemos, el PSOE no quiere volver a 2012. Han cambiado muchas cosas y queremos superar, España necesita reindustrializarse y una justicia social. 

  Eva GranadosSERGI GONZÁLEZ

¿La coalición durará hasta 2023?

No tengo ninguna duda porque compartimos los objetivos. Creo que Unidas Podemos y el PSOE, que es la parte mayoritaria, tenemos muy claro lo que queremos: una salida justa de la crisis y una recuperación que llegue a todo el mundo. La única manera es aplicar políticas socialdemócratas. Willy Brandt decía que la virtualidad de la socialdemocracia es que siempre tiene nuevos inicios. Pues ahora tenemos nuevas formas de trabajar, nuevas formas de familia, nuevas formas de comunicarnos… Estos dos años, con los fondos europeos, son la oportunidad para hacer la palanca para dar ese salto como país. Sólo lo puede hacer el Gobierno que en estos momentos está al frente.

Lo que traslada UP es que quieren neutralizar a Yolanda Díaz. ¿Les da miedo electoralmente ella y esa plataforma a la izquierda que puede surgir?

No. Tenemos esperanza en el Gobierno de izquierdas, no tenemos miedo. Al contrario, sabemos lo que tenemos que hacer y también que necesitamos a nuestra izquierda organizaciones que funcionen y que contribuyan a forjar mayorías progresistas. Lo que necesitamos es la unidad de acción dentro de las izquierdas porque al otro lado tenemos una derecha reaccionaria, que está flirteando con la extrema derecha. Lo estamos viendo con acuerdos en comunidades. Lo que tenemos es que estar muy unidos para poder tirar adelante las transformaciones que necesita el país. Pero lo tenemos que hacer sin paternalismos, pensando en la productividad, en la negociación entre sindicatos y patronal, es la manera que entendemos desde el socialismo. Las reformas que funcionan son las que son asumidas por las partes. Aquí las partes son tres: los representantes de los trabajadores, de los empresarios  y de los ciudadanos.

Una parte del independentismo ha visto que la unilateralidad y saltarse las leyes lleva al conjunto del país contra las rocas

¿Cómo lee que las encuestas den mayoría absoluta al PP con la ultraderecha?

Pues es que no me las creo, fíjate. Ya sé que es un poco provocativo lo que digo. Me fío más del CIS, que tiene una muestra más amplia.

En Madrid, por ejemplo, no acertó mucho.

Pero da los datos en abierto, no hay sesgos a la hora de dar los resultados. Primero, falta mucho para las elecciones. Las encuestas sitúan estados de opinión como fotos fijas, queda mucho hasta 2023. Creo que vamos a la cabeza, tenemos un líder fuerte, un proyecto claro y un partido unido. Eso es imbatible frente al lío que tiene Casado dentro de su formación política, que no se sabe quién manda y dedican la energía no a pensar en los españoles sino en quién va a mandar. Intentó atender a las intervenciones del PP y no encuentro ninguna propuesta. Decir que España está en bancarrota y a continuación decir que va a bajar impuestos en la misma frase es inconsistente. No se puede soplar y sorber a la misma vez, y esa es la receta que está planteando Casado. No deja de ser una respuesta muy fácil a una situación muy compleja.

  Entrevista en el SenadoSERGI GONZÁLEZ

¿Cómo se vive en la tierra de la “libertad’ de Díaz Ayuso en Madrid?

Bueno, lo de libertad, depende. Escuchaba declaraciones de Ayuso cuestionando una ley tan importante y esperada como la de eutanasia. Conocíamos el caso de un enfermo que decidió poner fin a su vida y no vi ninguna empatía por parte de la presidenta, que sería también parte de la libertad. No visualizo esa libertad. Para mí la libertad es tener la capacidad de decidir tu proyecto vital, de cómo vives y mueres dignamente. Y no es lo que está defendiendo Díaz Ayuso.

¿Sirve para algo el Senado?

