La batalla de las marcas de lujo contra las falsificaciones

La batalla de las marcas de lujo contra las falsificaciones

Gucci y Facebook han unido fuerzas contra un individuo que podría utilizar las plataformas de esta red social para vender artículos falsos de la firma italiana.

Bolso de GucciEdward Berthelot via Getty Images

¿Quién no quiere llevar un bolso de Gucci, Prada, Dior o Ferragamo? Es más, ¿quién no se ha visto tentado por esas falsificaciones-casi-idénticas al original de Goyard, Hermès o Chanel?

El mercado de las falsificaciones de los productos —sobre todo marroquinería— del lujo es tan grande como bazares y Chinatowns hay por el mundo. Incluso corría la leyenda urbana de que algunas de las marcas de súper lujo que fabricaban en el gigante asiático permitían la falsificación de algunos modelos que “querían poner de moda” para animar las ventas. Nunca se supo la verdad, pero lo cierto es que es espectacular ver cómo en los enormes escaparates de la Quinta Avenida de Manhattan lucen hoy los artículos de nueva temporada que ayer —literal— podías comprar en Chinatown de la gran manzana.

Pero esa no es la cuestión en el negocio de las falsificaciones. La cuestión es que efectivamente pagas el precio de lo que compras porque en realidad no quieres pagar lo que efectivamente cuesta. Desde hace unos años, además, la proliferación del e-commerce ha impactado de forma directa en las ventas de falsificaciones. Y lo obvio es lo obvio, nadie da duros a pesetas.

El negocio de los bolsos de lujo de imitación mueve en el mundo en torno a los 350.000 millones de dólares. Aproximadamente el 67% de los productos falsificados provienen de China.

Hace unos días Gucci y Facebook unían sus fuerzas en un tribunal de California para interponer una demanda contra un individuo que, supuestamente, utilizaba las plataformas de redes sociales del grupo estadounidense para vender productos Gucci falsos. No es la primera vez que esta firma decide hacer piña con otras para denunciar a vendedores de falsificaciones e incluso a las plataformas que los cobijan —como en el caso de Alibaba—. Pero sí se trata de la primera vez en la que una plataforma, Facebook, y una marca, Gucci, van de la mano contra el usuario que supuestamente comente el delito.

Cierto es que Amazon presentó varias demandas en 2020 junto a Valentino y Ferragamo, pero ésta es considerada como plataforma de ventas, no un canal en el que se vierten informaciones, opiniones, etcétera, como es el caso de Facebook.

Las ventas en línea de bolsos, zapatos y prendas de lujo se han disparado durante el año pasado cuando la pandemia del coronavirus obligó a las tiendas minoristas a cerrar temporalmente sus tiendas. Facebook se está intentando posicionar —sobre todo a través de Instagram— como un canal de venta de productos de terceros y el hecho de que proliferen las falsificaciones tiene un coste reputacional y de negocio no asumible.

“Más de un millón de piezas de contenido se eliminaron de Facebook e Instagram en la primera mitad de 2020”, según asegura el comunicado conjunto de ambas empresas. Sólo en 2020 el equipo de propiedad intelectual de Gucci consiguió la eliminación de cuatro millones de listados de productos falsificados online, la incautación de 4,1 millones de productos falsificados y la desactivación de 45.000 sitios web, incluidas cuentas de redes sociales.

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Pilar García de la Granja es periodista, especializada en economía y finanzas. Licenciada en Ciencias de la Información por el CEES- Universidad Complutense de Madrid. En España ha desarrollado su carrera en Expansión TV, Onda Cero y el grupo Intereconomia y columnista en medios especializados como ElEconomista. Actualmente es corresponsal de Tele5 en Estados Unidos y colaboradora de El Programa de Ana Rosa en T5 y cofundadora de la plataforma especializada TheLuxonomist. Es autora de “¡Me equivoqué!” (Planeta) y “En qué jardín nos han metido: ideas prácticas para salir de la crisis” (Ed. Homo Legens).