Josu Ternera estuvo más controlado que la chelito

Josu Ternera estuvo más controlado que la chelito

Josu Ternera en el año 2000, tras ser excarcelado. Reuters

Josu Ternera perteneció a la primera hornada de miembros de ETA, más idealistas, más formados, durante el franquismo. Entre ellos estaba Pertur, que había elaborado un plan para convertir la organización en un partido político. Eran unos tiempos en los que no se engañaban. Cuando yo acababa de llegar a Francia en 1974, un día me encontré en Anai-Artea con los miembros de la ejecutiva, de la que más adelante yo formaría parte, y les dije:

-¿Vosotros creéis que así vais a conseguir la independencia?

-¿La independencia?, pero ¿qué dices? –se descojonaron de risa.

-Entonces, ¿qué estamos haciendo aquí?

-A ver si conseguimos algo, hay que ganar cosas poco a poco.

Entonces no había un concepto de independencia, eso lo decían para las bases, para que estuvieran amarradas, pero en las alturas no existía ese objetivo. A ver si damos un paso para adelante y luego a ver si damos otros. Estaba todo superestudiado. Si hubieran sabido que iban a tener una autonomía como la de ahora, lo habrían dejado todo.

A los nuevos miembros de ETA se les fue yendo cada vez más la olla. Bajo el mando de Josu Ternera llegaron a cometer las mayores salvajadas.

Tras la Operación Lobo, los éxitos que siguieron en el inicio de la Transición llevaron a una relajación de las fuerzas de seguridad. Permitieron que se creara un monstruo más peligroso, un grupo de delincuentes sin norte ni orientación, violentos al cien por cien, que empezaron a ejecutar todas las barbaridades del mundo. Por desgracia, ETA cayó en manos de sus miembros de a pie, los carniceros, los que no tenían ninguna intención de permitir que se cumplieran los planes de la rama política. Esos que defendía Pertur con tanta pasión y que para dejar de escucharle lo mataron los de la nueva hornada en 1976.

Según fueron pasando los años, a los nuevos miembros de ETA se les fue yendo cada vez más la olla. Bajo el mando de Josu Ternera llegaron a cometer las mayores salvajadas. El pasado jueves, el mismo día de su detención, estuvimos en Zaragoza presentando Yo Confieso y fue muy duro recordar cómo alguien podía haber sido capaz de ordenar en 1987 el atentado contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil en la ciudad y segar como si nada la vida de 11 seres humanos, entre ellos seis niños, y herir a 80 personas.

  'Yo confieso' (Roca Editorial), de Mikel Lejarza y Fernando Rueda.

Tras pasar por la cárcel en Francia y España, en una ETA que siempre estuvo dividida entre los que defendían más leña y los que querían dejar las armas, Ternera optó por la paz.

Se escapó en 2002 y ha sido finalmente detenido, tras 17 años huyendo de la Justicia. No me cabe duda de que estaba más controlado que la chelito desde hacía muchísimos años y que no lo han detenido antes porque no han querido (temas políticos). Con él y su hijo ha habido mano abierta desde hace tiempo. Alguien ha pensado ahora que ha llegado el momento.

Lo triste es que en un tiempo cercano posiblemente veremos a Josu Ternera pasear por la calle. Él vivirá tranquilamente su vida y otros seguiremos escondiéndonos.

Me parece imposible que no estuviera localizado continuamente porque en los últimos años de ETA el servicio secreto los tenía a todos detectados gracias a sus medios tecnológicos, incluido un dron militar cedido por los estadounidenses. Yo concretamente, nada más escaparse Ternera a Francia me lo encontré en el aeropuerto de Dusseldorf. De inmediato, telefoneé a mi servicio para alertarles.

-Oye, que tengo a Josu Ternera aquí al lado.

-¿Qué dices?

-Que Josu Ternera está en el aeropuerto.

-Bueno, bueno, déjalo.

-Pues claro, no lo voy a coger. Pero, ¿qué me quieres decir?

-Tú vete a lo tuyo y olvídate.

Josu Ternera no le gusta a los que ahora están moviendo la kale borroka en el País Vasco. Puede que su detención tenga que ver con el deseo de cambiar la línea que desde prisión defiende Iñaki Bilbao de vuelta a las armas. Eso sí, para apaciguar a este sector vamos a asistir próximamente a un acercamiento más rápido de presos al País Vasco.

Lo triste es que Josu Ternera no va a pagar nada de lo que la Justicia le pide y que en un tiempo cercano posiblemente le veremos pasear por la calle. Él vivirá tranquilamente su vida y otros seguiremos escondiéndonos.

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