Jaume Duch: “En la vacunación, España está dando ejemplo al resto de europeos”

Jaume Duch: “En la vacunación, España está dando ejemplo al resto de europeos”

Entrevista con el director general de Comunicación del Parlamento Europeo.

Jaume DuchAlain ROLLAND

ESTRASBURGO (Francia)-. La ‘vuelta al cole’ ha llegado a las instituciones europeas, y “se ha vivido con alegría”, asegura Jaume Duch, director general de Comunicación del Parlamento Europeo, a la salida del último pleno este jueves. La ‘nueva normalidad’ es ya una realidad en los pasillos de la Eurocámara, que esta semana ha tenido como plato fuerte el discurso sobre el Estado de la Unión —a cargo de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen— y aún está saboreando el postre, que se ha servido este viernes al dar comienzo la Conferencia sobre el Futuro de Europa.

Este año, por primera vez, los protagonistas de la Conferencia son los ciudadanos (y no es una forma de hablar). Ochocientas personas de la Unión Europea, de distintas procedencias, profesiones y capas sociales, han sido elegidas para debatir sobre cuatro bloques temáticos a lo largo de los próximos meses para elevar sus propuestas al pleno del Parlamento. “Lo particular es que en esta ocasión no sólo participan los usual suspects (comisarios y diputados), sino que son directamente ciudadanos escogidos por un método demoscópico, gente corriente que probablemente no ha tenido ningún contacto con la política”, explica Duch. 

Los ciudadanos tomarán la palabra con el mismo derecho que los diputados, los ministros o los comisarios

El objetivo, cuenta el portavoz, es que este “ejercicio de reflexión y discusión sobre cómo tiene que ser el futuro de la UE” culmine con “propuestas concretas”. El debate ya ha comenzado este viernes, 17 de septiembre, en Estrasburgo, y se prolongará varias semanas. Una vez finalizada esta primera fase, 20 portavoces del grupo presentarán sus conclusiones y las seguirán discutiendo en la propia Asamblea, “sentándose y tomando la palabra, con el mismo derecho que los diputados, los ministros o los comisarios”, señala Jaume Duch.

  Jaume DuchAlain ROLLAND

La inquietud por los antivacunas

Uno de los valores extra de esta iniciativa, opina Duch, es que llega justo cuando Europa empieza a salir —al menos socialmente— de la pandemia. En este aspecto, y como ya dijo Von der Leyen en su discurso, Europa tiene sentimientos encontrados entre lo que tiene que celebrar (la compra centralizada de vacunas, la inmunización de más del 70% de su población adulta) y lo que le inquieta, pues el ritmo de vacunación no es parejo entre los Estados miembros.

No puede ser que porque una parte de la población rechace vacunarse se ponga en peligro la estrategia para dejar atrás la infección

“Preocupan los problemas que puedan causar las personas que no se están vacunando”, reconoce Jaume Duch. El director de Comunicación constata que las diferencias entre los porcentajes de vacunación de los países no sólo tienen que ver “con la rapidez con la que trabajan algunos sistemas sanitarios”, sino sobre todo con el hecho de que en ciertos Estados miembros “existe un porcentaje de personas que ha decidido no vacunarse”. Países como Francia e Italia ya han tomado medidas. El primero ha obligado a los sanitarios a vacunarse y ha impuesto el ‘pasaporte covid’ obligatorio para actividades de ocio, una medida que cumplen a rajatabla los hosteleros galos, y que ha sido eficaz para instar a la gente a ponerse la inyección. Italia, por su parte, ha anunciado que la vacuna será obligatoria para los trabajadores de empresas públicas y privadas.  

Duch no ve con malos ojos estos “incentivos” cuando los movimientos antivacunas cunden en un lugar, y sabiendo que “la vacunación no es obligatoria en ningún país” de la UE. “No puede ser que porque una parte de la población rechace vacunarse se ponga en peligro la estrategia para dejar atrás la infección”, zanja el portavoz. 

