Eurovisión, Europa: TV or not TV

Eurovisión, Europa: TV or not TV

¿Por qué Eurovisión es el único producto televisivo que persigue, sin éxito, que nos sintamos europeos por una noche?

Blas Cantó canta 'Voy a Quedarme' en Eurovisión. Soeren Stache / picture alliance via Getty Images

“Europa no es un lugar, sino una idea”. La frase es de Bernard-Henri Lévy. A ver si yo no voy a poder darme el pisto de intelectual. A ver si el único que puede citar a Lévy es el director de este periódico…

La reflexión a la que me lleva es, ¿y esa idea está condensada en el único producto audiovisual europeo que tenemos, que es el festival de Eurovisión? Que alguien me diga que no, por el amor de dios.

Veamos. Europa:

1. Parió Erasmus. Afortunada idea, que tan grandes alegrías ha dado y sigue dando.

2. Creó el euro, que ahí está, bien de salud. Y las ayudas a los países desfavorecidos. Y los rescates

3. Constituyó su gran día, el 9 de mayo, en recuerdo de la victoria sobre el nazismo. Otro logro.

4. Instauró en 1995 el espacio Schengen: se abolieron los controles fronterizos en las fronteras comunes. Por toda Europa sin pasaporte. ¡Yuju!

Y en quinto lugar, ta chan, audiovisualmente hablando, lo único que tenemos es Eurovisión, un producto de postguerra mundial, literalmente. Aquí es cuando los eurofans boicotean este artículo. Un día, uno de ellos, tras este artículo jocoso sobre el festival publicó este tuit, que me encantó: “Esta señora (eso dolió) tiene lo de profesional, lo que yo de heterosexual”.

Cuando en 2008 un programa de televisión (de la factoría de Buenafuente) logró que Chikilicuatre y su banda llegara a Eurovisión para representarnos, yo me dije, ya está, bendita hazaña televisiva. Aquello contaba más lo que era el festival, un espectáculo colosal, hortera y friki, que todas las crónicas sobre el asunto: por fin nos podíamos reír sin complejos de esta cita, por fin podíamos dejar de ser solemnes ante este festival.

Ese año, la actuación del actor David Fernández y su cuerpo de baile quedó en el puesto 16, lugar que visto lo visto, tampoco estuvo tan mal. Dato: hay que ir hasta el 2002 para encontrar un resultado decente en Eurovisión, con la célebre Rosa, que quedó en séptimo lugar.

Pero vamos al motivo de este post. Un día Marcel Bezençon, expresidente de la Unión Europea de la Radiodifusión, organismo que no tiene nada que ver con la Unión Europea, por cierto, tuvo la idea de Eurovisión y la puso en marcha. Eso fue en 1956. Y el motivo, “dar a conocer la música europea y unir a los pueblos en la música”.

Este año, una de las cosas más emocionantes del festival fue la posibilidad de que el representante de Italia, ganadora, se estuviera metiendo cocaína en directo.

Bien, 65 años después, me pregunto 10 cosas, para empezar:

1. ¿De verdad no ha habido nadie en todo este tiempo en la Unión Europea a quien le parezca prioritario, importante, definitivo casi que exista algún otro producto audiovisual europeo?

2. ¿Por qué Eurovisión, que, por supuesto no recoge Europa, y que tampoco sé si explica la música europea, es el único producto televisivo que persigue, sin éxito, que nos sintamos europeos por una noche?

3. ¿Por qué no hay un informativo europeo o algo que cohesione a esa entidad política?

4. ¿Tendría cohesión EEUU sin televisiones nacionales?

5. ¿Hay algún ente político, salvo la UE, en el mundo sin una televisión común?

¿Hay algún ente político, salvo la UE, en el mundo sin una televisión común?

6. ¿Por qué no tenemos, tantos años después, una tele pública europea firme (no una asociación de teles públicas) con informativos como columna vertebral y producción audiovisual paneuropea?

7. ¿Por qué no podemos dotarla de concursos, documentales, con Europa como ámbito?

8. ¿Por qué nadie tiene claro en la UE que sin medios de comunicación comunes es imposible vertebrar una comunidad?

9. ¿Por qué el momento audiovisual más europeísta que tenemos es la Champions o la Eurocopa? ¿O es lo mismo? Ahora tengo ese lío…

10. ¿Por qué a TVE, en 2017, le pareció una buena idea tener a Javier Cárdenas como jurado en el programa donde se elegía al candidato que iba a representarnos en Eurovisión? Dato: el ganador fue Manel Navarro, que le hizo un corte de mangas al público cuando lo abucheó. Ninguno de vosotros recordáis a canción que llevó al festival, que quedó por cierto en último lugar. Ni falta que os hace.

He conseguido algunas respuestas tras hablar con colegas puestos en el tema, vinculados a la tele.

Desde la televisión pública española y otras teles públicas, ha habido algún interés: Euronews, canal Arte, el certamen de cine europeo… pero nada cuaja porque “no hay un sentimiento europeo de verdad, el mismo concepto Europa está muy roto”. Y, además, producir cualquier espacio para esa supuesta tele en común es carísimo, por la diferencia de lenguas, por las longitudes de cada país, por maneras de hacer, por peculiaridades y por diferencias abismales.

Pregunté también por qué no nos retirábamos de Eurovisión, viendo los históricos pésimos resultados de la canción que llevábamos —no así en audiencia: el sábado, el festival tuvo un 30% de cuota de pantalla, más de 4 millones de espectadores—. Una vez, Luis Fernández, expresidente de RTVE, lo intentó, pero se lo quitaron de la cabeza. “Aparte de que la audiencia que da a la cadena es buena, salir de la UER nos dejaría fuera de un entramado televisivo de largo alcance, como el intercambio de imágenes entre las teles europeas, fundamental en los informativos”.

También he preguntado a expertos en Europa, metidos en organismos europeístas si hay alguien ahí con inquietudes en esa dirección, si nadie que ve que no nos creeremos el proyecto de la UE hasta que no haya una tele pública europea que emita para todos los países. Cero inquietud, me dicen.

Por si alguien me escucha, tres recomendaciones:

1. Tengo el lugar ideal para albergar la sede de esa nueva tele europea: la Ciudad de la Luz, en Alicante. De infausto recuerdo, sí, pero que ahí está, en pie y manteniéndose con los impuestos de todos…

2. Este documental de Filmin que narra un momento interesante y polémico del festival de Eurovisión: A Song Called Hate.

3. Pongámosle sentido del humor a Eurovisión. Más Chikilicuatre y menos baladitas…

MOSTRAR BIOGRAFíA

Periodista, ha trabajado para diarios como Levante y televisiones como Canal 9 y TVE. Es colaboradora de radios como Cadena Ser o RNE. Cubells ha publicado varios libros sobre el mundo de la televisión y también, en colaboración con Marce Rodríguez, el libro Mis padres no lo saben.