España asoma la cabeza en la Eurocopa y espanta sus fantasmas con una revindicativa goleada

España asoma la cabeza en la Eurocopa y espanta sus fantasmas con una revindicativa goleada

La Roja remonta y acaba avasallando a Finlandia (4-1) en su estreno en la Euro, un partido que se puso en contra a los 50 segundos.

Irene Paredes celebra el primer gol de EspañaCatherine Ivill - UEFA via Getty Images

Que rodase ya el balón y que se dejase de hablar de la lesión de Alexia Putellas. El sentimiento en el cuartel general de España era casi obsesivo. Había ganas y necesidad de empezar la Eurocopa y olvidar los fantasmas del infortunio.

Ese deseo se hizo realidad este viernes sobre el césped del Stadium MK de Milton Keynes y, tan pronto como se cumplió, se convirtió en pesadilla. En la primera acción del partido, a los 50 segundos, Finlandia se adelantó con un gol de Sällström, lo poquito que tiene el equipo nórdico, previsible cenicienta del grupo. Superado el susto, se impuso la lógica y España, a golpe de cabezazos, comienza su camino en la Euro con una contundente goleada. 4-1 y demonios fuera.

Quien vea únicamente el marcador se perderá la intrahistoria. Este era un partido para ganar y, a ser posible, de un modo contundente. Pero ese inesperado 0-1 pudo haberlo descompuesto todo. De hecho, no estuvo lejos el 0-2, pero por fortuna España se levantó antes del K.O. definitivo. Superado el escalofrío inicial, la selección se puso a jugar y en esa batalla no hubo rival. Sin personalismos, como le va a tocar al equipo a falta de sus grandes estrellas, pero con mucho movimiento de balón, el juego se fue volcando sobre el área de Korpela, la meta finlandesa que, pese a los cuatro goles, bastante hizo.

Caldentey en el campo y Alexia en la grada

Las ocasiones comenzaron a encadenarse, con muchas llegadas al área pero poca efectividad una vez en ella. Enfrente, una selección que únicamente se agarraba a los balones en profundidad con los que Sällström intentaba y alguna vez conseguía ganar la espada a la zaga española. Poco o nada más hicieron salvo encerrarse atrás hasta que en el 25′ llegó el empate.

En el ¡noveno! córner por entonces para las de Jorge Vilda, apareció la capitana, Irene Paredes, con un remate imperial. El juego aéreo finlandés era una de sus debilidades y eso supo explotarlo ‘La Roja’, que aplicó más control —especialmente relevante el papel de Mariona Caldentey— hasta que al borde del descanso apareció Aitana Bonmatí para, también de cabeza, firmar un precioso 2-1 a pase (¡qué pase!) de Mapi León. El bloque del Barça, al mando.

La goleadora se fue directa a por su amiga y compañera de club Alexia, que en primera fila vibraba (y saltaba, como podía) por sus compañeras. El liderazgo también se ejerce desde la grada y el caso de la Balón de Oro lo muestra.

Miedos fuera, otro partido

Calma, que era lo que necesitaba el equipo después de unas semanas tan movidas. La vuelta de vestuarios trajo consigo un bajón en las revoluciones del encuentro. España, ya por delante, no necesitaba arriesgar; las ocasiones iban a caer por su propio peso. Lo hicieron, como en un soberbio contraataque ejecutado por Ona Batlle al que solo le faltó la rúbrica.

Pasaban los minutos y aunque Finlandia ofrecía poco empezaba a ser necesario sentenciar el encuentro. Aquello de los fantasmas... Así, el 3-1 fue la recompensa a una maravillosa jugada a balón parado: una falta tocada por Mapi León (dominadora en las dos zonas del campo) y rematada con precisión por Lucía García. Era el minuto 74 y el partido estaba virtualmente acabado.

Tiempo para los cambios, para ganar confianza y para pensar en lo que viene, con una última alegría, el 4-1 que firmó Caldentey con un penalti soberbio. Ganar a Finlandia era obligatorio en el camino a algo grande, pero hacerlo así aporta una inyección de moral muy necesaria en estos momentos.

Ahora vienen palabras mayores, empezando por la todopoderosa Alemania el próximo martes.