La afirmación nada optimista sobre la inflación del economista que anticipó la crisis de 2008

La afirmación nada optimista sobre la inflación del economista que anticipó la crisis de 2008

Ya no caben advertencias.

Santiago Niño Becerra, junto a un hombre comprando en un supermercado, en sendas fotos de archivo.Getty Images

El economista Santiago Niño Becerra ha pasado por los micrófonos de la Cadena SER para analizar las nuevas medidas tomadas por el Gobierno para contener los efectos del alza de la inflación, que ya se sitúa en el 10,2%, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El experto que anticipó la crisis financiera de 2008 ha sido rotundo a la hora de abordar la forma en la que se producirá la bajada del poder adquisitivo de los ciudadanos: “No se puede hacer absolutamente nada”.

“La inflación se define como el impuesto de los pobres, una empresa o alguien que produce puede aumentar su productividad o absorber con algo de margen, pero un asalariado o alguien que depende de una renta fija no puede hacer absolutamente nada ante la pérdida del poder adquisitivo”, ha recordado Niño Becerra.

El economista ha situado en un 12% dicha pérdida de poder adquisitivo en caso del salario medio y ha señalado que “el pacto de rentas se hace de forma voluntario o por imposición, en un sistema de mercado no se puede imponer nada”.

Sobre los nuevos impuestos

Precisamente, Niño Becerra se ha pronunciado sobre los nuevo impuestos que el Gobierno impondrá a las grandes energéticas ante los exacerbados ingresos llegados a través de los conocidos como ‘beneficios caídos del cielo’. “Limitar salarios y pensiones es muy fácil, limitar rendimientos de capital de empresas es muy complicado”, ha valorado el economista.

También ha apuntado lo difícil que es para un Ejecutivo actuar en esta materia: “Estas empresas llevan después del nombre dos letras S.A. o S.L., hay que empezar a pisar callos que ningún Gobierno quiere pisar y el próximo año hay elecciones”. Cuestión que le lleva a formular una pregunta a modo de reflexión: “Una empresa o banco puede repercutir, ¿pero los rendimientos del trabajo a quién lo van a repercutir?”.