Hemos hablado con los concursantes de 'MasterChef Celebrity 4': preparaos para lo peor

Hemos hablado con los concursantes de 'MasterChef Celebrity 4': preparaos para lo peor

La que han liado Yolanda Ramos, Vicky Martín Berrocal y Tamara Falcó en TVE...

TVE

Vitoria.- Madre mía, qué show. Dicen que MasterChef Celebrity 4 es un talent culinario, pero que cada vez enseña más la patita... La parte del reality le va comiendo terreno al concurso. Las celebrities han presentado la cuarta entrega del programa de TVE en el FesTVal de Vitoria y han contado cosas, en confianza, con naturalidad y muchas risas que dan una idea de lo que se nos viene encima. “No lo pongáis de titular”. Esta frase la ha repetido Yolanda Ramos hasta tres veces. No titulamos así Yolanda, pero tenemos que contarlo. No nos odies.

Sí, así es. “Alguna gente me pregunta qué hago metida en esta movida. No lo sé porque no he aprendido a cocinar, he desaprendido. Te das cuenta de que no sabes cocinar, realmente deseaba que no me llamaran porque me parece un concurso super difícil. No lo pongáis de titular”. Strike uno. Eso sí, todo son risas.

Normal... si dice que traía arroz preparado de casa y no quiere contar cómo le ha salido. Lo difícil, de hecho, “no es el plato, sino la dinámica del concurso”: “Ya se encarga el concurso para entretener al espectador de que tú lo pases mal con todo”.

Ha salido tanta veces en televisión que lo único que no le han propuesto es el Telediario, pero sabe lo que quiere hacer. Y no pide poco: “Me gustaría hacer un programa en el que me pagaran muy bien viajando, conociendo a seres humanos del mundo”. ¿Un Mónica y el sexo? “No, no, no”.

Hay una Señorita Rottenmeier en MasterChef: Samantha Vallejo-Nágera. “Cuando llegué pensé que era la más dulce, y es la Señorita Rottenmeier. Y un día se ablanda y dices ‘es maja’. Pepe parece bueno y tal y luego es muy duro. Se lleva la fama Jordi Cruz, pero en según qué momentos ves que es muy benévolo… aunque luego el otro no sé si es por edad que no tiene ningún tipo de vergüenza… No hagáis titulares de esto, por dios”. Strike 2, Yolanda.

Para qué va a necesitar MasterChef convertirse en un reality teniendo a gente como Yolanda. No hay más que escucharla para saber que ella se lleva a la audiencia de calle. Aunque aquí el público no vota y no puede “hacer chorradas” para ganar. Se le acabaron las gracias. “No se ha convertido en un reality porque han ido muy a saco con la comida y el nivel. Había gente que hubiese dado mucho juego, pero se los han cargado muy pronto porque su plato no estaba en condiciones”. Eso desmonta la teoría del ‘apaño’. Si algunos van antes a clases de cocina para ser los aventajados... No es el caso de Yolanda.

Y su última perla, la mejor. ¿Es más humorista, actriz o cocinera? “Soy más puta”. “Te mato si lo pones de titular”. Strike 3. Es más actriz, lo que pasa es que le sale “la vis cómica”. Si es que es contraproducente querer ser cocinera con un ego absurdo como el suyo, dice. No hay sentido del humor como el de Ramos, el gran fichaje de esta edición.

Tampoco ella sabe cómo se ha metido en esto. Ni siquiera ha seguido el programa “tanto como para que le impusiera” y pensaba que estaba “un poco trucado”. “Entonces, cuando me metí en el ajo y vi todo lo que supone… si lo llego a saber luego nunca me habría apuntado”. Otra que dice lo mismo entre risas.

Ya sabemos que Tamara es hija de Isabel Preysler. Y ya sabemos que solo ha ido a los restaurantes como comensal, pero ella lo recalca. “No sabía lo que pasaba detrás y me ha alucinado”. A Vicky Martín Berrocal, sentada a su lado, le sale una sonrisita traviesa… pero cariñosa.

Es que la diseñadora es así, echá pa’ lante. Y tiene pique con todo el mundo en el concurso. “Me pasa porque tengo un problema: soy lo que ves. Preparaos para lo peor”.

Y las anécdotas surrealistas tampoco faltan. Tanto, que no están “preparados para la vergüenza más grande del mundo”.

Ey, que no os parezcan unas pijas que se ponen a jugar a las cocinitas. Que el arte culinario está muy relacionado con la alta costura. Hay que diseñar un plato, como un traje, y después que esté bueno, como ponerse un vestido. Y de eso saben mucho las dos, que ganan bastante en las distancias cortas. Poca broma.

Pero esto no deja de ser un show. De hecho, por algo están Los Chunguitos en el programa. “Dos bultos sospechosos. Los mejores compañeros, pero no les preguntes qué lleva un sofrito”, dice la diseñadora.

Y Tamara piensa lo mismo. Si le invitan a comer en casa, “cocinamos nosotras o nos llevamos el tupper”. Todavía cuesta imaginársela con delantal.