España y el no debate sobre la neutralidad de la red

España y el no debate sobre la neutralidad de la red

¿Cuál es la posición del Gobierno de España respecto al tema de la neutralidad en la red? ¿O de los aspirantes a gobernar? Querría saberlo. Un tuit, aunque sea. Ciento cuarenta caracteres. Algo. Es decepcionante saber lo que opinan Obama y Merkel y no saber qué piensan nuestros líderes patrios.

Queremos saber. Como aquel programa de Antena 3 donde Mercedes Milá aún ejercía como periodista. Estamos en precampaña preelectoral, momento para preguntar a cada candidato cuál es su opinión sobre los temas que nos afectan. Yo querría saber cuál es su opinión acerca de la neutralidad de la red.

La neutralidad de la red es el principio que garantiza el derecho de los usuarios a acceder a cualquier contenido, aplicación o servicio en Internet sin la intervención de los proveedores o la censura de empresas, gobiernos y administraciones. La no neutralidad implicaría que no podríamos acceder a ciertos servicios si no se paga una cuota adicional (podría suceder que YouTube no estuviese incluido en nuestra tarifa ADSL estándar y tuviésemos que pagar una cuota adicional para poder ver sus vídeos), que las empresas pudieran bloquear el acceso de sus usuarios a ciertos servicios (que las operadoras impidiesen el acceso a Skype), o que los gobiernos impidieran el acceso de sus ciudadanos a Twitter (como ya han hecho en Turquía o China). Las implicaciones de esta cuestión en materia de control y acceso a la información y desarrollo de nuevos servicios en la economía digital para ciudadanos y empresas no es ni mucho menos una cuestión baladí. ¿Cómo va a sobrevivir el portal online de un pequeño comercio en internet si en una tarifa estándar sólo estuvieran incluidos los accesos a Amazon y a El Corte Inglés o se impidiese o ralentizase el acceso al resto de portales?

Hace unas semanas Barack Obamase posicionaba muy claramente a favor de la neutralidad de la red, exigiendo decir no a los bloqueos, no a la discriminación de velocidad y apostando por la transparencia para asegurar la neutralidad de la red para los usuarios en todos los puntos de la red de interconexión entre el ISP y el resto de internet. Obama deja así meridianamente claro que para su Gobierno, Internet supone un motor de crecimiento para Estados Unidos, tanto de ideas como económico y social, por lo que debe permanecer abierta y libre. Obama expuso sus argumentos en Twitter, en YouTube, en Medium y en una carta en la web de la Casa Blanca. Por supuesto, le están lloviendo críticas y apoyos, argumentos a favor y en contra, y presión de los lobbies de uno y otro lado. En Estados Unidos, el debate de la neutralidad de la red y la regulación de internet está suscitando una fuerte controversia en los grupos de derechos civiles norteamericanos. Como debe ser. Como debiera ser.

La semana pasada Angela Merkel declaraba que considera que una internet de dos carrilesen el que uno de ellos priorice el tráfico de ciertos servicios sería beneficiosa. La canciller alemana cree necesario que ciertos servicios sean garantizados gracias a la separación de los mismos con respecto a los "servicios globales", y que con ello no se atacaría al principio rector de internet. Menos tecnológica que Obama, Merkel expuso su punto de vista a la manera tradicional de la política europa, desde el atril del foro Digitising Europe en Berlín.

Dos posturas encontradas, la de EE.UU y la alemana. Salen, exponen sus argumentos y se exponen a la crítica. Se mojan. En España, las operadoras ya se han posicionado: con las cosas de comer no se juega. Para ellas, la neutralidad de la red es un invento de Google, Facebook o Amazon. Afirman que tal y como nos la están vendiendo, la neutralidad es una forma velada de consentir y privilegiar a estos gigantes norteamericanos. Su punto de vista es otro enfoque muy bien razonado que tener en cuenta, otra voz que añadir al debate.

¿Debate? He ahí la cuestión ¿Qué debate? ¿Cuál es la posición del Gobierno de España a este respecto? ¿O de los aspirantes a gobernar? Querría saberlo. Un tuit, aunque sea. Ciento cuarenta caracteres. Algo. Es decepcionante saber lo que opinan Obama y Merkel y no saber qué piensan nuestros líderes patrios. Me pregunto por qué se nos hurta este debate en España y me inclino a pensar que no sabemos que esta batalla está teniendo lugar. De lo que he podido encontrar en diversos blogs, veo que la Comisión Europea está a favor de la neutralidad de la red, y se están viviendo unas intensas conversaciones para consensuar un texto con el que todos los países estén de acuerdo, donde casi de casualidad encontramos que la delegación española se posiciona a favor de una internet abierta. Pero, ¿no deberían ser los periodistas quienes realizasen esta labor de búsqueda y exposición objetiva de información -y de alerta- para la opinión pública en una cuestión que puede llegar a tener implicaciones tan profundas para todos nosotros? Quizá esté tomando la parte por el todo, pero parece que las exclusivas más perseguidas y aireadas en torno a cuestiones europeas han versado sobre las pesquisas para averiguar si Pablo Iglesias había volado a Bruselas en Turista o en Business.

Miro a políticos y a periodistas, pero la responsabilidad es también nuestra. La sociedad española se moviliza, pero no se organiza. Protestamos más que nadie, nos manifestamos más que nadie. Reaccionamos, pero somos incapaces de orquestar una acción civil articulada y comprometida. En La Urna Rota, el grupo de politólogos de Politikon denuncian que somos los europeos que más nos hemos movilizado contra la crisis y la gestión del Gobierno. Sin embargo, el número de ciudadanos que se ponen en contacto con políticos o instituciones es bajísimo: un 5,5% frente a la media de la UE del 10,3%. En España, la pertenencia a asociaciones se sitúa en un 29,4%, a años luz de país como Dinamarca (91,7%) o Suecia (82,8%). La ausencia de una sociedad civil sólida, con grupos de presión, con medios de comunicación independientes, con contrapesos al poder, no hacen sino facilitar el triunfo de los intereses particulares de unos cuantos frente a los intereses generales de una apabullante mayoría. Más allá de los portales de transparencia de cartón piedra, tendríamos que exigir saber cuál es el valor que le dan nuestros gobernantes al futuro de internet en España y a lo que esto supone para el desarrollo de la economía española y a su impacto en nuestra sociedad.

¿Figura siquiera en sus agendas? ¿Qué van a hacer para defenderlo? Póngannos un tuit, aunque sea. Ciento cuarenta caracteres. Algo.