La crítica de la semana: El tiempo es oro

ANÁLISIS DE AUDIENCIAS | Semana del 25 al 31 de marzo de 2019.

La virtud del creador está en sintetizar, en saber contar las cosas en el menor tiempo posible. La semana nos deja dos buenos ejemplos de televisión que van al grano y desechan todo lo prescindible.

Antena 3, de la mano de la productora Bambú, tiene un sello propio en el terreno de la ficción: series de época en la que los acontecimientos políticos pasan a un segundo plano para centrarse únicamente en las vivencias de sus personajes. Ahora es el turno de ’45 revoluciones’, una historia que transcurre en la España de los 60 en la que el fascismo y la miseria del momento no aparecen por ningún lado. Y tampoco pasa nada, a veces se agradece un poco de frivolidad. Más allá del embellecimiento de unos años grises, el valor de la serie está en su agilidad, con una duración por capítulo muy apetecible. La ficción de Bambú no se anda con rodeos, prescinde de los planteamientos tediosos para ir directamente a la acción. El guión condensa el relato, fulminando los planos eternos y dibujando a sus personajes entre diálogos tan picados que no dejan espacio para la reflexión.

En ’45 revoluciones’ el aprovechamiento del tiempo viene aderezado por un reparto que no chirría durante todo el metraje, algo casi imposible en la ficción nacional. Sobresale especialmente Guiomar Puerta, de esas actrices virtuosas capaces de hacer con la sencillez un viaje interpretativo por todo el arco de las emociones. Los más puristas, o los que tienen más tiempo libre, han criticado la nueva apuesta de Antena 3 por hacer versiones de hits actuales en una historia que transcurre hace 50 años. Pero no deja de ser un atrevimiento que refresca el contexto y no desentona, al adaptar la canción al estilo sesentero, incorporando un aliciente para el espectador de descubrir qué tema será versionado en cada capítulo. Aunque vistos los datos audiencia no sé si habrá mucha concurrencia para el siguiente, la serie se estrenó con un 10,1% de share y esta semana descendía hasta un paupérrimo 7,1% (un tercio de la audiencia que hizo ‘Got Talent’ esa misma noche).

Y puestos a ir al grano y dejarnos de adornos innecesarios, con el estreno de ‘Prodigios’ TVE dio la sorpresa la semana pasada. Poco o nada podíamos esperar de un nuevo talent infantil, pero el nuevo programa de la televisión pública demostró que volviendo a la esencia y poniendo en valor el talento se puede seguir ofreciendo productos atractivos para la audiencia. El formato presentado por Boris Izaguirre no se entretiene con presentaciones de concursantes lacrimógenas ni en fases de selección eternas, opta por una mecánica sencilla a la que no le hacen falta florituras porque cuenta con lo más importante: el arte en el escenario. Jóvenes prodigiosos que se ganan el aplauso gracias a su esfuerzo. Y en el jurado grandes maestros, no bufones del espectáculo, profesionales del arte con años de experiencia a sus espaldas que cada vez que abren la boca imparten una lección de cultura musical. Y no por ello aburren a las ovejas, tienen tablas y maneras que suman al show televisivo. El estreno de ‘Prodigios’ tuvo una acogida aceptable al alcanzar el 11,8% de share, y es probable que si el espectador le da una oportunidad tenga ganas de repetir.

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