Isabel II: cuando la monarquía se convirtió en icono pop

Isabel II: cuando la monarquía se convirtió en icono pop

Su rostro está en merchandising de todo tipo, en obras de arte icónicas y su vida ha sido llevada a la pequeña y la gran pantalla.

Graffiti a cargo de Banksy de Isabel II caracterizada como Ziggy Stardust en Bristol en 2015.Rufus Cox via Getty Images

Isabel II ha conseguido lo que pocos monarcas, que hablar de ella sea sinónimo de hablar de Reino Unido y que cualquier persona en cualquier parte del mundo sea capaz de esbozar su rostro.

Los 70 años de reinado de Isabel II han recogido gran parte del siglo XX y casi un cuarto de siglo del XXI. Y, por supuesto, la cultura popular que ha atravesado todos estos años. Gracias a su participación de ella, la monarca fallecida a los 96 años ha tenido su propia iconografía.

Su rostro, con su imperturbable peinado, sus grandes pendientes y su inseparable bolso han ocupado carteles, grafittis tazas de té, camisetas e incluso obras de arte como la serie de retratos que le hizo Andy Warhol. Eso sin contar las canciones dedicadas a ella o los cameos en series y películas. Isabel II ha sido la reina que ha tenido más presencia en la cultura pop de la historia.

Basta con recordar su merchandising. En Reino Unido se podía adquirir prácticamente de todo con la cara de la reina de Inglaterra, además en varias etapas de su vida. Tal y como dijo el director de la National Portrait Gallery, Nicholas Cullinan, “ningún icono ha influido más en los artistas que la reina porque, en última instancia, representa mucho más que ella misma”.

La reina fue un símbolo tanto del país como de su pueblo, una especie de representación británica que más allá de los billetes y monedas de libras esterlinas podría bien imprimirse sobre la Union Jack como hicieron los míticos Sex Pistols a modo de escudo punk de la nación.

Si algo se puede encontrar en Reino Unido es merchandising sobre la familia real y, por supuesto, Isabel II es el gran éxito. Tuvo su propia colección con motivo del Jubileo de Platino y seguramente haya otra con motivo de su fallecimiento este jueves 8 de septiembre. Algo impensable en otros países también monárquicos como España o Países Bajos.

La Royal Collection —cerrada con motivo del luto real—, es la principal tienda sobre productos de la reina y con ella se nutre tanto la colección de la reina como la de sus sucesores. “Con más de un millón de objetos, es un registro único y valioso de los gustos personales de reyes y reinas durante los últimos 500 años”, indican en su web. En ella, se encuentran desde Funkos personalizados por 25 euros o una bandeja ovalada de edición limitada dentro de la colección Monarca con el reinado más largo que alcanza cerca de 430 euros.

  Merchandising de Isabel II con motivo de su fallecimiento.Richard Heathcote via Getty Images

Aunque no hay tienda de souvenirs de Londres que no venda recuerdos de la reina, desde las figuritas móviles saludando a servilletas desechables o papel higiénico, esta es la que cuenta con más beneficios. De hecho, según su informe anual de los años 2019/2020, ingresó unos 82.304.968 euros. Toda una máquina de hacer dinero, precisamente con la cara de la monarca.

Su iconografía hizo que tuviera su propia serie de serigrafías a cargo de Andy Warhol, al igual que Mao Zedong o la mismísima Marilyn Monroe. Esto no fue casualidad, el artista pop más universal manifestó en más de una ocasión querer ser “tan famoso como la reina de Inglaterra”.

La imagen fue tomada a raíz de un retrato de la monarca por su Jubileo de Plata, el 2 de abril de 1985, cuando tenía 45 años y llevaba 20 en el trono. 40 años después, para celebrar sus tres décadas reinando, la propia Isabel II compró cuatro copias de estos míticos retratos de la serie titulada Reigning Queens.

  Andy Warhol con una de las serigrafías de 'Reigning Queens' en su estudio The Factory en 1985.Derek Hudson via Getty Images

A pesar de que no fueron encargados por la propia Casa Real, estos retratos pasaron a formar parte de la Royal Collection Trust. Pero si hay un retrato que fue controvertido fue el de Lucien Freud, realizado a pincelada suelta en 2001 a los 75 años de la monarca. El resultado provocó una oleada de críticas por lo poco favorecida que salía. De hecho, Times habló de que “la expresión es la de una soberana que ha sufrido, no un annus horribilis, sino todo un reinado lleno de ellos”.