España, “ejemplo” en Europa en la vacunación frente al covid

En este sentido, y echando un vistazo a los datos, Duch reconoce que España, —con el 76% de la población completamente vacunada, sólo detrás de Portugal y Malta—, está siendo un referente dentro de la UE. “Las tasas de vacunación en España están entre las más altas, los famosos antivacunas no han tenido un excesivo eco y la gente ha actuado con muchísima responsabilidad”, celebra Duch. “Tenemos que felicitarnos, porque estamos dando ejemplo al resto de los europeos”, asegura.

Pero la Unión Europea lidera otro ranking en las vacunas anticovid, y es el de exportaciones de inyecciones a otros países, destaca Duch. “Dentro de la UE se han distribuido ya unos 700 millones de dosis y se ha exportado un número parecido a 130 países del resto del mundo, cosa que no ha hecho ningún otro país o bloque, ni Estados Unidos, ni Reino Unido, ni Australia, ni Canadá ni China”, recalca el portavoz. Sin embargo, a renglón seguido Duch reconoce que esto “no es suficiente”. Hasta ahora, la UE sólo ha donado a la plataforma solidaria COVAX 20 millones de dosis, una décima parte de lo que se ha comprometido a ceder.  

“La Unión Europea está liderando el modelo de solidaridad internacional, pero claro que no es suficiente”, enfatiza Duch. “Sabemos que si la pandemia es mundial, la solución tiene que ser mundial, y hasta que no se haya vacunado un porcentaje importante de toda la población del planeta, nadie estará a salvo”, insiste. Duch admite que los envíos a países de menos ingresos “tendrán que reforzarse en los próximos meses”, pero advierte: “No debería ser sólo responsabilidad de la UE, y ahí hay que hacer un llamamiento para que otros se unan”. 

La Unión Europea está liderando el modelo de solidaridad internacional con las vacunas, pero claro que no es suficiente

Europa tampoco llegó a dar un paso al frente en la suspensión temporal de las patentes para facilitar el acceso de todos los países a las vacunas, como pedían muchos expertos e incluso reclamaron países como Estados Unidos y España. Duch considera que el Parlamento Europeo estuvo cerca de sumarse a esta petición —“llegó a haber una mayoría de diputados a favor de ello”, dice, “pero la Comisión Europea y la mayor parte de Gobiernos de la UE mantienen la posición de que, si lo que se quiere es vacunar a la gente, ahora lo importante es distribuir las vacunas que ya se producen, no añadir nuevas vacunas, que llegarían más tarde o que no llegarían a producirse”, explica. “Una cosa es liberalizar la patente y otra producir la vacuna”, señala. 

La UE, frente al recorte de derechos y libertades en Polonia y Hungría

El Parlamento Europeo suele ser pionero en sus pronunciamientos, y ejemplo de ello es que este jueves ha aprobado incluir la violencia de género en la lista de eurodelitos. “Como institución, estamos marcando claramente el camino que tienen que seguir los Estados miembros, sabiendo que el derecho penal es una competencia nacional”, apunta Jaume Duch.

Consciente de que los discursos de odio han aumentado en los últimos tiempos, el portavoz va más allá, y admite que preocupa especialmente la senda ultraderechista que están tomando Hungría y Polonia, donde los derechos de las mujeres, de la comunidad LGTBI y las libertades de prensa y expresión van mermando por momentos. 

La UE no es sólo un mercado, sino una comunidad de derechos y valores, y preocupa cómo algunos de estos derechos han involucionado en ciertos países

El Parlamento Europeo ya ha comenzado a plantarse. “Hemos pedido la aplicación del artículo 7 de la UE [la máxima sanción, contra Polonia] y la aplicación del reglamento para congelar la utilización de los planes de recuperación, entre otros fondos, a países que no respeten esos derechos”, apunta Jaume Duch, que explica que “ahora, la pelota está en el tejado del Consejo y de la Comisión Europea” para que decida aplicar o no estas sanciones. “El Parlamento Europeo espera que estas instituciones [el Consejo y la Comisión] cumplan con su deber de hacer cumplir en su integridad la Carta de los derechos fundamentales de la Unión”, advierte el portavoz.

Duch defiende con rotundidad que “la UE no es sólo un mercado, sino una comunidad de derechos y valores”. Y “preocupa cómo algunos de estos derechos han involucionado en ciertos países”, confiesa. 

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es