Sirve. Lo sabía y lo estoy comprobando porque hay muchos debates que en el Congreso no caben. Aquí hablamos de lo que pasa a pie de calle y de provincia, de dificultades que tiene el país y que encontramos acuerdos dentro del Senado. También llegan todas las leyes que pasan por el Congreso. Aquí se repasan, se mejoran y se vuelven a generar mayorías con una aritmética diferente. Ahonda en esa idea de federalismo y de gobernanza de territorios. ¿Quedan cosas por hacer aquí? Pues sí, no nos vamos a engañar. Tiene todavía el Senado recorrido, ya nos gustaría que pudiera haber reformas que se pudieran pactar por parte de los partidos mayoritarios. Estamos lejos de eso porque la polarización no lo permite, pero encima de la mesa hay una hoja de ruta para poder mejorar esta institución.

Hay que combatir los argumentos de Vox con datos y arrinconándolo

El Senado vivió uno de los momentos políticos más importantes en los últimos años: la aprobación del 155 para Cataluña. ¿Se volverá a ver una votación así en los próximos años?

Estoy convencida de que no porque la irracionalidad que se instauró en Cataluña en aquel otoño de 2017 ha quedado muy lejos. Una parte del independentismo ha visto que la unilateralidad y saltarse las leyes lleva al conjunto del país contra las rocas. Hay una parte del independentismo que ha visto que es importante contribuir a la gobernabilidad de España, que es lo que está haciendo ERC en estos momentos. Junts sigue instalado en ese Consell por la República etéreo, que se parece bastante a aquellas leyes de desconexión. Pero cuando en Cataluña preguntas a los independentistas si creen que va a llegar la independencia, sólo el 9% lo cree. Hay una pulsión de cambios a nivel del Estado, eso no lo podemos ignorar, ocultar los problemas no es la mejor solución, pero creo que la agenda por el reencuentro que ha puesto Pedro Sánchez encima de la mesa trata de eso, de afectos y reconocimiento.

  Eva GranadosSERGI GONZÁLEZ

Según ha dicho el Govern, la próxima mesa de diálogo se celebrará a principios del año que viene. ¿Qué podemos esperar?

Tenemos que esperar el reconocimiento mutuo y el diagnóstico compartido. Estamos lejos todavía de acuerdos. Se están produciendo algunos en las comisiones bilaterales y sectoriales, pero lo otro quedó muy roto, la fractura que hubo en Cataluña fue muy grande y el Gobierno catalán tiene que tener una cosa muy clara: al lado de la negociación entre el Gobierno de España y el de Cataluña hay un debate pendiente y una sutura de ruptura pendiente dentro de la sociedad catalana. Lo que le decimos a Pere Aragonès es que tiene la obligación como presidente de la Generalitat de hacer lo mismo que le exige al Gobierno de España. También es imprescindible una mesa en Cataluña, porque el Govern no representa al conjunto de la sociedad catalana, que es muy plural. Para rehacer consensos que saltaron por los aires en 2017. Venir a exigir a Madrid supone haber pactado al menos con un 80% de catalanes las reivindicaciones que traes aquí porque si no, vas como parte. Aquí en Madrid oigo “los catalanes, los catalanes”, no, los catalanes son muy diversos y fue Salvador Illa quien ganó las elecciones con una propuesta de pasar página a los años duros y negros de Cataluña. Tenemos todos que calmarnos y ver qué realmente nos está separando. Hay más cosas que nos unen de las que nos separan. 

La derecha dice que ustedes se han vendido a los separatistas y a los “batasunos” para seguir en el poder.

Buenos, son clichés que funcionan en Twitter pero creo que la ciudadanía ve que a problemas complejos se necesitan soluciones pausadas y complejas. Los blancos y negros a los que nos tenían acostumbrados cuando gobernaban tuvieron de saldo: ruptura de la legalidad, dos referéndums ilegales y una declaración unilateral de independencia, con unos que se fugaron y otros que acabaron con una sentencia del Supremo en la cárcel. Está claro que no es la solución, sino que pasa por el diálogo, la negociación y el acuerdo. Para que eso se pueda producir tiene que haber ese diálogo y ese reencuentro. Cataluña no está en contra de España ni España está en contra de Cataluña, Aquí hay unos grupos políticos que quieren romper con España, unos grupos que no representan a la mayoría de los catalanes. Nuestra apuesta es vivir y convivir juntos, respetando las diferencias, porque eso es España. Aquí en el Senado lo veo todo el día. En Andalucía se hacen unas reivindicaciones diferentes a las de Galicia, en el País Vasco tienen una situación diferente a la que hay en Murcia. Y lo bueno de nuestro país es esa pluralidad y esa capacidad de encaje para convivir desde la diferencia y con igualdad de derechos.

