La actividad económica y el agotamiento de los recursos naturales

La actividad económica y el agotamiento de los recursos naturales

Representación de la idea de economía circular. Nannapat Pagtong via Getty Images

Seguramente ha oído hablar de los límites planetarios (1). Este concepto nos remite a la finitud de la tierra. Fue propuesto en 2009 por un grupo de científicos internacionales y actualmente es utilizado por Naciones Unidas o el Foro Económico de Davos. El objetivo de esos científicos era definir un “espacio de actuación seguro para el desarrollo humano” que pudiera ser utilizado por la humanidad sin afectar a las generaciones futuras ni a los ecosistemas. El concepto nos transmite la idea de que no podemos extraer recursos, de forma creciente e indefinida, de un planeta que es limitado y finito.

El agotamiento de los recursos naturales se produce cuando estos son consumidos de una forma tan rápida que la naturaleza no tiene la capacidad ni el tiempo para asegurar su regeneración. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) alerta de la sobreexplotación de los recursos naturales que genera un desequilibrio enorme: se extrae un 20% más de lo que se puede regenerar y este porcentaje crece de forma constante.

Existen dos grandes causas que provocan esta sobreexplotación y agotamiento de recursos. Por un lado, el crecimiento de la población, que requiere cada vez mayores recursos para satisfacer sus necesidades. Por otro, la actividad económica humana, cuya forma de llevarla cabo, está en la base del agotamiento de recursos: la extracción expansiva de materia prima pura, la desforestación, la contaminación  y, también, el cambio climático y sus efectos sobre una mayor regularidad e intensidad de catástrofes naturales.

La economía circular aporta la solución esperada, dado que se basa en el uso de los residuos como recursos para una nueva producción.

El crecimiento de la actividad económica y el modo en que ésta se desarrolla, está trayendo consigo el agotamiento de recursos naturales tan importantes para la vida como el agua fresca, la cobertura forestal, los recursos fósiles, los minerales como el fósforo, el cobre o el zinc, u otros minerales de los denominados “raros” que son intensamente utilizados en la industria electrónica. Pero no solo eso: la degradación de los ecosistemas y suelos genera escasez de tierras cultivables con dramáticas implicaciones en la disponibilidad de alimentos.

En el proceso de industrialización global, a medida que un mayor número de países logran avances tecnológicos, también crecen las industrias cuya actividad libera elementos contaminantes y toxinas que finalmente se depositan en lagos y suelos, afectando a los sistemas acuáticos y terrestres.

La emisión de monóxido de carbono, óxido nitroso, óxido de azufre y dióxido de carbono, por ejemplo, ha provocado el calentamiento global y la degradación de la capa de ozono, produciendo cambios en los hábitats naturales y aumentando la regularidad de los desastres naturales.

Las soluciones a la sobreexplotación de los recursos naturales son variadas pero podríamos resumirlas fundamentalmente en dos: por un lado, todas las políticas y medidas de protección de los ecosistemas son absolutamente necesarias. Por otro, y de forma simultánea, es fundamental reducir el volumen de extracción de recursos de materias primas puras. Y esto implica promover un mayor uso de materias primas recicladas y recursos renovables y procesos más eficientes. En definitiva, se trata de cambiar completamente la forma de producir y de consumir.

La sensibilidad de los consumidores está cambiando rápidamente, pero necesitamos que el sector privado desarrolle cuanto antes su actividad productiva de una manera diferente.

Sin duda estamos llamados a llevar a cabo la actividad económica de una forma distinta. Aquí la economía circular aporta la solución esperada, dado que se basa en el uso de los residuos como recursos para una nueva producción. Se trata de toda una revolución en la manera de producir que atañe particularmente al sector privado.

La sensibilidad de los consumidores está cambiando rápidamente, pero necesitamos que el sector privado desarrolle cuanto antes su actividad productiva de una manera diferente, sin impactos negativos, con niveles de extracción de materia prima pura muy reducida y de alta eficiencia en consumos de recursos y energía. Sin duda, se trata de un enorme desafío: ser capaces de desarrollar nuestra actividad económica dentro de los límites planetarios. ¿Seremos capaces?

(1) Se trata de un marco conceptual que evalúa el estado de 9 procesos fundamentales para la estabilidad del sistema Tierra y sugiere una serie de umbrales para estos procesos que, en caso de ser superados, pueden poner en peligro la habitabilidad del planeta (Johan Rockström del Stockholm Resilience Centre (SRC) y Will Steffen, de la Australian National University).

Fernando Varela de Ugarte es doctor ingeniero industrial especializado en sostenibilidad y desarrollo socio-económico. Es director de la empresa consultora Social Gob y codirige el programa de formación en sostenibilidad corporativa LEAD Sostenibilidad.