Jesús Cifuentes: "Hubo una época en que me rayó el éxito de '20 de abril'"

Jesús Cifuentes: "Hubo una época en que me rayó el éxito de '20 de abril'"

Celtas Cortos celebra los 30 años de la canción con una versión para recaudar fondos para la lucha contra el coronavirus.

Llega el 20 de abril y la canción del disco Cuéntame un cuento de Celtas Cortos vuelve a sonar en todas las radios. Este año lo hace de una manera especial: Jesús Cifuentes ha grabado una nueva versión de la canción junto a numerosos artistas como Mikel Izal, Eva Amaral, Rozalén o Carlos Tarque para colaborar con Médicos sin fronteras en la lucha contra el coronavirus.

“Creo que desde este confinamiento, la gente que estamos en este sector podemos contribuir de una manera positiva en mejorar las cosas”, explica el cantante, que ha dedicado los primeros días de cuarentena a sacar adelante esta trabajo que define como “muy artesanal” y que sacar adelante ha sido “una auténtica pasada”.

¿Qué significa para ti 20 de abril?

No lo sé. Con ella he tenido una relación compleja. Al principio fue otro éxito más, pero con el tiempo se ha convertido en un espejo en el que se han mirado muchas personas. Según ha ido avanzando la vida empecé a rayarme. La mochila que arrastramos de las canciones, de los hits, son como una pieza obligada y me rayé. Aunque en este momento actual me he reconciliado con ella. Te das cuenta de que las canciones las haces para la gente, empiezan a volar por ellas mismas y ya son territorio de la gran inmensidad de corazones que andan sueltos por ahí. Cuando estás en directo y estás abriendo el grifo de las emociones, compruebas que con esta canción la gente tiene momentos muy intensos y eso es lo más precioso que puede sucederte sobre el escenario. La historia acabó bien.

con esta canción la gente tiene momentos muy intensos y eso es lo más precioso que puede sucederte sobre el escenario

¿No te has cansado alguna vez de tocarla? 

Es probable que sí. Me ha pasado con muchas. Por ejemplo, Cuéntame un cuento es un tema que está muy bien, pero que no está en el perfil y en la actitud que mantenemos encima del escenario. Ocurre con un montón de canciones. Seguimos trabajando, sacamos muchas cosas nuevas y claro... vuelvo a hablar otra vez del peso de la mochila de los éxitos. Estás obligado a mantener esos temas y nosotros lo que pretendemos es dar espacio a las últimas cosas que se hacen. Es muy complicado. Vivimos en un momento multimedia muy diferente, en los años 90 sacábamos un disco tras otro, las emisoras de radio tenían otra política, y ahora dar visibilidad a lo nuevo resulta muy difícil a pesar de que estemos más conectados. Los repertorios también tienen sus puertas giratorias, intentamos cada temporada hacer cosas nuevas. Mantener las curvas de intensidad.

¿Has vuelto a la Cabaña del Turmo?

Sí, muchas veces. Estuve hace poco cuando se sacó el videoclip oficial, el año pasado. Luego volví en verano haciendo montaña. Por esa zona tengo muy buenos amigos, por suerte. Aragón... Huesca para mí es un lugar muy importante en mi vida porque yo estuve viviendo en Canfranc tres años, de hecho tengo ahí una casa. En ese período estuve extraditado y tuve una cuadrilla de amigos muy importante que tenían un albergue de montaña. En aquellos años era un sitio de un montón de extraditados como yo. Nos habíamos reunido gente de todas partes y fueron años gloriosos.

Y esa vieja amiga a la que escribes, ¿cuánto hay de realidad y qué forma parte del imaginario de la canción? 