  El retrato de la reina por Lucien Freud en el Castillo de Windsor.Steve Parsons - PA Images via Getty Images

Además de ser una amante del arte en sus diversas disciplinas, Isabel II era consciente de que era un icono por lo que también se prestó para inmortalizar su rostro por parte de los más afamados fotógrafos. Annie Leibovitz se convirtió en la primera fotógrafa estadounidense en retratar de forma oficial a la monarca en instantáneas tomadas en los jardines del Palacio de Buckhingham en 2007, pero antes la inmortalizó durante su coronación Cecil Beaton, en una imagen que también se ha convertido en un icono por sí mismo.

Su imagen se hizo tan pública que incluso hubo quien la “mancilló” o la llevó a su territorio como la recordada portada del single God Save The Queen de los Sex Pistols, a cargo del artista anarquista Jamie Reid, quien también destrozó con imperdibles la Union Jack para Anarchy in the UK, en la que aparece la imagen de coronación de la reina con el eslogan atravesando sus ojos y su boca, aunque otras imágenes la muestran con el labio con un imperdible y los ojos con esvásticas.

  La obra 'God Save the Queen' de Jamie Reid, expuesta con motivo del Jubileo de Diamante en 2012.PETER MUHLY via Getty Images

La reina de Inglaterra ha tenido incluso su propio graffiti a cargo de Banksy, quien la caracterizó con el rayo del personaje de David Bowie, Ziggy Stardust, en Bristol (Reino Unido) en 2015. Menos estética y más polémica fue la lámina del artista anónimo en el que emulaba que la reina era un mono sobre la bandera de Inglaterra, eso sí, caracterizado con los pendientes y el collar de su coronación y la corona.

Como parte del imaginario colectivo, Lilibet también se coló entre las partituras y acordes de algunos de los grupos más icónicos de la historia de la música. Pasando por Queen —que la referenciaron con su nombre— a la archiconocida God Save The Queen, el contrahomenaje punk y republicano al himno británico.

También destacan otras como la breve Her Majesty de The Beatles, el The Queen Is Dead de The Smiths, que sirve para poner banda sonora estos días, o el Dreaming of the Queen de Pet Shop Boys con el que el grupo soñaba con tomar el té con la monarca.

A pesar de estar tan metida en la música de Reino Unido —y a nivel global— la monarca tenía sus filias y sus fobias. Su canción preferida era Dancing Queen de Abba. “Siempre intento bailarla cuando suena porque soy la Reina y me gusta bailar”, contó en más de una ocasión. Sin embargo, no podía ver a Mick Jagger —pese a que su satánica majestad ha presentado sus respetos tras el fallecimiento de la monarca— pero no por un motivo musical, sino por el romance que mantuvo con su hermana la princesa Margarita, a la que dedicó la canción Lady Jane.a

La última estela del icono que ha supuesto Isabel II es claramente The Crown, la segunda producción más cara de Netflix y que ha hecho que adeptos y no tanto a la casa real británica se queden pegados a la pantalla para conocer las vicisitudes a las que se enfrentaron la monarca y su familia durante sus años de reinado.

Pero mucho antes de esta serie, la reina ya había tenido más referencias en la gran y pequeña pantalla que cualquier otro rey o reina contemporáneo. Dentro de la amplia filmografía sobre su vida destaca The Queen (2006), en la que Helen Mirren daba vida a Isabel II en los arduos días tras la muerte de Diana de Gales.

Sus apariciones con el Oso Paddington en su Jubileo de Platino y con James Bond en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 también son muestra de su versatilidad y de lo popular de su figura en los distintos medios, dentro y fuera de Reino Unido.

Pero no podía ser un auténtico icono pop sin haber aparecido en Los Simpson. Lo hizo hasta en tres ocasiones, la primera vez en el capítulo The Regina Monologues, en el que el coche de Homer choca con su carruaje y es condenado a muerte.

La segunda ocasión fue en en el capítulo To surveil with love en el que, tras instalar cámaras por todo Springfield, la reina Isabel II disfruta de las grabaciones sobre los altercados de la ciudad como si fuera un reality show. Por último, se coló en el The Simpsons 138th Episode Spectacular, en el que aparecía almorzando viendo los chistes de la serie.

Por todos los medios de comunicación, con su reconocible imagen y como un sello imperturbable en todo el mundo, Isabel II ha llegado desde Los Simpson hasta el punk pasando por cualquier tipo de merchandising. Los 70 años de reinado no son nada comparado con el legado iconográfico que deja una de las monarcas más longevas de Europa.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es