¿Se fían de ERC como socio para aguantar la legislatura o no es fiable?

Como muchas formaciones, Esquerra tiene varias almas, pero a mí me gusta enfocar esa pregunta en cómo se ha movido ERC para contribuir a la gobernabilidad de España. Nosotros no nos hemos movido, estamos planteando unos presupuestos que son buenos para la dependencia, para las becas, para los jóvenes, para la vivienda. Y ERC tiene que escoger si quiere eso o abocar al país a unas nuevas elecciones. ERC ha hecho una opción diferente, y en la negociación gana el conjunto de España y de Cataluña. Más que fiarme, ellos tienen que hacer un balance de beneficios entre la confrontación y la negociación, que es un win win.

  Eva GranadosSERGI GONZÁLEZ

En Madrid está una figura que conoce mucho, Inés Arrimadas. ¿Qué le parece cómo está actuando Cs? ¿Están llamados a la desaparición?

Cs era una formación política que podía tener un espacio que existe en este país, el liberal que se da en muchas democracias europeas, que hace de bisagra de acuerdos a izquierda y derecha. Podían haber tenido un recorrido que han dilapidado en el momento en el que han decidido escorarse a la derecha y parecerse al PP. Al final en las elecciones votas al auténtico. Igual la orientación estratégica de Arrimadas debería ser hacer de bisagra, escuchaba su intervención en la enmienda a la totalidad y ofrecía una España de desastre, como de Casado, dando unas soluciones muy fáciles.

¿Le preocupa que el tercer partido del país sea la extrema derecha? ¿Está convencida de que si dan los números habría ministros de Vox con el PP?

Me gustaría pensar que eso no pasa, pero está pasando ya en gobiernos a nivel municipal y autonómico. Ahí tenemos que hacer una reflexión el conjunto de los demócratas para poner pie en pared a según qué discursos que estamos viendo y asistiendo por parte de la extrema derecha. La política no puede ser autoritarismo. No se puede denigrar al contrincante y poner en cuestión consensos que tenemos desde la Transición. Aquí tenemos unos que cuestionan el régimen del 78, pero tenemos otros que quieren directamente saltar por los aires y volver, no se sabe bien, si al alzamiento nacional. Es una involución peligrosa y creo que todos los demócratas deberíamos estar comprometidos en no tener nada que ver con ellos y confrontar cada uno de los argumentos. ¿Y qué es lo más me preocupa?

¿Qué?

Que frente a lo que hace Merkel o la derecha en Alemania, que dice que no se pacta nada con Alternativa por Alemanía, aquí los vemos del brazo, y compartiendo. Incluso cuando el PSOE se ofrece a negociar presupuestos para arrinconar esas posturas, el PP lo ignora y prefiere optar por eso. Es una deriva que puede ser peligrosa, a no ser que haya una movilización por parte de los demócratas. Espero que la cultura democrática que hemos conseguido durante estos años de democracia sea lo suficientemente sólida para que no lleguemos a esa situación. Sería desastroso.

¿Esos discursos de odio están calando ya en la calle?

Creo que el poder de la palabra en manos de aquellos que tienen acceso a un micro y audiencia es muy peligroso. Y que cuando un líder político azuza, en la calle después hay respuesta. Hay que apelar a la responsabilidad de los que tenemos la capacidad de poder dirigirnos a la ciudadanía para hacer pedagogía de valores democráticos y no azuzar el odio. En un momento en el que hay incertidumbre, en el que hemos pasado una situación complicada con el covid, lo que necesitamos es esperanza, es posible salir de la crisis generando derechos. Lo que hace al final Vox es cuestionar el sistema y la arquitectura institucional. No podemos dejarle pasar ni una. Ahí como las feministas: ninguna agresión sin respuesta. Hay que combatir los argumentos de Vox con datos y arrinconándolo.

Para mí la libertad es tener la capacidad de decidir tu proyecto vital, de cómo vives y mueres dignamente. Y no es lo que está defendiendo Díaz Ayuso

¿Esa presencia de Vox está poniendo en duda derechos de las mujeres y de la comunidad LGTBI, como están reclamando en la Asamblea de Madrid? ¿Están en peligro esos derechos conquistados?