Todo tiene su parte de realidad y mucho de ficción. Cuando hice esa canción en el año 90, había estudiado trabajo social y justo había aprobado unas oposiciones. El grupo estaba empezando a despegar de una manera muy importante, pero al aprobar me tuve que marchar de Valladolid a un pueblo de Ávila, a El Tiemblo, porque trabajaba en un equipo multiprofesional en un instituto. Ese año estuve deslocalizado. Dejé atrás a toda mi cuadrilla...  Algunos momentos de aquella estancia, que la recuerdo con mucho cariño, también fueron tiempos duros. Conocí a mucha gente con los que mantengo amistad. Recuerdo estar escribiendo la canción en el piso que había alquilado, que tenía una especie de galería. El entorno de este pueblo es muy chulo, un poco montañoso. Y con ese ambiente fue ponerse a rascar la guitarra y una cosa llevó a la otra.

¿Cómo sería hoy 20 de abril? ¿Una sucesión de WhatApps?

Cada cosa tiene su contexto. En aquel momento, aunque no fue una carta que se metió en un sobre ni dirigida a nadie, sí que estaba mucho más ligada en una época epistolar en la que metías los papeles en un sobre y le pegabas un sello con un lametón. En el contexto actual el WhatsApp quizás sea su espacio natural, pero yo ya tengo una edad y soy más romántico. Me quedo con el papel.

Haciendo un símil campestre: es una cosecha (musical) que se ha ido al carajo

¿Cómo estás viviendo la cuarentena? ¿Laboral y personalmente?

Por la mañana tengo sesión de colegio. Tiene su parte dura como te podrás imaginar. Es por el instituto porque hay una carga de tareas impresionante y tiramos de ese carro como podemos. También te diré que mi hija decía que está aprendiendo más que en todo lo que ha hecho durante el curso en el instituto. Tiene trece años y cuando va al instituto desconecta, se pone en modo avión y está de risas todo el día. Aquí ha caído en la cuenta de que tiene que poner de su parte, tirando de vídeos de clases y está haciendo su propio esfuerzo e intenta investigar y deducir. Se mete en el proceso por ella misma. En lo profesional ya venía desde hace tiempo metiendo canciones para el saco. Canciones solamente en la parte musical, porque cuando cierre el chiringuito ya me pondré a escribir. Estos días han sido muy intensos porque me embarqué en el proyecto de hacer este vídeo del 20 de abril: contactar con tanta gente, con tantos artistas y tantos sectores profesionales ha sido difícil. Hemos tenido una tarea muy artesanal para recopilar y editar vídeos de vidas ajenas. Ha salido es una auténtica pasada.

¿Cómo crees que esta situación puede afectar al sector de la música? 

Haciendo un símil campestre: es una cosecha que se ha ido al carajo. Nadie sabe nada, nadie sabe cuándo se volverán a permitir las concentraciones más masivas. Hemos pasado en este tsunami la primera ola fuerte, pero nadie sabe si va a venir una segunda o tercera, si esto va a mutar, si los que han pasado la infección volverán a ser candidatos, cuándo llegará la vacuna... Estamos mirando el entorno nacional, pero esto es global. Nadie sabe cómo va a desarrollarse en África, Asia. En Estados Unidos la cosa se está poniendo fea... Tampoco creo que sepamos la verdad de todo, primero porque el sistema de contar los enfermos y fallecidos es impreciso, probablemente habrá países que no tengan recursos para hacerlo y si los tienen probablemente no querrán decir la verdad. En mi entorno teníamos una gira muy buena, participación en festivales muy importantes y nos vamos a quedar a verlas venir en un 95%.

¿En qué plazos piensa Celtas Cortos, en el final de 2020 o en 2021?

Hasta el otoño que viene no creo que volvamos a arrancar. Ni nosotros ni nadie. No es una decisión nuestra. Es algo que tienen que decidir los científicos que asesoran al Gobierno y a ver cuándo se puede volver a abrir la puerta. La esperanza sería regresar en agosto o septiembre. No veo el día en el que podamos volver a subirnos en un escenario. La carretera es nuestro medio de vida y nuestra dinámica. Aunque las giras sean un trabajo duro, cansado, ahora de repente lo echamos de menos, es como respirar.