La batalla quijotesca de Scorsese contra Marvel y los superhéroes

La batalla quijotesca de Scorsese contra Marvel y los superhéroes

¿Tienen razón Scorsese, Coppola y compañía? ¿O son víctima as películas de superhéroes de un ataque elitista?

Martin Scorsese.Mario Anzuoni / Reuters

Como Don Quijote contra los molinos se ha lanzado Martin Scorsese contra Marvel y las películas de superhéroes. Una batalla quijotesca pareciera. Este drector, uno de los cineastas más aclamados y reconocidos del mundo, recientemente declaró que las películas de Marvel no eran cine, causando conmoción y deleite entre los medios. ¿Por qué? ¿A quién no le gusta una pelea? Poco después, el legendario director de El Padrino y Apocalipsis Now, Francis Ford Coppola, declaró que las películas de superhéroes son despreciables. Otros aclamados cineastas como el británico Ken Loach (dos Palmas de Oro en Cannes) y Fernando Meirelles (el codirector de Ciudad de Dios) se sumaron a las críticas.

Quizá la discusión no haya tenido mucha resonancia, pero en el mundo del entretenimiento si ha dado de qué hablar. ¿Tienen razón Scorsese, Coppola y compañía? ¿O son víctima Marvel y las películas de superhéroes de un ataque elitista por parte de los autores consagrados? Hay puntos válidos en los dos lados.

Empecemos por decir que maestros como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola y Ken Loach pueden opinar lo que quieran sobre cualquier cosa relacionada con el cine. Uno puede no estar de acuerdo, pero estamos hablando de cineastas que han revolucionado el arte del cine. Así que están en todo su derecho de criticar… Pero podemos no estar de acuerdo con su crítica.

¿Qué dice Scorsese de las películas de Marvel?: “Honestamente, y concediendo lo bien hechas que están, lo más cercano que se me ocurre cuando pienso en ellas, es en un parque de atracciones. No es el cine de seres humanos tratando de transmitir experiencias emocionales y psicológicas a otros seres humanos”

¿Qué tal? ¿Cierto, falso? ¿Ninguna de las dos?

Scorsese exagera al decir que las películas de Marvel no son cine y peca de elitista. Recordemos que el cine se creó como entretenimiento para las masas y que en la mayoría de su historia, las películas más exitosas entre el gran público no han sido las llamadas películas de culto, sino el entretenimiento popular. En algunas felices ocasiones, se ha dado el caso de que una gran obra maestra también sea un gran éxito de taquilla, pero esto es cada vez más raro.

Teniendo en cuenta la inflación tras el paso de los años, encontramos que la película más taquillera de todos los tiempos es Lo que el viento se llevó, una obra maestra por donde se le vea, un gran ejemplo de cine emocionalmente complejo y enormemente popular. Pero la cosa cambia cuando continuamos la lista: Avatar Star Wars, E.T. el extraterrestre, Titanic, Los diez mandamientos (¿No es Moisés una especie de superhéroe?), Tiburón, El Exorcista, Blancanieves y los siete enanitos...

Todas grandes películas, pero probablemente tampoco cumplirían con los estándares que pide Scorsese para ser consideradas CINE. Las películas de Star Wars, por ejemplo, son pura fantasía, así como lo son Blancanieves, El Exorcista y E.T. el extraterrestre. Titanic es una telenovela. Los diez mandamientos un mito religioso. Y Tiburón, pues no es precisamente neorrealismo italiano.  A lo que voy con esto, es que el gran cine popular nunca ha sido un cine realista y crudo como el que hacen  y admiran Scorsese y Coppola. Lo cual es una razón más para admirar su tenacidad y literalmente su amor al arte.

Las películas de superhéroes siempre han existido…

Y las películas de superhéroes son simplemente una variación de viejas películas de Hollywood como los westerns de John Wayne y Clint Eastwood, las súper películas de acción de Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger, y sí, hasta las épicas bíblicas. Todos escenarios de batallas nada sutiles entre el bien y el mal. Y los héroes míticos, invencibles y a veces trágicos, son mucho más viejos que el cine. Desde El Conde de Montecristo hasta la Odisea, la gente ama los mitos heroicos. Algunos héroes de la vida real caen en el mito y se hace difícil saber qué es verdad y qué es leyenda, con las hazañas casi sobrehumanas de personajes como Juana de Arco o El Cid Campeador, por mencionar sólo algunos.

La gente ha respondido a las sagas de los súper héroes porque las películas de Marvel están extraordinariamente bien hechas a nivel de historia, construcción dramática, actuaciones y dirección, pero también porque apelan a esas emociones primarias de presenciar la batalla del bien contra el mal, y ver que el bien triunfa al final, aunque sea con sacrificios. Esta batalla está presente en todos los mitos de las grandes religiones. Así que la búsqueda de esos héroes es parte de la naturaleza humana. 

El llamado de Scorsese es comprensible, justificado y hasta bienvenido, viniendo no solo de un gran cineasta, sino de un gran amante del cine.

Descartar todo un tipo de cine porque superficialmente te parece un parque de diversiones, es bastante elitista y fuera de lugar. Sobretodo porque Scorsese es un cineasta que creció viendo viejo cine de Hollywood, incluyendo géneros con muy baja reputación en su momento como los westerns y las películas de gangsters, y algunas de sus películas favoritas se cuentan entre éstas. Sólo hasta años después que los críticos de Cahiers du Cinema las declarasen obras maestras, se volvieron respetables. Así que ningún género se debe menospreciar.