Teníamos a un Gobierno del PP que no creía mucho en estos derechos. La llegada de la extrema derecha exacerba y da carta de naturaleza a unos argumentos que nos preocupan para empezar a más de la mitad de la ciudadanía, que somos las mujeres, porque están cuestionando nuestra capacidad. Espero que eso vaya minorando y, sobre todo, que el PP le muestre a España que España no es la de Vox, sino más diversa, rica y tolerante. La imagen que traslada Vox es la de una España que no existe, que es muy pequeña y reducida. El discurso que hacen del colectivo LGTBi es como una regresión. No les vamos a dejar pasar.

  Eva GranadosSERGI GONZÁLEZ

¿Cómo se lleva con Javier Maroto?

Nos hemos conocido y de momento tenemos buena relación. Espero que podamos llegar a acuerdos porque es lo que necesitamos. Es verdad que tenemos posturas diferentes y que viene al Senado a lanzar los argumentarios de Casado de que todo se hunde y de que todo está fatal, cuando tenemos la EPA con 20 millones de españoles con trabajo. Maroto y el conjunto del PP deberían aterrizar en la España real de estos momentos y ayudar a separar la situación que tenemos en vez de confrontar.

En el Senado tienen de vecino al Palacio Real, donde tiene su despacho Juan Carlos I. ¿Sería malo que volviera el rey emérito? ¿Debe dar explicaciones a los españoles?

Creo que todos somos iguales ante la ley y que cualquier expediente que haya sobre el emérito se tiene que aclarar. El rey emérito decidió salir, no tiene ningún requerimiento, si algún día lo tuviera, tendría que volver. Pero creo que la arquitectura de la que nos datamos en el 78 debe mantenerse vigente. Prefiero fijarme en el rey actual y en su actitud, está dando muestras de querer pasar página de esto y de renunciar a algunas de las actuaciones que su padre nos ha mostrado que no son muy ejemplares.

El Ministerio de Transportes, el de Cultura, la Presidencia del Congreso, la Portavocía en el Senado…. ¿por qué está tan de moda el PSC en Madrid? ¿Qué le han dado a Pedro Sánchez?

Creo que el PSC es un activo para el conjunto de los socialistas españoles y estamos muy orgullosos de poder contribuir al Gobierno y a los alrededores. Estamos muy alineados con esas propuestas que lanza el presidente. 

El PSC vive ahora un congreso con todas las aguas calmadas, pero será muy importante al ser el relevo de Miquel Iceta por Salvador Illa. Dos personas a las que usted conoce muchísimo…

Y tanto, somos el trío La La La.

Cataluña no está en contra de España ni España está en contra de Cataluña

¿Cómo está Illa ahora allí?

Salvador es un hombre tranquilo pero con las ideas muy claras. Cuando estaba en el Ministerio, tenía muy claro si podíamos hacer el cambio de candidato en qué condiciones. Hasta que no se produjeron esas condiciones, que era garantizar la vacunación, no se tomó esa decisión. Pero desde la llegada de Salvador a Cataluña tenía muy claro que el PSC va a volver a gobernar la Generalitat y que lo va a hacer porque planta cara con una alternativa a un Gobierno nacionalista que encierra y se mira el ombligo. Illa tiene muy claro que lo que tenemos que hacer son alianzas con el resto de España, colaborar con las comunidades que tienen los mismos problemas que Cataluña y contribuir en esa gobernanza que él mismo practicó desde Sanidad. Va a ser un congreso plácido, de renovación de equipos, con un proyecto muy claro de contraste con el del independentismo.

¿No cree que echa un poco de menos Madrid?

No. Tendríais que verle la agenda, es hiperactivo, está pisando cada centímetro del país. Estamos en contacto permanente con colectivos, asociaciones, municipios. El Gobierno nacionalista habla mucho de lo que hace o deja de hacer España pero tendría que ver la situación de Cataluña, el abandono que tenemos de muchos territorios, inversiones y recortes que se han producido. Esa alternativa la encarna Illa. El congreso va a ser un éxito y el punto de inflexión para que en las próximas elecciones tengamos una mayoría clara para que haya un Gobierno que mire al conjunto de los catalanes.

