Espadas: "Un 'no' es dar la espalda al campo, a veces la solución más fácil no es la mejor"

Espadas: "Un 'no' es dar la espalda al campo, a veces la solución más fácil no es la mejor"

El líder del PSOE andaluz intenta explicar su abstención ante la polémica ampliación de regadíos en Doñana, contra el criterio del Gobierno y la UE.

Juanma Moreno y Juan Espadas, el pasado diciembre, en la designación del socialista como senador autonómico, en el Parlamento andaluz. Europa Press News via Getty Images

El líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, está teniendo que dar más explicaciones por su abstención a la ampliación de regadíos en Doñana que el propio Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta andaluz, por impulsar la medida. Y es que el criterio unánime en contra del Gobierno central, la Unión Europea y los grupos ecologistas hacen extraño el paso dado en el Parlamento andaluz por el sucesor de Susana Díaz.

Anoche, en Hora 25 de la Cadena SER, Espadas trató de explicar su postura. “Un np es dar la espalda a los agricultores, a veces la solución más fácil no es la mejor”, justifica. “Rechazamos la chapuza y confrontación que ha generado el PP con Vox en este sentido en Andalucía. Volver a poner en el ojo del huracán a Doñana y generar incertidumbre allí es una temeridad”, sostiene. En la zona, explica, “hay un problema porque el plan de 2014 comprometió la llegada de recursos de agua a los agricultores, agua superficial” y este problema “no ha tenido solución”, de ahí la abstención socialista, dice, que fue “para mandar un mensaje a esos agricultores”.

“Negar el problema o lo que está ocurriendo allí no va a solucionar el problema, tampoco lo que ha hecho el PP, el Gobierno de España ha hecho lo que tenía que hacer. El presidente andaluz tendría que haber retirado del orden del día este punto. Hay un problema en la zona, pero no hay que solucionarlo así”, sostiene el que fuera viceconsejero de Medio Ambiente de la Junta.

Espadas defiende el cierre de pozos ilegales que están esquilmando uno de los parajes naturales más importantes de Europa. “Cómo no voy a estar de acuerdo en que se cierren pozos ilegales. Esta gente tiene necesidad de seguir manteniendo explotaciones legales. El PP lo ha planteado mal y se ha generado tanta incertidumbre que se está hablando de miles de hectáreas, cuando eso es una barbaridad. Nadie está planteando pinchar el acuífero. Se ha generado una confusión tremenda en esto”, afirma.

E insiste: “No se van a legalizar 1.400 hectáreas de regadíos ilegales. Aquellas hectáreas que puedan justificar unos derechos históricos anteriores a 2004, aquellas que creen que tienen derecho a reivindicar agua superficial de un futuro trasvase también tienen derecho a reivindicarlo. No estamos hablando del acuífero de Doñana”.

El acuífero al que se refiere es el Almonte-Marisma, con 2.400 kilómetros cuadrados, que está al límite de la sobreexplotación y ha sufrido un expolio continuado durante más de una década para alimentar la rentable industria agrícola de los frutos rojos. Junto a los agricultores legales con permisos para extraer aguas, hay otros ilegales que la roban en zonas identificadas y que ocupan 1.653 hectáreas, según ha contabilizado WWF. De ellas sobresalen 335 hectáreas de regadío sobre suelo forestal con la máxima protección ambiental, denominada zona A.

Espadas echa balones fuera sobre la responsabilidad del PSOE en el avance de la propuesta. “La iniciativa sale con los votos de PP, Cs y Vox. Nosotros no hemos sido cooperadores necesarios para que saliera adelante. Lo que queremos decirle a los agricultores es que queremos sentarnos, cumplir las obligaciones del Gobierno para buscar recursos de aguas superficiales, pero en esa tramitación. El PSOE no va a admitir ni ilegalidades, ni poner en peligro Doñana. No escuchar a la gente en el territorio no soluciona ningún problema. El PSOE no se va a quedar de brazos cruzados, nos abstuvimos porque queríamos que los agricultores nos escucharan”, zanja.

División

Ante la carta de la vicepresidenta y ministra de Transición Digital, Teresa Ribera, oponiéndose al proyecto, explica que iba dirigida a Moreno, no al PSOE andaluz, y que su interlocución con el Gobierno central, con sus compañeros socialistas, es clara. “Hablé con Teresa Ribera y pensamos exactamente igual sobre lo que se puede o no se puede hacer allí. Mi responsabilidad es buscar una solución en el territorio para esos agricultores. Que es que el agua llegue al territorio cuando se haga la infraestructura. Yo tengo que tener la credibilidad de esos agricultores para que confíen en nosotros. La noticia no es que nosotros seamos la fuerza política que quiera poner una solución. La cuestión es que el PP quiere generar confusión”, dice.

“Teresa Ribera me dijo que había argumentos suficientes para votar en contra. Y yo le expliqué por qué nos íbamos a abstener. Eso es compatible con que el Gobierno de España haya dicho al presidente de la comunidad que así no se hacen las cosas”, defiende Espadas.

Y sobre las discrepancias en el seno del grupo socialista -el sentido del voto se decidió a última hora y la prensa andaluza constata que había socialistas que querían votar no-, Espadas reconoce que “había gente que podía discrepar”, pero que el grupo hace “lo que pide la dirección del grupo”. “La posición se ha trabajado y se ha meditado durante muchos días. Se ha pensado en los agricultores, la paz social, puedo entender la discrepancia de algún diputado, pero la dirección de grupo es la dirección de grupo”, sostiene.

Ante las críticas por haber supuestamente cedido a las presiones de alcaldes del partido en Huelva, para tratar de evitar mayor influencia de la derecha y la ultraderecha en la zona, Espadas niega la mayor. “No nos hemos abstenido por la presión del partido de Huelva. No es así, esas versiones solo conducen a buscar la confrontación. En el PSOE nos sentimos orgullosos de haber buscado una solución que ha permitido años de paz social y mejora en el acuífero. Reivindico sencillamente lo que ha sido una posición de engaño por parte de la derecha”, concluye.