España asfixiada: la contaminación supera las recomendaciones de la OMS en las 10 principales ciudades

España asfixiada: la contaminación supera las recomendaciones de la OMS en las 10 principales ciudades

OCU exige medidas urgentes a los Ayuntamientos y urge al Gobierno a establecer zonas de bajas emisiones.

Photo taken in Madrid, SpainJuan Aranaz / EyeEm via Getty Images

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha dado este martes la voz de alarma por los niveles de contaminación por partículas en suspensión que se registraron durante 2018 en las 10 principales ciudades españolas: todas y cada una de ellas superaron las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

OCU asegura que las emisiones medias anuales de las partículas en suspensión más pequeñas superaron los 10 µg/m³ en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga, Palma, Las Palmas, Bilbao y Valladolid. Añade que en los casos de Sevilla, Barcelona, Valencia y Palma, este límite fijado por la OMS se superó “con amplitud”.

La situación se agrava porque “el 97% de las estaciones de medición municipales instaladas en el conjunto de las diez ciudades superaron en algún momento los 25 µg/m³ diarios, otro límite de emisiones que establece la OMS”, explica OCU.

Tampoco el panorama es halagüeño en lo que se refiere a las particulas en suspensión más grandes (PM 10). La organización añade que “seis de las diez ciudades analizadas superaron o igualaron los 20 µg/m³” y que “ninguna ciudad deja de superar en algún momento del año el límite diario de 50 µg/m³”.

Por ello, OCU reclama a los Ayuntamientos de estas grandes ciudades que articulen de manera “urgente” protocolos de actuación con límites vinculados a los que ha establecido la OMS, pues 5 de las 10 ciudades analizadas carecen de plan alguno. También urge al Gobierno a establecer zonas de bajas emisiones en las grandes ciudades del país, tal y como contempla el anteproyecto de Ley de Cambio Climático.

La organización de consumidores llama a tomar medidas que limiten el uso de los vehículos más contaminantes, fomenten el transporte público y reduzcan los límites de velocidad, aunque también pone el foco en la necesidad de limitar el impacto de otros emisores, como las calderas de carbón o gasóleo.