  GranadosSERGI GONZÁLEZ

Todavía no hemos hablado de pandemia, algo que ha marcado nuestra vida. ¿Cómo recuerda esos meses?

Lo pasé mal. Allí lo viví con todos nuestros alcaldes y concejales que estaban a pie de obra, que estaban atendiendo las residencias, que estaban viendo cómo a las familias con cheques comedor no les llegaba la alimentación. Cada día tenía charlas casi de terapia con mis compañeros que estaban allí viendo esa situación tan dramática, esa calamidad. La verdad es que es una suerte que al cabo de un año tengamos vacuna, que haya más de un 88% por ciento de españoles vacunados. Sin poder pasar página, porque la pandemia sigue aquí, el orgullo de España y de la sociedad de sobreponerse a eso. Es un éxito de la ciencia, de los trabajadores y de cómo las familias han sido respetuosas con las normas que ha ido marcando el Gobierno. Nos tenemos que sentir como una de las sociedades que ha estado a la altura en un momento muy difícil. Deseo que ninguna generación lo vuelva a vivir. Pienso en los jóvenes, pero sobre todo en las familias que perdieron seres queridos y no pudieron despedirse. Son heridas que se quedan, pero que nos tienen que ayudar a avanzar.

Es de las pocas personas que tienen acceso directo al presidente, ¿cómo está? ¿Qué mensajes le da? ¿Cómo fue el momento en el que le llama y dice que va a ser la portavoz?

Cuando pasó eso, me quedé pensando “guau”: Sánchez está poniendo a una persona del PSC a que lidere el conjunto del socialismo español en la Cámara territorial. Es un mensaje político muy potente. Somos un partido hermano, pero somos otro partido. Y yo aquí ahora estoy con los compañeros de todas las CCAA representándolos. Es un gran orgullo y una gran responsabilidad. Siento el peso que tengo encima de las espaldas para poder estar a la altura. Veo al presidente con mucha energía y con las ideas muy claras. Está exigiéndonos a todos lo que se exige a él. Lo veo con las ideas muy claras de lo que tenemos que hacer y trasladar a la ciudadanía: sabemos por qué gobernamos, queremos una transición justa y que llegue a todo el mundo, tenemos que contrastar que España avanza de la mano de los socialistas o volvemos a la España en blanco y negro y retrógrada del PP. 

Hay ahora un debate del parlamentarismo que tiene como protagonista a otra compañera suya del PSC, Meritxell Batet, que retiró el escaño a Alberto Rodríguez (UP) tras la sentencia del Supremo. ¿Fue la decisión correcta?

En Cataluña viví unas cuantas de cómo desde el poder judicial envían interlocutorias y trasladan al legislativo la situación de diputados. Batet hizo lo mismo que Roger Torrent con Quim Torra, en aquel caso era la Junta Electoral. Si alguna cosa caracteriza a Batet, profesora de Derecho Constitucional, es que es garante de las libertades y respetuosa con lo que dicen las leyes. Estoy convencida de que ha actuado en decisiones difíciles pero marcadas por el ordenamiento jurídico. En este caso no podemos hacer nada más que cumplir la ley.

  Eva GranadosSERGI GONZÁLEZ

Del Senado se dice que es un cementerio de dinosaurios. Tengo la intuición de que para usted puede ser más una plataforma. De cara a 2023, ¿en qué lista electoral la veremos? ¿Para el Congreso o el Senado? ¿Cuál es el futuro de Eva Granados?

Los dinosaurios son unos animales muy interesantes de los que podemos aprender mucho. Aquí hay mucho capital político. Yo estoy aprendiendo mucho de mis compañeros, de los que tienen experiencia y de los que son jóvenes mucho más. ¿Dónde voy estar yo? Pues aquí, porque a mí me nombró el Parlament. Así que hasta que no haya elecciones en Cataluña y se vuelvan a votar los senadores autonómicos…

Pero hay unas elecciones generales antes donde también se eligen senadores.

Pero en mi caso soy de designación autonómica, así que estoy muy bien aquí y me queda mucho tiempo para conocer, aprender y aportar. Así que espero estar aquí en el Senado un tiempo y contribuyendo para las mayorías, aquí son difíciles y diferentes. Así que déjame que acabo de llegar. Quiero hacer mucho trabajo aquí en el Senado.