España sólo ofrece protección a uno de cada 20 solicitantes de asilo, según CEAR

España sólo ofrece protección a uno de cada 20 solicitantes de asilo, según CEAR

Los venezolanos vuelven a encabezar los permisos humanitarios y peticiones de estancia en España

Un migrante es atendido tras llegar en patera a una playa de Gran Canaria, el pasado 29 de noviembre. BORJA SUÁREZ / Reuters

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) lamenta que la tasa de aprobación de solicitudes de asilo descendió hasta el 5% durante 2019, cerca de 20 puntos menos respecto al 2018, de modo que poco más de3.000 personas obtuvieron protección internacional en nuestro país, según su publicación Más que cifras, que resume los principales datos del sistema de asilo de 2019.

España se sitúa muy por debajo de la media de la Unión Europea que registra alrededor de un 30% de resoluciones favorables. Así, de un total de más de 60.000 resoluciones, se otorgó el estatuto de refugiado en 1.653 ocasiones y se ofrecieron 1.503 protecciones subsidiarias, informa la entidad a través de una nota de prensa.

Sin embargo, cabe destacar como un claro avance respecto a periodos anteriores, la concesión de 39.776 permisos por razones humanitarias, la inmensa mayoría a personas de nacionalidad venezolana, y de forma muy residual también de Ucrania, El Salvador, Honduras o Colombia.

“Resulta indefendible que España imponga obstáculos como el visado de tránsito a quienes que huyen de países que viven graves conflictos y no tengan otra forma de solicitar asilo en nuestro país que arriesgando sus vidas poniéndolas en manos de traficantes de personas”, destacó Estrella Galán, directora de CEAR.

En ese sentido, desde CEAR señalan que es muy preocupante ver cómo solo el 6% de las solicitudes de asilo se presentaron en puestos fronterizos (7.020), y únicamente 307 en Embajadas y Consulados, limitadas exclusivamente a extensiones familiares. Esto evidencia la falta de vías legales que permitan acceder a las fronteras españolas sea por vía marítima, aérea o terrestre, en particular a las oficinas de asilo de Ceuta y Melilla para las personas de origen subsahariano.

“Lamentablemente las personas refugiadas siguen sin tener la posibilidad de pedir el traslado desde nuestras embajadas para solicitar asilo, una medida contemplada en la ley y que evitaría viajes con un infinito coste humano para miles de personas”, explican desde la entidad. Mientras que solo un 2% de las peticiones se realizaron en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE).

CEAR considera que los datos generales no son buenos, pero resultan particularmente alarmantes si enfocamos las denegaciones de asilo a las personas que huyen de Colombia o de los países donde impera la violencia de las maras, así como el no reconocimiento de algún tipo de protección a las personas que llegaron a nuestro país a través de los barcos Aquarius y Open Arms huyendo del infierno que vivieron en Libia.

EL PERFIL

El 55% de los solicitantes de asilo eran hombres y el 45% mujeres.

Los menores de edad (22.373) representaron cerca de un 20% del total de los solicitantes, mientras que la mitad (59.311) tenían una edad comprendida entre los 18 y los 34 años.     

Por comunidades autónomas, el número de solicitudes de asilo fue: Madrid 55.118, Cataluña 13.270, Andalucía 10.422, Comunidad Valenciana 7.501, Euskadi 4.826, Ciudad Autónoma de Melilla 4.273, Galicia 3.668, Canarias 3.095, Región de Murcia 2.748, Castilla y León 2.745, Aragón 2.651, Castilla La Mancha 1.612, Principado de Asturias 1.269, Islas Baleares 882, Navarra 709, Ciudad Autónoma de Ceuta 577, Cantabria 514, Extremadura 468, La Rioja 344.

Récord de solicitudes: nuevas y pendientes

En 2019 España vivió un nuevo año récord de peticiones de asilo, con un total de 118.264, más que el doble respecto a 2018. Las cinco nacionalidades con mayor número de solicitudes fueron: Venezuela (40.906), Colombia (29.369), Honduras (6.792), Nicaragua (5.931) y El Salvador (4.784). De este modo, el 80% de las solicitudes fueron presentadas por personas de América Latina.

“La política de visados impuesta por España está determinando el perfil de los solicitantes de asilo en nuestro país, dificultando enormemente la llegada de nacionales de Siria, Yemen o Palestina, entre otros, al imponerles un visado de tránsito. De este modo, estas decisiones se convierten en la práctica en una herramienta selectiva de control de fronteras”, denunció Galán.

A pesar del refuerzo material y humano en la Oficina de Asilo y Refugio (OAR), la acumulación de expedientes pendientes de resolución siguió en aumento, y según datos del Ministerio del Interior, al término de 2019 habían alcanzado un total de 124.025. “Es urgente que, manteniendo las garantías individuales de todos los solicitantes, España agilice las resoluciones y la notificación de estos expedientes”, reclamó Galán.

CEAR destaca que una de las principales causas que han provocado este incremento de solicitudes es la ausencia de unas políticas migratorias adecuadas. En ese sentido, la falta de disponibilidad y flexibilidad de vías de migración ordenada, como recoge el Pacto Mundial para las Migraciones de Naciones Unidas, está provocando que la única vía disponible para poder acceder y permanecer en España sea a través del proceso de solicitar protección internacional, lo cual ha provocado una sobresaturación en el sistema de asilo.

Más que cifras: el caso de Samuel

La vida de Samuel (nombre ficticio) de 37 años y la de su familia, es una más de las que se deciden en los más 120.000 expedientes pendientes de resolución. Este activista colombiano recibió un sinfín de amenazas por parte del grupo paramilitar Águilas Negras en diferentes zonas de su país. Tras una devolución en el aeropuerto de Barajas tras no admitirle su solicitud de asilo, consiguió volver a España en octubre de 2019 y esta vez sí fue admitida su petición.

“Espero ser acogido y que me brinden la protección en este país. Es un proceso de adaptación que no es fácil, pero espero desarrollarme aquí, y poder traer a mi esposa y mis dos hijas”, declaró a CEAR, de espaldas a la cámara, por temor a represalias de los paramilitares a sus familiares que aún permanecen en Colombia.