Espacios pequeños, grandes proyectos

Espacios pequeños, grandes proyectos

Los arquitectos de interiores se convierten en ocasiones en relojeros suizos del espacio, inventando engranajes que puedan funcionar al milímetro en espacios pequeños, reducidas superficies que implican proyectos de gran envergadura que consigan hacer habitables pocos metros cuadrados.

Los arquitectos de interiores se convierten en ocasiones en relojeros suizos del espacio, inventando engranajes que puedan funcionar al milímetro en espacios pequeños, reducidas superficies que implican proyectos de gran envergadura que consigan hacer habitables pocos metros cuadrados. En este desafío, entra en juego esa tercera dimensión que es la altura. No solo se trata de ordenar el espacio en largo y profundo, sino aprovechar los metros de suelo a techo para dar solución a todas las necesidades que implican diseñar un espacio para vivir.

Un vez concluidos con éxito, estos espacios permiten a sus habitantes ocupar plenamente sus hogares sin ninguna privación. Se sobrentiende, por supuesto, que aquí la comodidad poco tiene que ver con poder jugar al escondite en casa sin ser encontrado, pero sí de tener acceso a todos los usos sin recurrir a soluciones compartidas.

¿Es posible vivir en 35 metros cuadrados? Sí, pero ¿es posible vivir dignamente? Aquí la respuesta puede ser ambigua, aunque muchos tiendan a precipitarse a la negación. Es el caso de los proyectos que os mostramos en estas imágenes.

A la hora de distribuir apartamentos pequeños: cuantos menos tabiques, mejor. Ya que una de las premisas debe ser siempre no colapsar la atmósfera. Para zonificar y diferenciar sectores de usos diferentes existen otros recursos aparte de levantar particiones de ladrillo. En este loft italiano, por ejemplo, se ha situado la cocina sobre una tarima a dos escalones de altura del resto de la planta. Este simple gesto consigue ordenar un espacio abierto donde suceden diferentes acciones.

Este recurso ha sido también empleado en este apartamento francés, donde su limitada superficie, apenas 37 metros cuadrados, ha conseguido acoger un programa de vivienda completo. Dormitorio independiente, salón, cocina, comedor e incluso un cuarto de baño con usos separados. Para solucionar el problema del almacenamiento se aprovecha esta estructura de madera sobre el suelo, que esconde hasta un cama convirtiendo el salón en un improvisado dormitorio para invitados cuando es necesario.

Otro factor a tener en cuenta en este tipo de proyectos es optimizar al máximo hasta el último centímetro. En esta línea encontramos ejemplos como el de la imagen superior, donde los servicios e instalaciones se concentran y adosan a los muros liberando el mayor espacio libre posible. De esta manera, este toma diferentes caracteres según el lugar en el que te encuentres: cocina junto a la barra, salón frente al sofá o comedor sentados en la mesa.

Como previamente decíamos, estos apartamentos optimizan su espacio en las tres dimensiones. En este último ejemplo, a través de un altillo de madera se ha creado un nivel superior de carácter privado liberando la planta baja para los usos más públicos.

Está demostrado, vivir en pocos metros cuadrados es posible. Tan solo son necesarios diseñadores astutos y mentes abiertas.