Marvel no es el culpable de que la gente haya dejado de ir al cine a ver películas serias y complejas… 

Por el contrario, las películas de Marvel y similares son las que siguen llevando a la gente al cine, y a pagar boletos por ver grandes espectáculos. El principal competidor del cine complejo y adulto del que habla Scorsese no es Marvel. El declive de ese tipo de películas comenzó ya hace varios años cuando los canales de TV de pago se diversificaron y comenzaron a producir series de televisión de gran calidad, y eso comenzó desde principios de los 2000 con HBO y éxitos como Los Sopranos, Six Feet Under y más recientemente Juego de Tronos. Después de eso, todos los canales comenzaron a sacar series de calidad de cine dirigidas justo al público que iba al cine a ver películas como las de Scorsese y las de Coppola.

Pero la estocada casi mortal llegó con la explosión de los servicios de streaming en esta década, especialmente Netflix, cuando horas incontables de contenido y cientos de series de televisión se pusieron a disposición del público a nivel internacional. Menos razón para salir de casa. Irónicamente, es Netflix, que le ayudó a Scorsese a producir su siguiente película, The Irishman, uno de los jugadores que ha contribuido a que la gente deje de ir al cine.

Por otra parte, el cine de Scorsese rara vez ha sido de gran éxito a nivel comercial. Taxi Driver fue un éxito, pero después de eso Scorsese tuvo altibajos en la taquilla y sus mismos colegas en Hollywood (¿envidiosamente?) no le dieron un Oscar sino hasta comienzos de los 2000 por Infiltrados (The Departed), una película muy entretenida, pero no entre sus obras maestras. Su colaboración con Leonardo DiCaprio lo ha convertido en un cineasta más taquillero de lo que nunca fue con su actor fetiche Robert DeNiro. E irónicamente, Joker es casi un remake de su película El rey de la comedia.

Pero Scorsese también tiene algo de razón… Y los gigantes son gigantes y no molinos

Y sin embargo… Comparto la preocupación de Scorsese y Coppola con un cine lleno únicamente de películas de superhéroes y de animación. A pesar de ser fan de los cómics desde que era niño, también soy fan del cine de Fellini, Bergman, Antonioni o Kieslowski, por mencionar a algunos. Y del gran cine de prestigio hollywoodense que nos ha dado obras maestras tan diversas como Casablanca, De aquí a la eternidad, Bonnie and Clyde, Chinatown y El padrino, por mencionar sólo algunas. ¿Qué hacer?

Cada año se siguen produciendo grandes películas. Eso sí, menos que antes, y las películas para premios se estrenan sólo en el corredor de septiembre-enero para estar frescas en las mentes de los votantes de los Oscar. ¿Y qué más quisiéramos que estas películas se siguieran siempre viendo en el cine? Pero la verdad es que la competencia ahora está por todas partes. En la tele, en Netflix, en YouTube. De hecho, acaba de publicarse un estudio en el que dice que la generación Z pasa más tiempo en YouTube que en Netflix.

Asimismo, el llamado cine de autor, en algunos casos ha caído en unos excesos en que desafía la comprensión y entendimiento de cualquier espectador. Algunas películas de grandes autores modernos hacen a las películas de Antonioni y Bergman parecer películas de Walt Disney. Películas de siete horas, películas en que no pasa nada, películas en que el director no hace ningún esfuerzo porque el espectador comprenda lo que está pasando, caprichos de los directores. El cine de autor ha caído también en un exceso lamentable. Es una época de extremos. Y obviamente, por las razones anteriores y otras, este cine es visto cada vez más por menos gente.

Ojalá los grandes estudios y las grandes cadenas de salas cinematográficas hagan caso al llamado del Quijote Scorsese y sus Sanchos, y recuerden que hay un público para todo.

¿Qué hacer? El llamado de Scorsese es comprensible, justificado y hasta bienvenido, viniendo no solo de un gran cineasta, sino de un gran amante del cine. Dicho eso, las películas de superhéroes son un género, que como lo ha hecho Marvel, también ha deslumbrado a millones de personas en el planeta, y que también tiene personalidad y una ligera complejidad. Y sí, la experiencia es similar a la de un parque de diversiones, pero a veces queremos ir a un parque de diversiones, y a veces queremos ir a un museo, a veces queremos comer una hamburguesa y a veces una ensalada. A veces queremos reflexionar sobre la vida, y a veces sólo queremos que nos entretengan dos horas. El cine de superhéroes es también necesario, y más en épocas de gran estrés como estas.

Pero ojalá los grandes estudios y las grandes cadenas de salas cinematográficas hagan caso al llamado del Quijote Scorsese y sus Sanchos, y recuerden que hay un público para todo, y que la gente de todas las edades está dispuesta a pagar un boleto si le ponen una película buena en el cine. Y también si saben vendérsela y comunicarle que es una película que vale la pena ver. Viene todo junto.

Al final, no toda la gente quiere estar encerrada todo el día en su casa viendo la tele. No hay nada como ir al cine, experimentar la emoción de una película de forma colectiva con una gran audiencia y el sabor de las palomitas.

Síguenos también en el Facebook de El HuffPost Blogs